El Espíritu Santo es un manantial generoso, una fuente desbordante que siempre da. Y por eso, siempre nos invita a dar con generosidad. A veces no nos damos cuenta de la verdad de aquello que decía San Francisco de Asís: "Es dando como se recibe". |
Comisión Presidenta Diocesana Élida Aguilar de Zarazaga. Vicepresidente Nora Susana colombo de Quesada. Vicepresidente 2da María Cristina Fassari de Martinolli Tesorera Susana Grela de Salas Secretaria Nélida Ramos de Frati. Asesor espiritual Pbro.Juan Ramón Celeiro. Dirección de la sede12 de octubre 162/ Avellaneda 4222- 0886
sábado, 18 de mayo de 2024
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Evangelio de hoy / 7° Semana de Pascua
Evangelio según san Juan 21, 20-25
En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que te va a entregar?”. Al verlo, Pedro dice a Jesús: “Señor, y este, ¿qué?”. Jesús le contesta: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme”. Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?”. Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que habría que escribir.
Palabra del Señor.
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viernes, 17 de mayo de 2024
Evangelio de hoy / Viernes de la 7° Semana de Pascua
Evangelio según san Juan 21, 15-19
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, le dice a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”. Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta mis corderos”. Por segunda vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Él le contesta: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Él le dice: “Pastorea mis ovejas”. Por tercera vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: “¿Me quieres?” y le contestó: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras”. Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: “Sígueme”.
Palabra del Señor.
¿Me amas?
"Después de comer…": Me llama la atención que el Resucitado aparezca siempre en contextos eucarísticos, de alimento compartido amistosamente. En ellos los apóstoles lo "reconocen" a pesar de un cierto misterio que envuelve la persona de quien compartió con ellos los años de Galilea (cf. Juan 21,12). Es en esta intimidad antigua -¿cuántas veces habrá comido Jesús con sus apóstoles? - pero nueva -por la condición de Jesús Resucitado- que el plan amoroso del Padre se manifiesta plenamente: el amor tiene que llegar a la plenitud en quienes están dispuestos a seguir al maestro.
"Simón, hijo de Juan...": Me pregunto por qué Jesús llamó a Pedro por su nombre viejo y no por el nombre nuevo qué él mismo le había dado desde el primer momento: "«Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas», que traducido significa Pedro." (Juan 1,42). Este nombre nuevo revelaba a Simón Pedro una re-creación de su persona con una misión que cambiaba todas las perspectivas de su propia existencia: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». (Lc 5,10). No obstante, ¿Cuántas veces el no-amor pareció ganar la batalla en mi corazón y me sumergió en una profunda tristeza? ¿Cuántas veces el sentimiento de culpa paralizó mi seguimiento de Cristo? ¿Cuántas veces me pareció imposible ser un "hombre nuevo" como si el llamado fuera reservado para pocos? Tal vez por esto Jesús vuelve a llevar a Pedro a contactarse con su origen.
"¿Me amas más que estos?": Toda la escena del capítulo 21 de Juan parece recrear la vida de Pedro y su relación con el Maestro: desde la pesca milagrosa donde recibió su llamado (Lc 5,1-10) hasta la triple negación de Pedro durante la pasión (cf. Jn 18,15-18.25-27) tras la cual "llora amargamente". Pedro debió sentirse paralizado frente a su culpa. ¿Es posible amar al Maestro y traicionarlo cobardemente al mismo tiempo? Estaba profundamente decepcionado de sí mismo ¿dónde quedaba aquel que era capaz de "dar la vida" por Jesús y lo declaraba sin pudor? (cf Jn 13,36-38). La culpa tiene la habilidad de desconectarnos de lo más profundo de nuestro corazón y Pedro, por esto, no puede visualizar el amor -que aún en la fragilidad- siente por Cristo: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Pero "querer" no es lo mismo que "amar".
"Pedro se entristeció...": La tercera pregunta lo enfrenta a lo que quiere evadir -su traición- y sabe que nada puede quedar oculto a la mirada de Jesús: "¿A dónde me iré para escapar de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia?" (Salmo 139, 7). Por eso Pedro confiesa su fragilidad, sincerándose frente al Maestro: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero".
