lunes, 28 de febrero de 2022

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

 




 El ser humano tiene también la capacidad de hacer cosas, de prolongarse en una obra, y también allí puede derramarse el Espíritu Santo para que lo vivamos de otra manera.

El Espíritu, que infunde dinamismo, también influye en nuestras actividades, en nuestro trabajo, en todo lo que hacemos, no sólo para que podamos hacerlo bien, sino para que esas actividades enriquezcan nuestra vida, para que no sean un peso o una simple obligación. Es decir, el Espíritu Santo puede hacer que esas actividades tengan un sentido, un "para qué" profundo que nos permita hacerlas con interés, con cierto gusto, y que nos sintamos fecundos en esa actividad. Podemos hacer algo por necesidad, o "porque sí", pero también podemos hacerlo como una ofrenda de amor al Señor, o como un acto de amor a los hermanos, a la Iglesia, a la sociedad, o podemos ofrecerlo al Señor por nuestra santificación, o pidiéndole algo que deseamos alcanzar, o uniéndonos con ternura a la Pasión de Cristo, etc. Esto permite que no sólo nos sintamos bien cuando descansamos, sino también cuando trabajamos.

Liturgia - Lecturas del día

 




Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro

1, 3-9

 

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que, en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera, que ustedes tienen reservada en el cielo. Porque gracias a la fe, el poder de Dios los conserva para la salvación dispuesta a ser revelada en el momento final.

Por eso, ustedes se regocijan a pesar de las diversas pruebas que deben sufrir momentáneamente: así, la fe de ustedes, una vez puesta a prueba, será mucho más valiosa que el oro perecedero purificado por el fuego, y se convertirá en motivo de alabanza, de gloria y de honor el día de la Revelación de Jesucristo. Porque ustedes lo aman sin haberlo visto, y creyendo en Él sin verlo todavía, se alegran con un gozo indecible y lleno de gloria, seguros de alcanzar el término de esa fe, que es la salvación.

 

Palabra de Dios.



El anuncio del apóstol al pueblo de Dios que vive en las pequeñas comunidades está inscrito en un admirable himno de bendición. En él se enlaza la revelación de la regeneración de la humanidad, llevada a cabo en la resurrección de Jesucristo, con el «todavía no» de la plena manifestación de la misma y del carácter del tiempo que transcurre entre el «ya» de la salvación y el «todavía no» de la manifestación de la misma. La herencia reservada en el cielo es la meta de la nueva esperanza. En virtud de ella, las personas que se han fortalecido por la fe perseveran haciendo el bien y, tanto en la alegría como en el dolor, dan un bello testimonio de Cristo.


 

 

SALMO RESPONSORIAL                          110, 1-2. 5-6. 9. 10c

 

R.    ¡El Señor se acuerda eternamente de su Alianza!

 

Doy gracias al Señor de todo corazón,

en la reunión y en la asamblea de los justos.

Grandes son las obras del Señor:

los que las aman desean comprenderlas. R.

 

Proveyó de alimento a sus fieles

y se acuerda eternamente de su Alianza.

Manifestó a su pueblo el poder de sus obras

dándole la herencia de las naciones. R.

 

Él envió la redención a su pueblo,

promulgó su Alianza para siempre:

Su Nombre es santo y temible.

¡EI Señor es digno de alabanza eternamente! R.

 

 

 


 

  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Marcos

10, 17-27

 

Jesús se puso en camino. Un hombre corrió hacia Él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?»

Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre».

El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo, Después, ven y sígueme».

Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.

Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!»

Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios».

Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?»

Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Él todo es posible».

 

Palabra del Señor.



Vende Lo Que Tienes Y Sígueme



El evangelio de hoy recoge, probablemente, un triste episodio en la vida pública de Jesús: una vocación frustrada. Tras su mirada amorosa y la invitación a su seguimiento, se encuentra con el tristísimo rechazo de aquel hombre que antes había corrido a su encuentro de Jesús y se había arrodillado ante él. Este hombre no pudo dar el paso de la generosidad; no pudo ver las necesidades de los pobres, aunque Jesús se lo haya mostrado; no pudo vencer su ambición, aunque pareciera que tenía buena intención y quizá fuera una buena persona. Pero no pudo, se quedó allí, en el momento y lugar en que tenía que decidirse y hacer lo que Jesús le indicaba. Y no pudo. Y nosotros, ¿podemos salir de nuestro egoísmo, dar de lo nuestro a los pobres y seguir a Jesús?
A la luz del Evangelio podríamos preguntarnos, suponiendo que seamos una persona “decente” y buen cristiano, hoy, ¿me queda algo por vender?

