sábado, 30 de diciembre de 2023

Los cinco minutos del Espíritu Santo


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El Espíritu Santo es luz. Eso significa muchas cosas:La luz del sol hace posible la vida. Si el sol se apagara, la vida desaparecería en esta tierra. Por eso, la luz también simboliza la vida, y el Espíritu Santo es una fuente permanente de vida. Habitando en lo más íntimo de cada cosa, la hace existir con su poder. Pero de un modo especial, el Espíritu Santo es vida para nuestra intimidad, porque él es amor, y sin el amor no hay vida que valga la pena.La luz también es necesaria para caminar, para ver el camino, para saber a dónde vamos. Si alguna vez hemos hecho la experiencia de caminar a oscuras, perdidos y desorientados, sabemos lo que significa la luz. Y cuando aparece una pequeña claridad que nos orienta, la amamos y la agradecemos. El Espíritu Santo es luz. Él nos hace descubrir por dónde tenemos que caminar y hacia dónde tenemos que ir. Cuando lo invocamos con sinceridad, él nos ilumina para tomar las decisiones correctas.La luz también nos permite ver las cosas, descubrir sus colores, su belleza. Cuando dejamos que el Espíritu Santo ilumine cada cosa, podemos ver su hermosura y disfrutarlas mucho más.Demos gracias al Espíritu Santo porque él derrama su luz en nuestra vida.📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Lecturas cotidianas / Sábado de la octava de Navidad

 




PRIMERA LECTURA

De la Primera carta del apóstol san Juan 2, 12-17

Les escribo, hijos: porque se les han perdonado sus pecados por el nombre de Jesús. Les escribo, padres, porque conocen al que es desde el principio. Les escribo, jóvenes, porque han vencido al Maligno. Les he escrito, hijos, porque conocen al Padre. Les he escrito, padres, porque ya conocen al que existía desde el principio. Les he escrito, jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes, y han vencido al Maligno. No amen al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo –la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la arrogancia del dinero–, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, y su concupiscencia. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Palabra de Dios.


A los gnósticos les gustaba llamarse a sí mismos «sin pecado», porque predicaban una moral supuestamente superior; Juan ya les ha condenado. Ahora se dirige a los fieles con estas palabras: «Han vencido al Maligno». Se trata de reconfortar a los verdaderos creyentes. Estos están en la verdad; los demás, en el error. Al guardar la fe de la Iglesia, los creyentes aceptan la obra de Dios en ellos; al dar su confianza a Cristo, se proporcionan un «abogado» ante el Padre. Ellos son y no los herejes, los que poseen la vida. ¡Que perseveren, a pesar de las fuerzas diabólicas que socavan la comunidad!



SALMO RESPONSORIAL
Salmo 95
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.

• Familias de los pueblos, aclamen al Señor, aclamen la gloria y el poder del Señor; aclamen la gloria del nombre del Señor. R/.


• Entren en sus atrios trayéndole ofrendas. Póstrense ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. R/.

• Digan a los pueblos: “El Señor es rey, Él afianzó el orbe, y no se moverá; Él gobierna a los pueblos rectamente”.R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 2, 36-40

En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor.


“A todos los que esperaban la redención”

El evangelio de la infancia de Jesús nos regala muchas imágenes, que nos ayudan a contemplar el misterio de la encarnación. El encuentro con la profetisa Ana nos sitúa frente a otra anciana que predicaba día noche sobre la venida de este niño que salvaría y redimiría a todo el pueblo de Jerusalén. 

Tal como lo dice el evangelista, el niño iba creciendo y se iba fortaleciendo. El Dios que se hizo hombre iba compartiendo nuestra misma condición e iba aprendiendo a ser uno más en medio de su gente. El Emmanuel (Dios con nosotros) fue un hombre terreno como nosotros, pero sin olvidar su condición celestial.




viernes, 29 de diciembre de 2023

Los cinco minutos del Espíritu Santo

 