"Apacienta mis ovejas": Pedro por fin ha dejado de huir de sí mismo, ya no se presenta como el hombre seguro capaz de morir por el Maestro bravuconamente. Ahora ha tocado su límite y asume su fragilidad, sabe que tiene miedo y que es tan débil que puede traicionar a Jesús... Solo ahora, cuando ha dejado de huir de su propia historia, está en condiciones de apacentar-acompañar-confirmar en la fe a sus hermanos (Lc 22,32), desde la misericordia.
Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme": El amor de Pedro es aún muy imperfecto, pero es amor auténtico. Y la dinámica del amor auténtico es entregarse progresivamente "hasta dar la vida". Sí. Pedro amará hasta dar gloria con su muerte porque su muerte será fruto de esta dinámica que conduce a la entrega total.
jueves, 16 de mayo de 2024
Los cinco minutos del Espíritu Santo
"Hoy dejo en tu presencia, Espíritu Santo, a todos mis seres queridos. Porque sólo están seguros si tú te apoderas de sus vidas. Penetra en ellos con tu fuerza, cúralos de toda enfermedad y de toda debilidad. |
Evangelio de hoy / Jueves de la 7º Semana de Pascua
Evangelio según san Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró diciendo: “No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos”.
Palabra del Señor.
" Que todos sean uno"
Una sola Iglesia, un mismo corazón. Las divisiones debilitan, destruyen, solo permaneciendo en unidad una empresa, un objetivo, un trabajo llega a buen fin. Y si esa unidad es en el Amor, en el Corazón, el éxito está garantizado. Y la Salvación del Mundo es la mayor empresa, la más colosal. Para eso vino Cristo al Mundo: para que se salvara del pecado. Y para ello se valió en primer lugar de los Doce, ellos serían los encargados de dar a conocer en primer lugar la Buena Nueva y detrás de ellos todos aquellos discípulos que fueron creyendo en la Palabra. Y así hasta hoy.
En esta impresionante oración Jesús le pide al Padre que nos tenga el mismo amor que le tiene a Él y lo hace poniéndose de valedor nuestro, rogando a Dios que nos ame igual que le ama a Él ¿No es emocionante? ¿No es para estar dándole gracias a todas horas? Este amor que Cristo nos tiene culminará en el Gólgota, en la Cruz, algo que a veces, por conocido, podemos no valorar en su grandeza y generosidad. “Nadie ama tanto como el que da su vida por sus amigos” Y Jesús la dio pero también pidió al Padre que nos amara hasta el infinito aún en los peores momentos: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”.
Correspondamos a Jesús con la unidad, con el ser uno solo con Él, olvidando rencillas, puntos de vista y divisiones que no llevan a nada. Pongamos en práctica lo que tantas veces recitamos en el Credo: que creemos en Una Santa Iglesia Católica.
miércoles, 15 de mayo de 2024
Los cinco minutos del Espíritu Santo
En la historia de la Iglesia tenemos un tesoro de miles de santos diferentes que han reflejado, cada uno a su modo, la belleza de Jesús. Ellos se dejaron tocar por el Espíritu Santo, y él hizo maravillas en sus vidas. |
Evangelio del día / Miércoles Semana 7ª de Pascua
Evangelio según san Juan 17, 11b-19
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: “Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”.
Palabra del Señor.
Tu Palabra es Verdad…
En este pasaje del Evangelio de San Juan nos recalca Jesús, lo esencial que es la unidad y pone de ejemplo la comunión de Amor que existe entre el Padre, el Espíritu Santo y Él (koinonía Trinitaria). Nos insiste que debemos cuidar de la Comunidad a la que pertenezcamos, bien: parroquial, religiosa o familiar. Nuestra misión, como bautizados, es llevar la luz de Cristo, su mensaje de amor a todas las personas, sin distinción.
