sábado, 30 de septiembre de 2023

Los cinco minutos del Espíritu Santo

 


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Nosotros buscamos al Espíritu Santo, no solamente para vivir bien, sino también para santificarnos, para llegar a lo más alto de la vida espiritual. Ofrezcámonos al Espíritu Santo, hagamos una profunda consagración de nuestras vidas, para que él nos trasforme completamente. Expresemos este deseo con las palabras de Dom Vandeur:"Espíritu Santo, amor unitivo del Padre y del Hijo, fuego sagrado que Jesucristo nuestro Señor trajo a la tierra, para quemarnos a todos en la llama del eterno amor. Te adoro, te bendigo, y aspiro con toda el alma a darte gloria. Con este fin, te hago esta ofrenda con todo mi ser, cuerpo y alma, espíritu, corazón, voluntad, fuerzas físicas y espirituales.Me doy a ti y me entrego tan plenamente como le sea posible a tu gracia, a las acciones divinas y misericordiosas de ese amor que eres tú, en la unidad del Padre y del Hijo.Llama ardiente e infinita de la Santísima Trinidad, deposita en mi alma la chispa de tu amor, para que la llene hasta desbordar de ti mismo;para que transformada por la acción de tu fuego en caridad viva, pueda, con mi sacrificio, irradiar luz y calor a todos los que se me acerquen.Amén."📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Lecturas de hoy

 




Lectura de la profecía de Zacarías

2, 5-9. 14-15a

 

Yo levanté los ojos, y tuve una visión: Había un hombre que tenía en la mano una cuerda de medir. Entonces le pregunté: «¿A dónde vas?» Él me respondió: «Voy a medir Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y cuánto de largo».

Mientras el ángel que hablaba conmigo estaba allí, otro ángel le salió a su encuentro y le dijo: «Corre, habla a ese joven y dile: Jerusalén será una ciudad abierta por la gran cantidad de hombres y animales que habrá en ella. Yo seré para ella -oráculo del Señor- una muralla de fuego a su alrededor, y seré su Gloria en medio de ella».

 

Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión:

porque Yo vengo a habitar en medio de ti

-oráculo del Señor-.

Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor:

ellas serán un pueblo para Él

y habitarán en medio de ti.

 

Palabra de Dios.

 

 

SALMO RESPONSORIAL                                Jer 31, 10-12b. 13

 

R.    ¡El Señor nos cuidará como un pastor!

 

¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,

anúncienla en las costas más lejanas!

Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá,

y lo cuidará como un pastor a su rebaño». R.

 

Porque el Señor ha rescatado a Jacob,

lo redimió de una mano más fuerte que él.

Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,

afluirán hacia los bienes del Señor. R.

 

Entonces la joven danzará alegremente,

los jóvenes y los viejos se regocijarán;

Yo cambiaré su duelo en alegría,

los alegraré y los consolaré de su aflicción. R.

 

 

 



 

  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

9, 43b-45

 

Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».

Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les resultaba oscuro, de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.

 

Palabra del Señor.




Va a ser entregado



¡Qué difícil entender que el camino que lleva a Jesús a la gloria ha de pasar por la muerte! Él mismo indicará a los discípulos que se encaminaban hacia Emaús: Era necesario que el Hijo del hombre padeciera todo esto para entrar así en su Gloria. Ojalá y no seamos tardos ni duros de corazón para entender y vivir aquella invitación que el Señor nos hace: Toma tu cruz de cada día y sígueme. No podemos amar nuestra vida de tal forma que nos apeguemos a ella, y tratemos de evitarle todo el sacrificio y esfuerzo que se exige a quien quiera no sólo anunciar, sino ser testigo de la Buena Nueva del amor de Dios para todos. No vivamos en un hedonismo cristiano, falseando así nuestra fe. Aquel que quiera colaborar para que el Reino de Dios se haga realidad entre nosotros, debe aprender a renunciar a sí mismo, a no querer conservar su vida sin sembrarla en tierra para que muera, y surja una humanidad nueva en Cristo. La fecundidad que viene del Espíritu de Dios en nosotros requiere que muramos a nuestros egoísmos y a nuestras visiones cortas de la vida, y que comencemos a dar nuestra vida para que otros tengan vida, y la tengan en abundancia. Y esto, no porque no haya bastado la Redención efectuada por Cristo, sino porque, ya desde la cruz, Él asoció a su Redención nuestras penas, dolores, sacrificios, entrega, e incluso nuestra muerte aceptada por Él y por su Evangelio.