 

domingo, 27 de febrero de 2022

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

 




El Espíritu Santo es Dios. Por eso podemos dirigirnos a él con estas hermosas palabras de los Salmos:

"Señor, qué precioso es tu amor. Por eso los humanos se cobijan a la sombra de tus alas, se sacian con tu hermosura y calman la sed en el torrente de tus delicias" (Salmo 36,8-9).

"Dios mío, yo te busco, mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela como una tierra reseca y sedienta... Tu amor vale más que la vida, mis labios te adoran. Yo quiero bendecirte en mi vida y levantar mis manos en tu nombre. Y mi alma se empapará de delicias y te alabará mi boca con cantos jubilosos... Me lleno de alegría a la sombra de tus alas. Mi alma se aprieta contra ti, y tú me sostienes" (Salmo 63,2-9).

"Señor, en ti me cobijo, no dejes que me quede confundido. Recóbrame con tu amor, líbrame" (Salmo 31,2).

"Es bueno darte gracias, Señor, y cantar a tu nombre, anunciar tu amor por la y tu fidelidad cada noche" (Salmo 92,2-3).  

DOMINGO 8º DURANTE EL AÑO

 




Lectura del libro del Eclesiástico

27, 4-7

 

Cuando se zarandea la criba, quedan los residuos:

      así los deshechos de un hombre aparecen en sus palabras.

El horno pone a prueba los vasos del alfarero,

      y la prueba del hombre está en su conversación.

El árbol bien cultivado se manifiesta en sus frutos;

      así la palabra expresa la índole de cada uno.

No elogies a nadie antes de oírlo razonar,

      porque allí es donde se prueban los hombres.

 

Palabra de Dios.



El texto del Eclesiástico, rico en sabiduría humana, nos ayuda a reflexionar sobre el modo de conocer a los hombres y el modo de evaluar sus comportamientos y su conducta de vida, sin excluir el conocimiento de nosotros mismos. El hombre manifiesta, su verdadera identidad a través de su acción y su palabra. Este pasaje nos ofrece así criterios muy válidos a través de imágenes simbólicas cargadas de significado: la de la criba, la del horno y la del árbol frutal. En conclusión, para conocer bien al hombre es menester evaluar primero su modo de hablar, su modo de pensar y su modo de obrar, sin excluir una justa dosis de prudencia, porque la vida íntima y secreta de cada uno sólo Dios la conoce perfectamente.


 

 

SALMO RESPONSORIAL                           91, 2-3. 13-16

 

R.    Es bueno darte gracias, Señor.

 

Es bueno dar gracias al Señor,

y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;

proclamar tu amor de madrugada,

y tu fidelidad en las vigilias de la noche. R.

 

El justo florecerá como la palmera,

crecerá como los cedros del Líbano:

transplantado en la Casa del Señor,

florecerá en los atrios de nuestro Dios.  R.

 

En la vejez seguirá dando frutos,

se mantendrá fresco y frondoso,

para proclamar qué justo es el Señor,

mi Roca, en quien no existe la maldad.  R.

 

 


 

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto

15,  51. 54-58

 

Hermanos:

Les voy a rebelar un misterio:

No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados.

Cuando lo que es corruptible se revista de incorruptibilidad y o que es mortal se revista de la  inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: «La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?» Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la Ley.

¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

Por eso, queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor, con la certidumbre que los esfuerzos que realizan por Él no serán vanos.

 

Palabra de Dios.

 

 

 


 

  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

6, 39-45 

Jesús hizo esta comparación:

«¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?

El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro.

¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: «Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo», tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano».

No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas.

El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla su boca.

 

Palabra del Señor. 



No Condenen Y No Serán Condenados; Perdonen Y Serán Perdonados.


Muchas veces nuestro egoísmo nos hace ver con mayor detención y facilidad, las faltas de nuestro prójimo. Así, aumentamos las de ellos y despreciamos la nuestras. Todo esto hace necesario un examen de conciencia, tal vez así, podríamos darnos cuenta del dolor que nosotros mismos provocamos a quienes están a nuestro alrededor o en nuestros comentarios. De lo contrario, seguiríamos en la dinámica de ceguera de la que nos habla el evangelio de hoy; transformándonos en ciegos, guiando a otros ciegos por caminos peligrosos. Hoy el Señor nos recuerda que si queremos recorrer sus caminos (que conduce a la santidad, al Reino de los Cielos), debemos mirar nuestra vida… y hacer el firme propósito de no juzgar la actuación de las personas con las que comparto la vida, porque muchas veces nos equivocamos y caemos en serias injusticias e incomprensiones. Hoy, más que nunca necesitamos darnos cuenta de nuestras actitudes y lo que ellas pueden estar significando para los demás; necesitamos pedirle al Señor que nos enseñe a no caer en la crítica o el juicio fácil, que logremos tratar a los demás como Él nos trata: comprendiendo nuestras limitaciones, disculpando nuestras faltas, poniendo atención a nuestras necesidades, ayudándonos a ser mejores, porque nos ama.

