lunes, 31 de octubre de 2022



 

El evangelio de hoy Lunes 31 de Octubre de 2022 📖 Lectio Divina - Tele VID

Liturgia - Lecturas del día

 



 Lectura de la carta del Apóstol san Pablo

A los cristianos de Filipos

2, 1-4

 

Hermanos:

Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o de la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos.

Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por interés ni por vanidad. Que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás.

 

Palabra de Dios



Pablo, que los había estimulado a aunar los sentimientos y esfuerzos en la lucha común de la fe, los urge ahora a la unidad eclesial con palabras apremiantes. La considera tan básica y vital en la comunidad que no duda en esgrimir las realidades más estimulantes y entrañables: la vivencia de Cristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu. La unidad es efecto y signo de la caridad, característica del cristiano. Que, a su vez, es elocuente testimonio misionero. Ésta exige tener un mismo sentir, un mismo amor, un mismo espíritu; y elimina todo tipo de rivalidad y vanagloria. El medio más eficaz es la humildad, que reconoce los valores de los demás y no busca el interés propio. Así colmarán de alegría al apóstol, que tanto cariño les profesaba.


 

 

SALMO RESPONSORIAL                                       130, 1-3

 

R.    ¡Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor!

 

Mi corazón no se ha enorgullecido, Señor,

ni mis ojos se han vuelto altaneros.

No he pretendido grandes cosas

ni he tenido aspiraciones desmedidas. R.

 

Yo aplaco y modero mis deseos:

como un niño tranquilo en brazos de su madre,

así está mi alma dentro de mí.

Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre. R.

 

 

 


    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

14, 1. 12-14

 

Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente.

Jesús dijo al que lo había invitado: «Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.

Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.

¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos! »

 

Palabra del Señor.




Invita a los pobres...


El evangelio de hoy continúa la enseñanza que Jesús estaba dando alrededor de diversos asuntos, todos ellos enlazados con la mesa y la comida. Nos hace ver la necesidad de ampliar la mirada y superar las mezquindades que a veces podrían relegar a otros. La exigencia está planteada para que no permanezcamos conformes y encerrados en nuestro “mundo”. Como el reino de Dios no tiene límites, Jesús quiere que hagamos realidad esta comensalía ilimitada compartiendo lo que tenemos con aquellos que no podrán hacer lo mismo con nosotros. 

Pidamos hoy al Señor, que nos ayude a comprender que todos somos hermanos y hermanas en Él y desde nuestro entorno y nuestra realidad preguntémonos ¿De qué manera estoy incluyendo a los hermanos en el día a día? ¿Quiénes son las personas invisibles en mi vida?

 

domingo, 30 de octubre de 2022



 

DOMINGO 31° DURANTE EL AÑO

 



 

 

Lectura del libro de la Sabiduría

11, 22-12,2

 

Señor, el mundo entero es delante de ti

como un grano de polvo que apenas inclina la balanza,

como una gota de rocío matinal que cae sobre la tierra.

Tú te compadeces de todos, porque todo lo puedes,

y apartas los ojos de los pecados de los hombres

para que ellos se conviertan.

Tú amas todo lo que existe

y no aborreces nada de lo que has hecho,

porque si hubieras odiado algo, no lo habrías creado.

¿Cómo podría subsistir una cosa si Tú no quisieras?

¿Cómo se conservaría si no la hubieras llamado?

Pero Tú eres indulgente con todos,

ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida,

porque tu espíritu incorruptible está en todas las cosas.

Por eso reprendes poco a poco a los que caen,

y los amonestas recordándoles sus pecados,

para que se aparten del mal y crean en ti, Señor.

 

Palabra de Dios.



Acogida. Ésta podría ser la palabra clave de este domingo. Significa, para el libro de la Sabiduría, buscar los caminos para abrirse al diálogo con hombres de diferente origen y cultura, que forman parte de la creación y se encuentran bajo la mirada compasiva de Dios.

Su existencia bajo el mismo cielo, querida por el Creador del universo, cancela la distinción entre puro e impuro, entre seres de primera y de segunda categoría, y trae consigo el reconocimiento de una fraternidad universal.

 

 

SALMO RESPONSORIAL                                                    144, 1-2. 8-11. 13c-14

 

R.    Bendeciré al Señor siempre y en todo lugar

 

Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,

y bendeciré tu Nombre eternamente;

día tras día te bendeciré,

y alabaré tu Nombre sin cesar.  R.

 

El Señor es bondadoso y compasivo,

lento para enojarse y de gran misericordia;

el Señor es bueno con todos

y tiene compasión de todas sus criaturas.  R.

 

Que todas tus obras te den gracias, Señor,

y tus fieles te bendigan;

que anuncien la gloria de tu reino

y proclamen tu poder.  R.