 


viernes, 29 de septiembre de 2023

Los cinco minutos del Espíritu Santo


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Recordemos que "donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2 Corintios 3,17).Nosotros creemos que somos libres cuando estamos solos, cuando nadie nos molesta, cuando podemos hacer lo que queremos, cuando nos dejamos llevar por nuestras inclinaciones naturales. Una persona que se entrega al alcohol o a la droga se engaña creyendo que es más libre que los que no lo hacen. Pero los demás pueden ver cómo esa persona cada vez está más limitada, cada vez está más dependiente del alcohol y de la droga, cada vez es menos libre para elegir otras cosas, hasta que le resulta imposible vivir sin el vicio. ¿Quién puede ser tan ingenuo como para llamarle libertad a eso?La libertad es un don que Dios nos da para que vayamos haciendo un camino positivo en la vida, un camino que nos lleve a la felicidad. En ese camino el Espíritu Santo nos va sanando y nos va liberando de las cosas que nos esclavizan, y así cada vez somos más libres: nada se nos hace indispensable, nada se nos hace absoluto, somos realmente libres para elegir porque nada nos domina. Esa es la libertad del Espíritu. Pero en realidad, cuando San Pablo nos habla de la libertad del Espíritu Santo, quiere decir que no nos sentimos obligados a ser buenos y santos, sino que lo hacemos porque estamos inclinados a eso desde lo más profundo de nuestra libertad; vivimos bien porque así lo elegimos con toda libertad. Nadie podrá decirnos que estamos obligados a amar a Dios. El amor es libre o no es amor, porque es imposible obligar a alguien a amar. Esa es la maravillosa libertad del Espíritu Santo.📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

 





 

Lecturas de hoy

 



Lectura del libro del Apocalipsis

12, 7-12a

 

Se libró una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón, y éste contraatacó con sus ángeles, pero fueron vencidos y expulsados del cielo.

Y así fue precipitado el enorme dragón, la antigua serpiente, llamada diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles.

Y escuché una voz potente que resonó en el cielo:

 

«Ya llegó la salvación,

el poder y el Reino de nuestro Dios

y la soberanía de su Mesías,

porque ha sido precipitado

el acusador de nuestros hermanos,

el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios.

Ellos mismos lo han vencido,

gracias a la sangre del Cordero

y al testimonio que dieron de él,

porque despreciaron su vida hasta la muerte.

¡Que se alegren entonces el cielo y sus habitantes!»

 

Palabra de Dios.

 



Alegrémonos, y junto con nosotros alégrese la creación entera, porque el Señor se ha levantado victorioso sobre la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás. Miguel la ha vencido no por su propio poder, sino por el poder de la Sangre del Cordero Inmaculado. Así el Diablo ha sido expulsado para siempre del cielo.

Los que aceptamos a Cristo en nuestra vida y nos hacemos uno con Él participamos de su Victoria, lograda mediante su Misterio Pascual. Si somos sinceros en nuestra fe también de nosotros será expulsado Satanás, no por nuestro poder ni por nuestro trabajo personal, sino por el poder de Dios, que actúa en nosotros.



 

SALMO RESPONSORIAL                                                        137, 1-5

 

R.    ¡Te cantaré en presencia de los ángeles, Señor!

 

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

porque has oído las palabras de mi boca.

Te cantaré en presencia de los ángeles

y me postraré ante tu santo templo. R.

 

Daré gracias a tu nombre

por tu amor y tu fidelidad,

porque tu promesa ha superado tu renombre.