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"Ven Espíritu Santo, y ayúdame a poner en tu presencia todo lo que me preocupa, todo lo que me inquieta, todo lo que perturba mi paz.Tú sabes cuáles son mis preocupaciones más profundas, pero hoy quiero contártelas, porque es mejor compartirlas contigo que pretender enfrentarlas con mis pocas fuerzas humanas.Escúchame Señor, porque clamo a ti con toda mi alma, a ti levanto mis brazos y te ruego que me auxilies. Quiero decirte todo lo que a veces me preocupa: mi salud, mi trabajo, mis seres queridos, mis necesidades, y todo lo que me perturba y me inquieta. Toma todo eso, y ocúpate también tú conmigo. Ven Espíritu Santo, porque así no me sentiré solo con el peso de la vida, y podré caminar y avanzar con ganas. Ven para que pueda experimentar tu dulzura, tu gozo, tu fuerza. Dame la gracia de ver que, aunque todo pasa, lo que nunca se acaba es tu amor, y con ese amor puedo enfrentarlo todo.Amén."📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Lecturas cotidianas / Día 5to de la Octava de Navidad

 




PRIMERA LECTURA

De la Primera carta del apóstol san Juan 2, 3-11

Queridos hermanos: En esto sabemos que conocemos a Jesús: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: “Yo lo conozco”, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él debe caminar como él caminó. Queridos míos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tienen desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que han escuchado. Y, sin embargo, les escribo un mandamiento nuevo –y esto es verdadero en él y en ustedes–, pues las tinieblas pasan, y la luz verdadera brilla ya. Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

Palabra de Dios.

Juan opone a la actitud de los fieles que guardan con fidelidad la Palabra, la actitud de los gnósticos, que para liberarse del yugo de los mandamientos se jactan de poseer un «conocimiento superior». Frente a esto, saca la conclusión de que estos últimos viven en la mentira, porque, en definitiva, su comportamiento equivale a separar la fe de la vida de cada día. Así, el verdadero creyente es el que observa la ley; pero aquí, lo mismo que en el cuarto evangelio, esa ley se resume sencillamente en el mandamiento del amor. Este mandamiento es antiguo y nuevo a la vez: antiguo, porque tiene sus raíces en la tradición viva de la Iglesia; nuevo, porque en la cruz enseño Jesús la profundidad con que el hombre está llamado a vivirlo.


SALMO RESPONSORIAL
Salmo 95
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.

• Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre. R/.


• Proclamen día tras día su victoria. Cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R/.

• El Señor ha hecho el cielo; honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-35

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la Ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la Ley del Señor: “Todo varón primogénito será consagrado al Señor”, y para entregar la oblación, como dice la Ley del Señor: “un par de tórtolas o dos pichones”. Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al Templo.

Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la Ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”. Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: “Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción -y a ti misma una espada te traspasará el alma-, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones”.

Palabra del Señor.


“Mis ojos han visto la salvación”

El anciano Simeón es el signo de sabiduría y piedad, el que pacientemente ha esperado para ver la salvación. Quien sabe cuanto ha rezado este hombre por todo el pueblo de Israel y su liberación. El niño Jesús es la luz que disipa todas las tinieblas, e ilumina a todos los pueblos. 

El canto de Simeón es una alabanza a Dios que brota de los profundo del corazón, y no hay dudas que fue inspiración del Espíritu Santo. Tal es así que sus palabras también van preparando el corazón de José y María, sobre el futuro que vivirá el Salvador. Simeón, un servidor bueno que vió la salvación y descansa en paz.




jueves, 28 de diciembre de 2023

La Fiesta de los Santos Inocentes, conmemora la muerte de los niños varones en Belén que tenían 2 años de edad o menos.

 




Cada 28 de diciembre la Iglesia Católica celebra la fiesta de los Santos Inocentes, aquellos niños que murieron asesinados por órdenes del rey Herodes: “Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado” (ver Mt 2,13-18).

Herodes pensó que con esta cruel medida se libraría de Cristo, el Mesías esperado. Estaba dispuesto a hacer lo que sea para mantener su poder, y ciertamente las noticias sobre el nacimiento de un rey que habría de gobernar a su pueblo lo aterrorizaban. A pesar de su gran poder, el Hijo de Dios logró salvarse gracias a los cuidados de San José y Santa María.

Trágicamente la sangre de estos inocentes fue derramada para que Cristo viva, y aunque no lo supieran en aquel momento, Dios Padre los constituyó “mártires”, es decir, testigos del sacrificio de su propio Hijo.

