Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 1, 18-24
                              Éste fue el origen de Jesucristo:
                              
                              María, su madre, estaba comprometida con José y, 
                              cuando todavía no habían vivido juntos, concibió 
                              un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su 
                              esposo, que era un hombre justo y no quería 
                              denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en 
                              secreto.
                              
                              Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le 
                              apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de 
                              David, no temas recibir a María, tu esposa, porque 
                              lo que ha sido engendrado en ella proviene del 
                              Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien 
                              pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su 
                              Pueblo de todos sus pecados».
                              
                              Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el 
                              Señor había anunciado por el Profeta:
                              
                              “La Virgen concebirá
                              
                              y dará a luz un hijo
                              
                              a quien pondrán el nombre de Emanuel",
                              
                              que traducido significa:
                              
                              "Dios con nosotros".
                              
                              Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor 
                              le había ordenado: llevó a María a su casa.
                              
                              
                              Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este
evangelio en mi vida? 
A. Antes de vivir juntos María
esperaba un hijo. ¡Cómo son los planes de Dios! Nos descoloca
continuamente. Dice Isaías 55,8 "no son mis pensamientos vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos". Nos cuesta comprender
su voluntad y cumplirla. Queremos domesticar los planes de Dios, suavizar
las cuestas y curvas de su camino, controlar sus sorpresas...
     "Señor,
enséñame tus caminos"
     "Ayúdame a
descubrir tu voluntad en lo inesperado de la vida"
B. Antífona O de hoy:
"Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley,
    ven a
librarnos con el poder de tu brazo""Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley,

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