Me respondiste cada vez que te invoqué

y aumentaste la fuerza de mi alma. R.

 

Que los reyes de la tierra te bendigan,

al oír la palabra de tu boca,

y que celebren los designios del Señor,

porque la gloria del Señor es grande. R.

 

 

 



 

   Lectura del santo Evangelio

según san Juan

1, 47-51

 

En aquel tiempo:

Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez».

«¿De dónde me conoces?, le preguntó Natanael.

Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera».

Natanael le respondió: «Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel».

Jesús continuó: «Porque te dije: "Te vi debajo de la higuera", crees. Verás cosas más grandes todavía».

Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el, Hijo del hombre».

 

Palabra del Señor.




 La gloria del Señor es


 grande 



En el breve evangelio de este viernes, escuchamos a Natanael confesar que Jesús era Hijo de Dios y Rey de Israel. Jesús describe a Natanael detalles de la escena que acabamos de leer en la Profecía de Daniel, en esta ocasión, con ángeles que danzan sobre el Hijo. El subir y bajar de los ángeles de Dios nos permite establecer conexión con el cielo, una comunicación que es, ante todo, escucha, porque Dios tiene algo que decirnos a cada uno de nosotros, a través de Jesús.

Leí un bonito ensayo de unos conocidos antropólogos franceses titulado: El silencio y la palabra contra los excesos de la comunicación, que me pareció luminoso. Hoy vivimos hiperconectados, inmersos en un trasiego comunicativo que provoca un ruido ensordecedor, ruido que nos anestesia frente a la palabra. La palabra necesita silencio para ser engendrada y necesita silencio para ser acogida. Las entrañas silenciosas de María acogieron la palabra. Natanael recibió la palabra antes de ver a Jesús porque Dios ya se había comunicado con él. En la nueva escena vemos la gloria de Dios que se desvela, y revela, lo que ni hemos recibido por herencia biológica ni por mediación humana.

Dña. Micaela Bunes Portillo OP

Dña. Micaela Bunes Portillo OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo de Murcia

jueves, 28 de septiembre de 2023

La Comisión Diocesana de Liga de Madres de Familia realizó una visita guiada a la Basílica de Maria Auxiliadora y San Carlos de Barromeo con hermanas de la comunidad y secciones.


Agradecemos  a las Sras Araceli  y a Graciela  que fue  una  guía excelente  para mostramos esta hermosa Basílica.


 Basílica de María Auxiliadora de Almagro...La Sagrada Familia custodia el Sagrario!

Los cinco minutos del Espíritu Santo


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Cuando alguien está sereno y pacificado por dentro, es capaz de percibir la armonía que hay en el universo; pero si está inquieto y perturbado, todo lo que ve y escucha le parece fuera de lugar.De hecho, cuando una persona está en armonía por dentro, cuando va al campo es capaz de gozar percibiendo la armonía que hay entre todos los sonidos que se escuchan al atardecer.Los distintos pájaros, las vacas, el ruido del pasto y de las ramas que se mueven, algunas voces, y hasta los rumores de la carretera que se oyen lejanos. Todo produce una preciosa armonía.Pero la persona que no está pacificada por dentro se siente molesta por esos sonidos. Quisiera un silencio absoluto, o desearía oír sólo algunos de esos sonidos, y no otros. Quiere que el mundo se adapte a sus pretensiones. Y no encuentra calma.Por eso, tenemos que descubrir que lo más importante no es que el mundo cambie, sino que cambiemos nosotros. Pidamos al Espíritu que armonice nuestro interior, para que así podamos estar en armonía con la vida.📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Lecturas de hoy

 




Lectura de la profecía de Ageo

1, 1-8

 

En el segundo año del rey Daría, el primer día del sexto mes, la palabra del Señor fue dirigida, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Iehosadac, el Sumo Sacerdote, en estos términos:

Así habla el Señor de los ejércitos: Este pueblo dice: «Todavía no ha llegado el momento de reconstruir la Casa del Señor». Y la palabra del Señor llegó, por medio del profeta Ageo, en estos términos:

¿Es éste acaso el momento de que ustedes vivan en sus casas revestidas de madera, mientras esta Casa está en ruinas? Ahora bien, así habla el Señor de los ejércitos: ¡Consideren la situación en que se encuentran! Ustedes han sembrado mucho, pero han cosechado poco; han comido, pero no se han saciado; han bebido, pero no han apagado su sed; se han vestido, pero no se han abrigado; y el asalariado ha puesto su jornal en saco roto.