Los que viven de una manera mundanizada, descartan a los que han escuchado la Palabra de Dios en sus vidas, porque no siguen sus opciones, criterios u orientaciones que son totalmente opuestas a la voluntad de Dios. Jesús nos deja bien claro, que tenemos que vivir en medio del mundo, sin pretender escaparnos, siendo esto una excusa para nuestro compromiso, sin apoyarnos en nuestras fuerzas, sino confiando en Él, en su poder, en su Palabra. Él nos guía y nos acompaña en nuestra búsqueda constante. También nos da libertad para que decidamos por nosotros mismos. Nuestra santidad es Él, la Verdad es Él, por lo tanto, el Camino y la Vida es Él, solo nos queda elegir la opción que sea más acorde a lo que Él amorosamente ha pensado para cada uno de nosotros, porque Cristo tiene que ser nuestro estilo de vida de día y de noche.
lunes, 13 de mayo de 2024
Nuestra Señora de Fátima
En 1917, en el momento de las apariciones, Fátima era una ciudad desconocida de 2.500 habitantes, situada a 800 metros de altura y a 130 kilómetros al norte de Lisboa, casi en el centro de Portugal. Hoy Fátima es famosa en todo el mundo y su santuario lo visitan innumerables devotos.
Allí, la Virgen se manifestó a niños de corta edad: Lucía, de diez años, Francisco, su primo, de nueve años, un jovencito tranquilo y reflexivo, y Jacinta, hermana menor de Francisco, muy vivaz y afectuosa. Tres niños campesinos muy normales, que no sabían ni leer ni escribir, acostumbrados a llevar a pastar a las ovejas todos los días. Niños buenos, equilibrados, serenos, valientes, con familias atentas y premurosas.
Los tres habían recibido en casa una primera instrucción religiosa, pero sólo Lucía había hecho ya la primera comunión.
Las apariciones estuvieron precedidas por un "preludio angélico": un episodio amable, ciertamente destinado a preparar a los pequeños para lo que vendría.leer mas
Los cinco minutos del Espíritu Santo
"Ven Espíritu Santo, mira todas esas emociones que a veces se sublevan en mi interior. Mira mis nerviosismos, mis arranques de ira, mis reacciones de agresividad, todas las veces que me indigno y me resiento por las cosas que me dicen, o por los errores y las imperfecciones de los demás. |
Evangelio de hoy / Lunes de la 7º Semana de Pascua
Evangelio según san Juan 16, 29-33
Los discípulos le dijeron a Jesús: "Por fin hablas claro y sin parábolas.
Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios".
Jesús les respondió: "¿Ahora creen?
Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo".
Palabra del Señor.
“¿Ahora creen?”
Las palabras de despedida de Jesús a sus discípulos en Juan (pausadas por el pasaje de Lucas sobre la Ascensión), vuelven nuevamente a ser retomadas; pero con una perspectiva que nos invita a prepararnos para el acontecimiento de Pentecostés.
Ante las largas y profundas enseñanzas de Jesús, donde los discípulos mantuvieron un silencio prolongado, hoy han expresado al Maestro: “Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios”.
Los discípulos consideran que “escuchan claramente y que comprenden las palabras de Jesús”; también aseguran que “ven y creen”. Para ellos, están adelantados y maduros en el seguimiento. El Señor sabe que aún les falta mucho. ¿Qué significa creer; qué supone? Creer es aceptar y asumir lo que Dios revela; es caminar sólo con la confianza en la Palabra, sin más, aunque no se vean ni se comprendan del todo las cosas. Creer es apostarlo todo, sin nada en las manos como garantía. Es tan grande lo que implica que por eso, sin la asistencia del Espíritu es imposible creer y ser honesto con la fe.
Jesús recupera la forma verbal que los discípulos emplean: -“¿Ahora creen?”. Ciertamente, no sabían lo que decían. Todo lo que habían vivido no era el punto de llegada, sino de partida. La verdad que cualquiera tiembla antes de considerar su fe suficiente. Porque los misterios de Dios siempre nos superan. Jesús les deja claro, y a nosotros también, que sin la fuerza del Espíritu nos dispersamos al momento del aprieto, de la dificultad, cada quien por su lado, desintegrando la comunidad, dejando a Jesús.