Los cinco minutos del Espíritu Santo

 


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Cuando está terminando un año, es hora de evaluar cómo lo hemos vivido, y también es el momento de prepararnos para comenzar una nueva etapa de nuestras vidas. Es hora de revisar cómo están nuestros grandes ideales, y de preguntarnos cómo podríamos vivirlos mejor. Pero cuando nos preparamos para comenzar una nueva etapa, es indispensable detenernos a presentarle al Espíritu Santo nuestros proyectos y nuestros sueños, y también a pedirle que nos ilumine para ver si eso realmente nos conviene. El Espíritu Santo siempre busca hacernos crecer, hacernos avanzar un poco más. Por eso, él mismo nos inspira para que comencemos nuevas etapas, para que no nos quedemos encerrados en el pasado, para que saquemos lo mejor de nosotros, y sepamos volver a comenzar, una vez más. Él se derrama de un modo especial cuando está por comenzar algo nuevo. Dejemos que en estos últimos días del año el Espíritu Santo nos inspire sueños buenos, proyectos generosos, perspectivas llenas de esperanza y entusiasmo.📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Lecturas cotidianas / Jueves de la octava de Navidad

 




PRIMERA LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN jUAN 1,-2,2


Queridos hermanos: Les anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que Él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, Él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Palabra de Dios.


Juan, discípulo que parece ausculta el corazón de Dios, nos transmite parte de su testimonio. Dios es luz sin oscuridad. El símbolo de la luz transmite con fuerza la ausencia de todo lo que pueda oscurecer el mensaje del Amor en nuestra vida. Caminar en la luz, caminar en su Presencia, buscar la veracidad. Caminar en la luz nos reconcilia con el Padre si hay alguna pequeña oscuridad en nuestra vida. Aceptemos esta invitación del Apóstol a caminar en la LUZ que nos reconcilia con Dios y nos pone en comunión con nuestros hermanos.


SALMO RESPONSORIAL
Salmo 123
R. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.

• Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. R/.


• Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. R/.

• La trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: “Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto”. Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: “Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven”.

Palabra del Señor.


Levántate, toma al niño y su madre y vete a Egipto

Y llegamos a uno de los fragmentos del evangelio más complicados de comentar. Apenas ha nacido, Jesús, ya empieza a tener problemas con el poder establecido y tiene que salir huyendo de su tierra, porque Herodes cree en peligro su reinado, pues los magos le anunciaron que había nacido un rey, un competidor, en Belén, y eso no puede permitirlo.

Faltan muchos años para que seamos capaces de descubrir las características del reinado de Cristo. Entonces no se pudo entender un reino y un rey servidor. Puede que nosotros, en nuestro tiempo actual, tengamos también dudas sobre un Rey servidor. Nos gustaría tener al frente un rey poderoso, capaz de hacer y deshacer solo por su voluntad. Un rey cercano a los planes de Herodes, pero muy alejado de los planes de Dios.

Confieso que este suceso me hace estremecer: ¿Cómo puede Dios permitir la muerte violenta de muchos niños y, simultáneamente, salvar a Jesús? ¿Acaso no tenía otros medios para parar a Herodes? Son dos preguntas que no tienen respuesta desde mi entender humano.

Pero también este episodio que nos cuenta San Mateo tiene un evidente paralelismo con la situación que vivió Israel en sus últimos tiempos en Egipto. El Faraón, su rey, ordena que todos los varones israelitas sean eliminados al nacer y Moisés, el elegido por Dios para liberar al pueblo, es salvado de la muerte. Tal vez esta sea la enseñanza que debemos sacar de este texto: Jesús es salvado de Herodes para que en el futuro sea el Salvador de la humanidad entera. Y sabemos que esto lo hizo bien, aunque a veces lo dudemos.

Debemos, también, contemplar en este fragmento, la importancia de la Sagrada Familia en la vida de Jesús y en la nuestra. José y María no tienen dudas sobre el aviso de Dios y se exilian de inmediato, siguiendo las orientaciones del mensajero Divino. Padre y madre se ponen al servicio de Jesús sin dudar ni un instante. Sufren, pero obedecen con la sola idea de salvar al Niño. ¿Estamos nosotros dispuestos a servir a Cristo con la misma devoción que lo hicieron María y José?