Mirando nuestra vida ¿a quiénes juzgo o crítico con rapidez? ¿a los miembros de mi familia, a mis compañeros de trabajo? ¿Cómo debo mirar la vida? ¿Qué cegueras debo corregir en mi vida?

 


sábado, 26 de febrero de 2022

Circular Nº 58

 

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

 



 "Sin el Espíritu Santo,  Dios queda lejos del mundo, Cristo pertenece al pasado,  el Evangelio son palabras muertas,  la Iglesia, una organización más,  la autoridad, una tiranía,  la misión, pura propaganda,  el culto, un simple recuerdo,  el obrar cristiano, una moral de esclavos. Con el Espíritu Santo,  Dios late en un mundo que se eleva  y gime en la infancia del Reino,  Cristo ha resucitado y vive hoy  el Evangelio es potencia de vida,  la Iglesia, comunión trinitaria,  la autoridad, servicio liberador,  la misión, permanente Pentecostés,  el culto, celebración y anticipo del Reino,  el obrar humano, realidad divina". 

Consejo mundial de las Iglesias, Uppsala 1968 

Liturgia - Lecturas del día

 




 Lectura de la carta de Santiago

5, 13-20

Hermanos:

Si alguien está afligido, que ore. Si está alegre, que cante salmos. Si está enfermo, que llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren por él y lo unjan con óleo en el Nombre del Señor. La oración que nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará, y si tuviera pecados, le serán perdonados.

Confiesen mutuamente sus pecados y oren los unos por los otros para ser sanados. La oración perseverante del justo es poderosa. Elías era un hombre como nosotros, y sin embargo, cuando oró con insistencia para que no lloviera, no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Después volvió a orar; entonces el cielo dio la lluvia, y la tierra produjo frutos.

Hermanos míos, si uno de ustedes se desvía de la verdad y otro lo hace volver, el que hace volver a un pecador de su mal camino sepa que salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de numerosos pecados.

 

Palabra de Dios.



Santiago hace notar una especial circunstancia para orar: la enfermedad. La unción de aceite aparece ya en el Evangelio. Viendo la enfermedad como consecuencia del pecado, en realidad la oración de la Iglesia, al liberar del pecado, pone en trance de salvación. La plegaria genuina brota como expresión vital de fe y del Espíritu de Cristo; no sólo actitud filial, sino «ser» de hijos. Por eso oramos «con» los hermanos y «por» los hermanos. Para orar ha de estar en paz nuestro corazón. Por eso comenzamos la Eucaristía con el acto penitencial. A este texto acude la «unción de los enfermos».

 

 



SALMO RESPONSORIAL                                                               140, 1-3. 8

 

R.    ¡Que mi oración suba hasta ti, Señor!

 

Yo te invoco, Señor, ven pronto en mi ayuda:

escucha mi voz cuando te llamo;

que mi oración suba hasta ti como el incienso,

y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde. R.

 

Coloca, Señor, un guardián en mi boca

y un centinela a la puerta de mis labios.

Pero mis ojos, Señor, están fijos en ti:

en ti confío, no me dejes indefenso. R.

 

 

 


 

    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Marcos

10, 13-16

 

Le trajeron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño no entrará en él».

Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

 

Palabra del Señor. 



No impidas que otros se acerquen a Jesús

 

Hoy San Marcos quiere hacernos caer en la cuenta de la viva conciencia que tiene Jesús de la radical novedad de su mensaje, invitándonos a permanecer abiertos a la novedad de la Buena Noticia. Jesús nos señala que, para recibir el Amor de Dios y Su Reino de salvación, nuestra vida debe ser como la de los niños: humilde, sencilla, receptiva, gratuita. Debemos poner toda la atención en aquello que recibimos y en lo que tenemos entre manos, como hacen los niños, que tienen los ojos abiertos para ver, y las manos tendidas para recibir con asombro. Dios se nos revela con impensada novedad, con asombrosa cercanía siempre nueva y siempre creadora, orientándonos hacia el futuro, porque es la actitud más humana y completa para abrirnos a Él sin reserva y, dar cabida al Reino de Dios en nuestra vida. Y aunque parezca paradójico, así dejaremos nuestra infancia espiritual y comenzaremos a vivir con madurez responsable ante Dios como hizo San Felipe Neri, a quien recordamos hoy.
En nuestra sociedad y en nuestra comunidad ¿Quiénes son los pequeños y los excluidos? ¿Cómo está siendo la acogida que les damos? ¿Les estamos impidiendo acercarse al Señor?

Nuestra Señora de Fátima

    En 1917, en el momento de las apariciones, Fátima era una ciudad desconocida de 2.500 habitantes, situada a 800 metros de altura y a 130...