El mismo Señor aclara que a Él no lo dejan solo; los que nos vamos solos somos quienes nos distanciamos de Él. El Espíritu es quien nos da la convicción de permanecer a su lado, en comunidad, como racimo a ser servido. El Espíritu es quien da sentido a las convicciones, para optar por Jesús en medio de las luchas que esta unidad implique. El Espíritu es maestro de paz. Presencia pacífica. Es quien da valor y fortaleza. Es el motor que ha hecho a Jesús vencer el mundo. Compartir esta gracia es lo que nos espera si nos vamos preparando seriamente para la llegada de Pentecostés.
Señor: danos la gracia de experimentar al vivo nuestra debilidad. Déjanos tocar nuestra ignorancia con los sentidos. Queremos y necesitamos experimentar nuestra falta de prudencia ante tu misterio. Y ahí, Señor, amado, déjanos hacer nido para acoger tu Santo Espíritu. Espíritu de Dios que desea nacer dentro. Necesitamos oír claro, y tener una mirada contemplativa. Danos conciencia de lo que se aproxima.
Despiértanos, Señor, que somos tuyos. Necesitamos consistencia para permanecer fiel a ti, en tu seguimiento. Que podamos pedir a conciencia la llegada de tu Espíritu.
- ¿Qué estoy esperando en este momento de mi vida?
- ¿Quién es el Espíritu para mí?
- En este tiempo y siempre ¿por qué es ganancia no dispersarse, cada cual por su lado, y mantenerse siempre en unidad comunitaria?
domingo, 12 de mayo de 2024
Los cinco minutos del Espíritu Santo
El Espíritu Santo me lanza hacia el futuro y me invita a crecer. Pero en realidad, lo que más le interesa es que yo viva la vida con todas mis ganas, que me entregue ahora a lo que me toque vivir. El deseo de ser mejores es importante, pero no tiene que llevarnos a estar siempre pendientes del futuro. Eso nos llena de ansiedad y hace que el presente se vuelva insoportable. |
ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Evangelio según san Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo: “Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, tomarán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos”. Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Palabra del Señor.
“El que crea y se bautice, se salvará”
El signo que mejor expresa la opción radical por el proyecto de Jesús es el bautismo. Quien ha elegido el bautismo es porque realmente ha tenido una experiencia profunda con Jesús resucitado, y la expresa a través de signos liberadores, signos que evidencian la presencia del Señor en medio de la comunidad cristiana. Es triste percibir actualmente la pérdida del sentido liberador y salvífico de los sacramentos; es necesario que, como comunidad creyente, asumamos con seriedad y compromiso la misión que se desprende de cada uno de ellos. Si no la tengo presente, trato de ubicar la fecha de mi bautismo, para celebrar la fe de otros en mí, y cómo he ido profundizando esa fe hasta hacerla propia.
sábado, 11 de mayo de 2024
Los cinco minutos del Espíritu Santo
El Espíritu Santo ha hecho en los seres humanos una obra maravillosa. Tenemos muchos y bellísimos ejemplos. Son los seres humanos que han dejado que el Espíritu los transformara. Entonces, él los hizo parecidos a Jesús, puso en sus vidas algo de la hermosura del Salvador, los fue tallando como una piedra preciosa, y ahora son para nosotros como un regalo de amor. Son los santos. |
Evangelio diario / Sábado de la Sexta Semana de Pascua
Evangelio según san Juan 16, 23b-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “En verdad, en verdad les digo: si piden algo al Padre en mi nombre, se lo dará. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre; pidan, y recibirán, para que su alegría sea completa. Les he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que les hablaré del Padre claramente. Aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que yo rogaré al Padre por ustedes, pues el Padre mismo los quiere, porque ustedes me quieren y creen que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre”.
Palabra del Señor.