D. Félix García O.P.

D. Félix García O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de Viveiro (Lugo)

miércoles, 27 de diciembre de 2023

¿Quién fue San Juan Evangelista?

 



San Juan evangelista nació en la ciudad de Betsaida. Fue hijo de Zebedeo y de María la Salomé, quienes lo educaron en un hogar feliz y lleno de comodidades. Tiempo después, se dedicó al oficio de pescador junto a su hermano Santiago el Mayor.

“Ven y verás”

Por aquel entonces, el evangelista caminaba con Juan Bautista cuando al pasar Jesús le dijo al precursor: “Ese es el cordero de Dios. El mismo que se llamará el discípulo que amaba a Jesús”. Quedó sorprendido y admirado. De hecho, en sus escritos el santo recordó que la primera llamada del Señor fue: “Ven y verás”, palabras que quedaron profundamente grabadas en su memoria al relatarlo en su evangelio sesenta años después.

«El discípulo que ama a Jesús»

Juan se describió en su evangelio como “el discípulo que amaba a Jesús” porque fue el único que tuvo la dicha de reposar su cabeza al costado de Cristo en la noche de la última cena y fue fiel a Jesús, acompañándolo hasta sus últimos momentos en la cruz. Por ello, como premio recibió a María como su madre y en su nombre a toda la humanidad.

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¿Por qué el Señor sintió predilección especial hacia San Juan? 

Algunos santos padres pensaron que fue por su virginidad, ya que sabemos que era muy jovencito cuando Jesús lo llamó a seguirlo y que fue virgen durante toda su vida. De hecho, San Jerónimo, el padre de las Sagradas Escrituras, expresó sobre sobre Juan: El Señor virgen quiso poner a su madre virgen en manos del discípulo virgen”.

Mensajero de Dios

San Juan fue misionero y predicador de la palabra de Dios, pero sobre todo escritor profundo del mensaje del Maestro. Escribió cinco libros del nuevo testamento, el cuarto evangelio, tres cartas y el Apocalipsis, el único libro profético. Todos escuchaban con admiración sus palabras: “Hijitos míos, amense los unos a los otros porque es lo que yo aprendí cuando recosté mi cabeza sobre el pecho del maestro y si hacen esto, todo está cumplido”.

Últimos años del santo

San Juan evangelista partió al encuentro del Señor en el año 96 en Efeso, después de haber sido arrojado a una caldera de aceite hirviendo sin hacerle daño. Con la muerte de Juan, enamorado de Cristo, se concluyó la revelación en el Nuevo Testamento. 

Gracias, Juan por este regalo que mediante ti nos hace Jesús al entregarnos a nuestra Madre María.

San Juan evangelista, ruega por nosotros.

Los cinco minutos del Espíritu Santo

 


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El Espíritu Santo vive extasiado con el Padre Dios y con su Hijo Jesús. Por eso él siempre nos mueve a adorar al Padre y a vivir en amistad con Jesús. Su gloria está en que nosotros busquemos la amistad con Jesús cada vez más.Hoy la Iglesia nos invita a recordar al evangelista San Juan, visto como el discípulo amado (Juan 20,3-8), que pudo hablar de Jesús con gran profundidad porque había vivido muy de cerca los momentos más importantes del Maestro. Se recostaba sobre su pecho y le preguntaba sus dudas, y estuvo al pie de la cruz cuando todos se habían ido. Por eso es el modelo del discípulo fiel hasta las últimas consecuencias, con una fidelidad que brota de un amor invencible. Esa misma amistad quiere producir el Espíritu Santo en nuestras vidas.Juan es testigo privilegiado de la resurrección del Señor, porque no sólo fue el primer discípulo que vio el sepulcro vacío, sino que al verlo interpretó la Palabra de Dios (Juan 20,9) y creyó en la resurrección de Jesús. Así nos enseña cómo los acontecimientos que aparentemente no dicen nada, si son iluminados por la Palabra de Dios pueden comunicarnos los mensajes más profundos. Todo lo que nos pasa puede enseñarnos algo grande si aprendemos a iluminarlo con la Palabra del Señor que lo aclara y lo explica.La Iglesia primitiva, sobre todo la comunidad de Juan, valoraba especialmente sus enseñanzas, porque estaban fundadas en su experiencia particular junto a Jesús, como "el discípulo al que Jesús amaba" de un modo especial, el que lo acompañó en todo momento. También nosotros podemos aprender muchas cosas recostados en el pecho de Jesús. Pero para eso necesitamos que el Espíritu Santo nos libere de muchas ataduras del corazón que nos alejan del Señor. Pidámosle que nos llene con su fuego, para que queme todo lo que no nos deja vivir esa hermosa amistad.📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Lecturas cotidianas /Miércoles de la octava de Navidad

