Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 9, 35-38
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las
sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando
todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo
compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no
tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
«La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al
dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha».
Palabra del Señor.
Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio.
Una cosas es predicar y otra es enseñar; aunque estas se parecen mucho,
no son iguales, es por esto que la actitud hacia ellas hacen una gran
diferencia. Predicar tiene que ver con alguien que habla el mensaje
esencial del evangelio, alguien que va a un lugar y habla y no tiene
responsabilidad con las personas que escucha, mientras que enseñar toma
mas tiempo y es por lo regular mas pausado y mas profundo en el
pensamiento pero sobre todo, lo mas esencial de enseñar es que es una
actividad habitual a un grupo de personas. Jesús tenia ambas actitudes.
Vemos en estos texto que Jesús tenia la costumbre de recorrer todas las
ciudades, barrios, provincias, enseñando y predicando, enseñando en la
sinagogas y predicando a las personas comunes, para El era algo normal
en su vida.
Nosotros muchas veces no tenemos este tipo de responsabilidad y mucho
menos este tipo de actitud, solo nos enfocamos en la predicación o
evangelización cuando tenemos en nuestro horario el tiempo de hacerlo,
no nos enfocamos en que hay que hacer ambas cosas, no solo en el
ministerio que estas involucrado, sino en todos los lugares donde
caminas. Imagínate si nosotros tuviéramos la actitud de Jesús de enseñar
y predicar donde quiera que vamos. Predicar en nuestros trabajos,
escuelas, universidades, actividades recreativas, el metro, autobus,
carros publicos, taxi, en todo lugar donde nos encontremos. Pero la
realidad es que no es así, tenemos esta actividad segmentada en un
tiempo especifico, y solo predicamos o enseñamos cuando tenemos "la
ropa" de predicar, o sea; hoy tengo actividades en la iglesia o en
ministerio, entonces hoy me pongo "la ropa" de enseñar y predicar.
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