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Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 19, 31-37

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Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a Él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: «No le quebrarán ninguno de sus huesos». Y otro pasaje de la Escritura, dice: «Verán al que ellos mismos traspasaron». Palabra del Señor. ¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?  El corazón representa la sede de los sentimie...

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 19, 25-27

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Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien El amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquella Hora, el discípulo la recibió como suya. Palabra del Señor. “La cruz es el lugar de la fecundidad: allí nace el discípulo-hijo. María es el continente del hijo-discípulo. Y por eso es, privilegiadamente, figura de la Iglesia. La diaconía de María al pie de la cruz es la de la encarnación de toda la Iglesia: recibir al discípulo en su vida y dejar que este la reciba en su casa: darse mutuamente la vida que reciben del Señor de la Vida”

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 19, 25-27

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Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre, con su hermana María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Y Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. Palabra del Señor. ¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? María estaba al pie de la cruz, junto a su hijo. María se mantuvo a distancia cuando Jesús “triunfaba”, cuando querían hacerle rey, cuando lo aclamaban... Pero ahora, en la cruz, María está cerca, muy cerca. “Gracias, María, por tu ejemplo de fidelidad y entereza” “Gracias por estar siempre a mi lado, sobre todo cuando sufro” “Danos fuerza, Señor, para acompañarte siempre” “Mujer, ahí tienes a tu hijo... Hijo, ahí tienes a tu madre”. Jesús está preocupado por sus discípulos y cuando ya les ha dado todo, les da a su madre, para que los cuid...

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 19, 25-27

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Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien El amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquella Hora, el discípulo la recibió como suya. Palabra del Señor. El evangelio de Juan nos llevó otra vez al Calvario: cuando Jesús puso a su Madre al cuidado de Juan y a Juan al cuidado de María.  “Ahí tienes a tu madre…”  Por eso, no se podrá prescindir más de María. Ella está por Madre. Algunos cristianos hacen gala de una fe desarraigada de toda piedad mariana. Es el caso de aquellos que no descubren el rostro materno de la Virgen. Más aún, no se permiten contarse entre la descendencia de Juan… Quiero insistir en esta maternidad objetiva de la Madre de Jesús sobre nosotros, para no reducir el vínculo con María a una cuestión subjetiva y privativa de aquellos que...

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 19, 25-27

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Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien El amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquella Hora, el discípulo la recibió como suya. Palabra del Señor. ¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? Es preciso recordar que, según la tradición, de hecho, la Virgen reconoció a Juan como hijo suyo; pero ese privilegio fue interpretado por el pueblo cristiano, ya desde el inicio, como signo de una generación espiritual referida a la humanidad entera. La maternidad universal de María, la "Mujer" de las bodas de Caná y del Calvario, recuerda a Eva, "madre de todos los vivientes" (Gn 3, 20). Sin embargo, mientras ésta había contribuido al i...