 



 PRIMERA LECTURA

Comienzo de la Primera carta del apóstol san Juan 1, 1-4

Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, les damos testimonio y les anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído se lo anunciamos, para que estén unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Les escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.

Palabra de Dios.


Juan, pone aquí el acento no tanto sobre la «Palabra», como en el prólogo de su evangelio, sino sobre la «vida» que Jesús posee y dona. Todo tiene comienzo en la experiencia del apóstol vivida en contacto directo con Jesús. Esta experiencia llega a ser más tarde en el Apóstol testimonio y ejemplo coherente; este testimonio se hace anuncio valiente a los otros para que participen del mismo don; además, el anuncio genera la comunión entre los hermanos de la comunidad, comunión que, en realidad, es auténtica participación en la vida trinitaria con el Padre y el Hijo Jesús. Por último, esta comunión hace brotar el fruto de la alegría que colma el corazón.


SALMO RESPONSORIAL
Salmo 96
R. Alégrense, justos, con el Señor.

• El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. R/.


• Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

• Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, con el Señor, celebren su santo nombre. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan 20, 2-8

El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Palabra del Señor.


Vio y creyó

En el Evangelio de hoy se narra la Resurrección, el momento en que María Magdalena va al sepulcro donde han puesto el cuerpo de Jesús, y lo encuentra vacío. Imaginemos el momento tan impactante para María, ¿qué sentiría en su corazón? Una mezcla de sorpresa, miedo, angustia, esperanza…un millón de pensamientos se agolparían en su mente, la reacción más inmediata fue salir corriendo y anunciar a los apóstoles lo que había pasado. Recordemos que Jesús había anunciado previamente que tras su Pasión, resucitaría, sólo que sus discípulos no entendían qué quería decir con eso de “resucitar”, hasta que encuentran  el sepulcro vacío. Imaginemos a Pedro y a Juan mientras corrían, pensarían ¿será verdad aquello que nos dijo? ¿es posible? Seguramente recordarían todo lo que Jesús anunciaba sobre su muerte y Resurrección, y comenzaron a creer ya de camino al sepulcro. Por eso al llegar y encontrarlo vacío, finalmente creen: Jesús ha resucitado.

¿Cómo se manifiesta en ti la Resurrección de Cristo? ¿Has sentido el paso de la muerte a la vida en algún momento concreto? Todos, absolutamente todos, hemos tenido esa experiencia de estar sumidos en lo profundo del abismo, en el pecado que nos esclaviza, en una situación muy dolorosa en que no veíamos la luz, y justo ahí, hemos sentido que Cristo nos cogía de la mano y nos impulsaba hacia arriba, hacia la esperanza, hacia la luz verdadera que es Él mismo. Hoy, da gracias a Dios por el triunfo de la Resurrección en tu propia vida, porque el sepulcro donde se hallaban tus miedos, tus pecados, todo eso que te hiere y te mantiene atado al dolor, ese sepulcro, hoy está vacío, es Cristo quien vive en ti. Bendice y alaba por siempre al Señor por la Misericordia que ha tenido y tiene cada día contigo, ¡ánimo! No temas seguir en el combate de la fe, Cristo ya reina victorioso, ha resucitado y quiere que resucites con Él.  

Sor Mihaela María Rodríguez Vera O.P.