Así habla el Señor de los ejércitos: Suban a la montaña, traigan madera y reconstruyan la Casa; Yo la aceptaré gustoso y manifestaré mi gloria.

 

Palabra de Dios

 


No sólo nos hemos de preocupar de que el lugar de culto sea digno; sino que, especialmente, nos hemos de preocupar de ser nosotros mismos una digna morada para el Señor, ya que Él habita en nosotros como en un templo.

Cuando uno mismo busca sólo sus propios intereses, está provocando la pobreza y miseria de los demás. Si en verdad dejamos que el Señor tome posesión de nuestra vida, Él se convertirá en luz que ilumine, desde nosotros, el caminar de quienes nos rodean. Tratemos, por eso, de darle cabida a Dios en nosotros, pues Él mismo, nos envió a su propio Hijo para que nuestras viejas ruinas de maldad y de muerte desaparecieran y surgiera una humanidad nueva, capaz de vivir y caminar en el amor.

Ojalá y no nos aferremos a todo aquello que en lugar de renovarnos nos destruye y nos hace vivir encerrados en nuestro egoísmo, incapaces de contemplar a nuestro prójimo en su dolor para tenderle la mano y generar, así, una vida más justa y más digna.

Que la Iglesia sea signo de unidad, de paz y de amor fraterno. Esa es nuestra misión; vivámosla con gran responsabilidad.




 

SALMO RESPONSORIAL                      149, 1-6a. 9b

 

R.    ¡El Señor ama a su pueblo!

 

Canten al Señor un canto nuevo,

resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;

que Israel se alegre por su Creador

y los hijos de Sión se regocijen por su Rey. R.

 

Celebren su Nombre con danzas,

cántenle con el tambor y la cítara,

porque el Señor tiene predilección por su pueblo

y corona con el triunfo a los humildes. R.

 

Que los fieles se alegren por su gloria

y canten jubilosos en sus fiestas.

Glorifiquen a Dios con sus gargantas.

Esto es un honor para todos sus fieles. R.

 

 

 


 

  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

9, 7-9

 

El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que Jesús hacía y enseñaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: «Es Juan, que ha resucitado». Otros decían: «Es Elías, que se ha aparecido», y otros: «Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado».

Pero Herodes decía: «A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es éste del que oigo decir semejantes cosas?» y trataba de verlo.

 

Palabra del Señor.

 




¿Quién es Éste?



La curiosidad de Herodes solo se queda en un nivel superficial. Por eso cuando se dé el encuentro con Jesús querrá exhibirlo y manipularlo, pero no le interesará realmente conocerlo. La curiosidad que suscita una actitud religiosa busca el encuentro, se abre al misterio del otro y permite abrir el corazón a la fe.

También hoy estamos llamados a dejarnos interpelar por la persona de Jesús, por sus palabras, por sus gestos, por sus sentimientos no como algo pasajero sino como una realidad que nos lleva a la trascendencia, a ir siempre más allá.  Ya nos recordaba Juan Martín Velasco: “La relación religiosa es una relación interpersonal en la que el Tú absoluto se hace invitación al hombre, y con ella, posibilita la respuesta en la que el hombre se entrega para salvarse y realizarse”. Que cada día podamos crecer en esta relación con Jesús.

Fray Edgardo César Quintana O.P.

Fray Edgardo César Quintana O.P.
Casa Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)


Nuestra Señora de Fátima

    En 1917, en el momento de las apariciones, Fátima era una ciudad desconocida de 2.500 habitantes, situada a 800 metros de altura y a 130...