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Lecturas del día

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Lectura de la carta de Santiago 4, 1-10 Hermanos: ¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre: ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros? Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones. ¡Corazones adúlteros! ¿No saben acaso que haciéndose amigos del mundo se hacen enemigos de Dios? Porque el que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No piensen que la Escritura afirma en vano: "El alma que Dios puso en nosotros está llena de deseos envidiosos". Pero Él nos da una gracia más grande todavía, según la palabra de la Escritura que dice: "Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes". Sométanse a Dios; resistan al demonio, y él se alejará de ustedes. Acérque...

Lecturas del día

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Lectura de la carta de Santiago 3, 13-18 Hermanos: El que se tenga por sabio y prudente, demuestre con su buena conducta que sus actos tienen la sencillez propia de la sabiduría. Pero si ustedes están dominados por la rivalidad y por el espíritu de discordia, no se vanagloríen ni falten a la verdad. Semejante sabiduría no desciende de lo alto sino que es terrena, sensual y demoníaca. Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera. Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz. Palabra de Dios. Nos describe cuál es la verdadera sabiduría que viene de Dios y cuál hay  que considerar como falsa. Se ve que en las primeras comunidades cristianas había  muchos que se las daban de sabios y maestros y po...

DOMINGO 7º DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

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Lectura del libro del Levítico 19, 1-2. 17-18 El Señor dijo a Moisés: Habla en estos términos a toda la comunidad de Israel: Ustedes serán santos, porque Yo, el Señor su Dios, soy santo. No odiarás a tu hermano en tu corazón: deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de él. No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. Palabra de Dios. Se nos dice que imitemos la santidad de Dios. El Dios que aparece cercano y salvador es también el todo Santo. Tenemos un buen "espejo" en el que mirarnos. A decir verdad, no se puede decir que sea esta la medida a la que refiere su conducta el hombre de hoy: más bien, miramos a actuar de modo que no caigamos en penalización, o de modo que no hagamos daño a nadie, o tal vez que mostremos al menos un mínimo de solidaridad con los demás. Pero ¿pensamos en ser santos como lo es Dios? ¿O perfectos c...