"El Padre les concederá todo lo que le pidan en mi nombre", Tamaña promesa, pero ¿cómo? La respuesta es simple: a través de la oración, del íntimo contacto con Dios que nos lleva a llamarle Padre. Pero no una relación sacada de las necesidades personales, sino que desde lo más profundo de nosotros; vivamos en comunión con El, y compartamos logros y fracasos, alegrías y tristezas, aciertos y desaciertos, pero siempre con la mirada puesta en su proyecto de Padre generoso, y lo hagamos nuestro con mucho amor y disponibilidad. Jesús se dirige al Padre y dice: "No se haga mi voluntad sino la tuya". Nos enseña en el padrenuestro: "se haga su voluntad". Y María tiene esta expresión: "se haga en mi según tu palabra". ¿Cuánto hace que no le presentas tu disponibilidad a tu Padre que te ama? Los discípulos van a descubrir una vez más el poder y el amor de Dios, cuando pidan en nombre de Jesús y reciban lo que necesitan y eso les hará reconocer a Jesús, que vivo en ellos, sigue actuando. Pero Jesús les dice que no es necesario que Él interceda por ellos ante el padre. Por el solo hecho de creer en Cristo y seguirlo, son especiales y muy amados por El Padre, que responderá a sus suplicas. "El Padre mismo los ama. Y los ama, porque ustedes me han amado y han creído que vengo de él". Este texto breve nos abre un enorme panorama del amor que hay entre el Padre y el hijo y cuando nosotros nos dejamos amar por Dios y lo amamos, nos metemos de lleno dentro de ese amor inagotable. Esa debe ser la base de nuestra vida espiritual, impregnada por ese amor y donde el Espíritu Santo hace de nexo y nos une a esa intimidad entre Padre e hijo. |
viernes, 10 de mayo de 2024
Los cinco minutos del Espíritu Santo
El Espíritu Santo nos lleva a adorar al Padre Dios, y le ofende que adoremos las cosas del mundo. Pero sobre todo le ofende que estemos demasiado pendientes de nosotros mismos, como si fuéramos dioses. |
Evangelio diario / Viernes de la Sexta Semana de Pascua
Evangelio según san Juan 16, 20-23a
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo."
La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.
También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar.
Aquél día no me harán más preguntas."
Palabra del Señor.
"Tendrán una alegría que nadie les podrá quitar"
Nuestra vida está orientada a las alegrías pascuales pero primero deberá pasar por los sufrimientos del calvario, y Jesús no se lo oculta a sus discípulos, al contrario, se lo repite varias veces y de maneras distintas pero muy claramente: "ustedes llorarán y se lamentarán", "estarán tristes". Pero también les promete la alegría: "esa tristeza se convertirá en gozo"; "los volveré a ver y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar". Y de eso se trata cuando hacemos carne en nosotros el misterio de la muerte y resurrección, de alimentar nuestra esperanza para traducirla en testimonio de Fe y de compromiso.
miércoles, 8 de mayo de 2024
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Cuando le pedimos al Espíritu Santo que sane nuestros recuerdos, no tenemos que pensar solo en lo que nos han hecho los demás. A veces sufrimos más por lo que hemos hecho nosotros mismos. Los remordimientos son recuerdos dolorosos de errores que hemos cometido; errores que nos llevan a despreciarnos a nosotros mismos, y así nos hacen sentir indignos de vivir. |
BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LUJÁN
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre.»
Y desde aquel momento, el discípulo la recibió como suya.
Palabra del Señor.
Tenemos una Madre
Los argentinos tenemos una Madre en común. Nos la dio Jesús en la cruz. Ella quiso quedarse a orillas del río Luján y desde allí hacer una mirada protectora sobre todo el territorio de este bendito suelo. Inmaculada, modelo de amor virginal.
”De Maria nunquam satis”, de María nunca se dice lo suficiente, repetía San Bernardo de Claraval.
Hoy es un día de gran fiesta. ¿De qué manera mi corazón agradecido podrá expresarle a Ella simplemente que la quiero?
Los cinco minutos del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es un manantial generoso, una fuente desbordante que siempre da. Y por eso, siempre nos invita a dar con generosidad. A ve...