Novenario para Cuaresma: cómo vivirla
La eucaristía diaria. Para vivir el inmenso amor que Dios nos tiene y sentirnos fuertes por la comunión en Él y con Él. La oración personal. Para dejarnos modelar por el Señor y tratar de “tú a tú” con quien tanto nos puede decir. La penitencia. Para desintoxicarnos de aquellos elementos que impiden nuestra sensibilidad religiosa o nuestra apertura al Creador. La limosna. Porque obras son amores. Porque, en el camino hacia nuestra pascua definitiva, hemos de imitar aquello que Jesús hizo: brindar amor. Reflexión. En un mundo mediatizado por las prisas, los agobios y el estrés la cuaresma es un tiempo de desierto. Retirarnos unos minutos a una iglesia o buscar un espacio de silencio puede ser una buena terapia para el encuentro personal con Jesús. Recuperar o reavivar ciertas prácticas devocionales. El viacrucis, la contemplación de la cruz o la lectura de la Pasión de Jesús según san Mateo, pueden servir para preparar una ...