 

El Señor es fiel en todas sus palabras

y bondadoso en todas sus acciones.

El Señor sostiene a los que caen

y endereza a los que están encorvados.  R.

 

 

 


 

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Tesalónica

1, 11-2,2

 

Hermanos:

Rogamos constantemente por ustedes a fin de que Dios los haga dignos de su llamado, y lleve a término en ustedes, con su poder, todo buen propósito y toda acción inspirada en la fe. Así el Nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en Él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.

Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con Él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado.

 

Palabra de Dios.

 

 


 

   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

19, 1-10

 

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí.

Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más».

Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar ya salvar lo que estaba perdido».

 

Palabra del Señor



"Hoy ha llegado la salvación a esta casa"

  • Señor, parecido a Zaqueo, te escucho llamándome por mi nombre y alegremente te doy la bienvenida hoy. Ayúdame a tomar más conciencia que estoy, todo el tiempo y en todo lugar, en tu presencia amorosa. Ayúdame a darme cuenta que la divinidad está en mí y en todas las personas que encuentro y esto incluye a aquellos que puedo encontrar difíciles.
  • El encuentro de Zaqueo con Jesús fue transformador. ¿Puedo yo responder con la misma alegría y generosidad al llamado de Jesús?

 


sábado, 29 de octubre de 2022

Lecturas de hoy / sábado de la 4º semana de octubre

  



Lectura de la carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Filipos

1, 15. 18b-26

 

Hermanos:

Es verdad que algunos predican a Cristo llevados por la envidia y el espíritu de discordia, pero otros lo hacen con buena intención.

De una u otra manera, con sinceridad o sin ella, Cristo es anunciado, y de esto me alegro y me alegraré siempre. Porque sé que esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo. Así lo espero ansiosamente, y no seré defraudado. Al contrario, estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo será glorificado en mi cuerpo.

Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si la vida en este cuerpo me permite seguir trabajando fructuosamente, ya no sé qué elegir. Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es mucho mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que permanezca en este cuerpo.

Tengo la plena convicción de que me quedaré y permaneceré junto a todos ustedes, para que progresen y se alegren en la fe. De este modo, mi regreso y mi presencia entre ustedes les proporcionarán un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús.

 

Palabra de Dios.



Pablo es informado en la cárcel de que muchos cristianos anuncian la Palabra de Dios. Algunos por envidia y desacreditándolo. A él sólo le interesa que Cristo sea predicado. Esto constituye la mayor alegría de su alma. Y ése es el sentido de su vida. Además, está persuadido de que Dios, hará redundar todo en provecho espiritual. Funda esta esperanza no en su propia suficiencia, sino en las oraciones de los filipenses y en la presencia del Espíritu. Cristo será glorificado en él, vivo o muerto. Si continúa viviendo, mediante su predicación; si muere, por el testimonio de su martirio. El alma de Pablo es desinteresada, totalmente altruista y mística. Su vida es Cristo, no sólo por la participación de la vida sobrenatural recibida del Señor, sino porque Cristo es el móvil de su actuación y el anhelo de sus aspiraciones.

 

 

SALMO RESPONSORIAL                                   41, 2-3. 5bcd

 

R.    ¡Mi alma tiene sed del Dios viviente!

 

Como la cierva sedienta

busca las corrientes de agua,

así mi alma suspira

por ti, mi Dios. R.

 

Mi alma tiene sed de Dios,

del Dios viviente:

¿Cuándo iré a contemplar

el rostro de Dios? R.

 

¡Cómo iba en medio de la multitud

y la guiaba hacia la Casa de Dios,

entre cantos de alegría y alabanza,

en el júbilo de la fiesta! R.

 

 

 


 

   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

14, 1. 7-11

 

Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:

«Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: "Déjale el sitio", y asÍ, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.

Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: "Amigo, acércate más", y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado».

 

Palabra del Señor.


"El Que Se Humilla Será Elevado"



En el evangelio de hoy, Jesús ofrece el ejemplo de los puestos en el banquete de bodas, para ayudar a los fariseos a redescubrir aquello que resulta de las ansias de exhibición y figuración; sin embargo, esto no es sólo un mal de aquel tiempo, la vanidad y el deseo de reconocimiento sigue estando muy presente. Por eso, no deja de exhortarnos a la humildad, que hoy a veces llamamos “bajo perfil”. A la luz del evangelio, los primeros puestos los ocupan, de algún modo, quienes hayan superado esta forma de ver las cosas y se hayan puesto al servicio de los demás.
Hoy, nos podemos preguntar: En nuestras relaciones con los demás ¿prevalece el cálculo interesado, la búsqueda de recibir recompensa?

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