Claves para la Cuaresma

LA CLAVE DE LA CONVERSIÓN. Necesaria para situarnos en las líneas que marca el Evangelio. No todo es válido y, a veces, podemos caer en un relativismo letal para nuestra fe. LA CLAVE DE LA ORACIÓN . El contraste, cara a cara con Dios, es necesario para comprender y entender no lo que nosotros queremos sino aquello que el Señor desea hacer con nuestro barro. La frialdad del alma es consecuencia de la ausencia de relación con Dios. LA CLAVE DEL SILENCIO. Las grandes horas de Cristo (desde Nazaret en su Anunciación y pasando por Belén hasta su vida apostólica, pasión y muerte) vienen marcadas siempre por el silencio: ausencia de ruido con la presencia de Dios. LA CLAVE DE LA CARIDAD. La vida de un cristiano no es simple solidaridad (a veces condicionada por colores ideológicos). Nuestra entrega, limosna y generosidad vienen definidas por una fuerza mayor: por un compás que viene marcado por la mano ...