Sor Mihaela María Rodríguez Vera O.P.

martes, 26 de diciembre de 2023

Los cinco minutos del Espíritu Santo


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El agua apaga el fuego, pero el viento lo aviva. ¿Por qué al Espíritu Santo se lo asocia con el fuego, el agua y el viento al mismo tiempo?El Espíritu Santo es fuego espiritual, porque, cuando se lo permitimos, él quema nuestros males y los reduce a cenizas. Destruye el pecado, el egoísmo, la vanidad, la tristeza.Pero luego viene como viento, arrastrando esas basuras y cenizas que quedan todavía en el alma.Y finalmente se derrama como lluvia, que termina de limpiar toda impureza. A veces es agua que cae suavemente; otras veces es un torrente lleno de ímpetu y furor, que arrasa lo malo con toda su potencia de santidad.Nosotros a veces le exigimos al Espíritu Santo que venga a nuestra vida de determinada manera. Quisiéramos que cayera siempre como lluvia mansa, o preferiríamos siempre el calor del fuego, o desearíamos una brisa suave. Pero él viene siempre de distinto modo, viene como a él le parece. En realidad, viene como más lo necesitamos, aunque a veces no podamos comprenderlo, aunque nos resulte incómodo.Pero es mejor dejarlo actuar como él quiera, ya que él sabe mejor que nadie lo que realmente nos hace falta para seguir creciendo.📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Revista Vivir en Familia Con Alegría - Nº 14 diciembre

 

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Lecturas de hoy martes de la octava de Navidad

 




PRIMERA LECTURA

De los Hechos de los Apóstoles 6, 8-10; 7, 54-60

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: “Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”.

Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado”. Y, con estas palabras, expiró.

Palabra de Dios.


Esteban, primer mártir de la Iglesia. Hombre de fe y de Espíritu Santo, fue elegido diácono para el servicio de la comunidad cristiana, a fin de que la comunión de vida fuese visible incluso en la distribución de los bienes. Lleno de dones carismáticos, de sabiduría contemplativa en la predicación y de fuerza evangélica en la evangelización, fue intrépido testigo de Cristo resucitado con la fuerza de su Espíritu. La parte final del valiente discurso, hecho ante los ancianos y los jefes del pueblo, y la sucesiva narración de su martirio son un magnífico ejemplo de catequesis bíblica. El testimonio de Esteban no es otro, sino que la vida de Cristo continúa en la vida de la Iglesia por la disponibilidad al Espíritu, la predicación, la coherencia evangélica y la muerte misma.



SALMO RESPONSORIAL
Salmo 30
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

• Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame. R/.


• A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. Te has fijado en mi aflicción. R/.

• Líbrame de los enemigos que me persiguen; haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: “No se fíen de la gente, porque los entregarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas y los harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así darán testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando los arresten, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo lo dirán: en su momento se les sugerirá lo que tienen que decir; no serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará por ustedes. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos los odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará”.

Palabra del Señor.


“El Espíritu de su Padre hablará en ustedes”.

Estamos celebrando la fiesta de san Esteban, el primer mártir de la primitiva Iglesia. El evangelio de este día nos pone frente a esta situación de tener que dar testimonio de nuestra fe en Jesús, sabiendo que ello implica, no pocas veces, estar dispuestos a dar la vida. 

Sin embargo, nos anima una confianza, el Espíritu de Dios estará con nosotros, y hablará en nosotros. 

A nadie, sano de la cabeza, le gusta ser odiado. En general lo que muchas veces mendigamos es el amor. Hacemos un montón de cosas, y entre todas las motivaciones que podemos tener para hacerlas, está sin duda el hecho de hacernos querer. 

Pero hay opciones que vamos tomando en la vida, a las que en conciencia no podemos renunciar y muchas veces son causa para no ser aceptados por todos, por las que sufrimos rechazos y en ocasiones también tener que, con libertad, ofrecer la vida. 

El seguimiento de Jesús es una de esas opciones de vida que implican radicalidad. 

Pero, nos anima una esperanza: Nos espera la vida plena, la felicidad sin límites, la alegría de la salvación en Jesús.




Nuestra Señora de Fátima

    En 1917, en el momento de las apariciones, Fátima era una ciudad desconocida de 2.500 habitantes, situada a 800 metros de altura y a 130...