Evangelio diario /Semana 2ª de Adviento

 




 Evangelio según san Lucas 1, 39-48a

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. María dijo: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava”.

Palabra del Señor.


“Feliz de ti por haber creído”


Hoy festejamos a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América.

Este Evangelio nos muestra que lo que María ya es en plenitud, también nosotros todos estamos llamados a ser.

Ella vive ya la resurrección y la plena vida con Dios que todos nosotros esperamos.

María reconoce que Dios ha hecho maravillas en ella.

Una de esas maravillas es que nos la ha dado a todos nosotros como Madre.

Siempre podemos acudir a ella y pedirle que mantenga nuestra esperanza y la esperanza de todos sus hijos.

Que nos haga sentir cómo Dios colma con su amor a cada ser humano.

Que nos haga sentir que todos cabemos en su Corazón de Madre.

Podemos pedirle también que, como ella, seamos portadores y portadoras de esperanza y de alegría.

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