Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 16, 24-28



Jesús dijo a sus discípulos:
El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino.

                               Palabra del Señor.



¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

¿De qué nos sirven los títulos, cargos grandes e importantes, ganancias abundantes o cuentas bancarias explosivas si nuestro corazón no ha encontrado la paz necesaria para vivir? Parece una pregunta que tiene una respuesta obvia. Sin embargo, cuando la preguntamos en serio, vuelve a aparecer la necesidad de renunciar a todo eso y retomar con más fuerza las opciones que hemos hecho para seguir el estilo de vida cristiana.

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