sábado, 30 de abril de 2022

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo escrito por Mons. Víctor Manuel Fernández

 




"Ven Espíritu Santo. Ilumíname para que sepa decir las mejores palabras, esas que puedan hacer bien a los demás. Tómame Espíritu Santo, para que a través de mis gestos se exprese el amor de Jesús y los demás puedan crecer en la amistad que les ofreces.

Dame flexibilidad y apertura, para que me adapte con sencillez a las necesidades de los otros. Dame un oído atento, para escuchar lo que tú me digas a través de ellos. Fecunda y reaviva los carismas que derramaste en mi vida para cumplir mi misión en el mundo. Guíame, Espíritu Santo. No dejes que confunda el camino.

Enséñame a discernir, para que no me desgaste cuidando la apariencia o buscando fama. No dejes que ponga mi apoyo en falsas seguridades que me alejan de ti. Toca mi interior, Espíritu Santo, para que viva de ti, para que me deje llevar por ti donde quieras, como quieras, cuando quieras. Para que mi camino me oriente siempre a ti, para que siempre esté contigo, para que sepa de verdad que sólo en ti está la fuente de la vida. Gracias, Espíritu Santo, porque puedo participar en la construcción del Reino de Dios, y así puedo crecer en tu amor. Amén."

SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

 





 


Lectura de los Hechos de los Apóstoles

6, 1-7

 

En aquellos días, como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendía a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos.

Entonces los Doce convocaron. a todos los discípulos y les dijeron: «No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocupamos de servir las mesas. Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea. De esa manera, podremos dedicamos a la oración y al ministerio de la Palabra».

La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor ya Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. Los presentaron a los Apóstoles, y éstos, después de orar, les impusieron las manos.

Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe.

 

Palabra de Dios.



Los apóstoles sirven la Palabra y los diáconos (como fueron llamados) sirven a los que tienen necesidad. Su servicio es igual cualitativamente, aunque las tareas y habilidades específicas son diferentes. Ambos son esenciales en la formación del pueblo de Dios y para el testimonio del pueblo de Dios en el mundo.



 

SALMO RESPONSORIAL                                        32, 1-2. 4-5. 18-19

 

R.    ¡Que tu amor descienda sobre nosotros, Señor!

 

Aclamen, justos, al Señor:

es propio de los buenos alabarlo.

Alaben al Señor con la cítara,

toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R.

 

Porque la palabra del Señor es recta

y Él obra siempre con lealtad;

Él ama la justicia y el derecho,

y la tierra está llena de su amor. R.

 

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,

sobre los que esperan en su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte

y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R.

 

 

 


 

   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Juan

6, 16-21

 

Al atardecer de ese mismo día, en que Jesús había multiplicado los panes, los discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaúm, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.

Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo: «Soy Yo, no teman».

Ellos quisieron subirlo a la barca, pero ésta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.

 

Palabra del Señor.

 


“Soy Yo, No Teman”



En el Evangelio de hoy Jesús camina sobre las aguas y se acerca a la barca de los apóstoles que reman con dificultad por el viento fuerte… Todo lo que se relata ocurre “en la noche”, en medio de tormentas y movimientos que no deseamos y que nos asustan e inquietan. Nosotros podemos compararlo con la barca de nuestra vida, de nuestra familia, con la noche que significa la ausencia de Jesús y que encontramos en los diversos acontecimientos de la vida de cada ser humano. ¡Cuántas situaciones hay en la vida personal y en la vida de la Iglesia que no comprendemos, que nos desconciertan y asustan! En medio de todo esto, surge la ternura de la voz de Jesús, que nos dice “no teman”. Él sigue diciéndonos que no temamos, que afrontemos la novedad y aquello que nos desconcierta con la certeza de que Él está cerca y nos guía con seguridad a nuestra meta. Él está ahí, con nosotros y en nosotros. De este modo, no hay lugar para el temor.
¿Ante qué realidades o situaciones el Señor me dice que no tema? ¿cuáles son los mares agitados que hoy me toca enfrentar?

viernes, 29 de abril de 2022

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo escrito por Mons. Víctor Manuel Fernández

 




Hoy contemplamos lo que hizo el Espíritu en la vida de Santa Catalina de Siena. Por una parte, en ella vemos realizada la sabiduría de los sencillos, porque Catalina era una mujer analfabeta, sin formación, que llegó a explicar misterios profundos de la vida espiritual y fue capaz de sacar de sus errores a muchos pretendidos sabios de su época. La acción del Espíritu en quien se deja enseñar por él, produce la más alta sabiduría, e infunde en los aparentemente débiles un arrojo incomprensible. La humilde e inculta Catalina era capaz de dirigirse al Papa dándole consejos y de reprochar de frente las debilidades de los obispos.

Además, el hombre o la mujer donde obra el Espíritu, que se deja llevar en la existencia por el impulso de vida del Espíritu Santo, pierde el temor al desgaste que pueda ocasionarle su misión; ya no le tiene miedo al paso del tiempo, a la pérdida de energías, y cada vez experimenta una seguridad mayor, prueba "gozo y paz en el Espíritu Santo" (Romanos 14,17). Por la firme vitalidad que le ha ido dando el Espíritu con el paso de los años, "en la vejez seguirá dando fruto, y estará frondoso y lleno de vida" (Salmo 92,15).

La vida de Dios en nosotros nos hace experimentar, cuando una parte de nosotros se va desgastando, que hay otro nivel de vida que va creciendo: "Al cansado da vigor, y al que no tiene fuerzas le acrecienta la energía" (lsaías 40,29-31).

SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

 




 

Lectura de los Hechos de los Apóstoles

5, 34-42

 

Un fariseo, llamado Gamaliel, que era doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en medio del Sanedrín. Después de hacer salir por un momento a los Apóstoles, dijo a los del Sanedrín:

«Israelitas, cuídense bien de lo que van a hacer con esos hombres. Hace poco apareció Teudas, que pretendía ser un personaje, y lo siguieron unos cuatrocientos hombres; sin embargo, lo mataron, sus partidarios se dispersaron, y ya no queda nada.

Después de él, en la época del censo, apareció Judas de Galilea, que también arrastró mucha gente: igualmente murió, y todos sus partidarios se dispersaron. Por eso, ahora les digo: No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo, pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios».

Los del Sanedrín siguieron su consejo: llamaron a los Apóstoles, y después de hacerlos azotar, les prohibieron hablar en el Nombre de Jesús y los soltaron.

Los Apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín, dichosos de haber sido considerados dignos de padecer por el Nombre de Jesús. Y todos los días, tanto en el Templo como en las casas, no cesaban de enseñar y de anunciar la Buena Noticia de Cristo Jesús.

 

Palabra de Dios.



La intervención del doctor de la ley se muestra prudente y resulta decisiva. A partir de los ejemplos de rebeliones, citados asimismo por Flavio Josefo, que acabaron al poco de comenzar, enuncia un principio de no intervención, en nombre de la constante intervención de Dios en favor de su pueblo. No se puede ir contra el obrar divino mediante una intervención humana. Los apóstoles quedan en libertad después de –como Jesús- haber sido azotados. Es digna de señalar la alegría que sienten por haber merecido ese ultraje por amor al Nombre. Aparece aquí un eco de la realización de la bienaventuranza de los perseguidos.

 

 

SALMO RESPONSORIAL                                           26, 1. 4. 13-14

 

R.    El Señor es mi luz y mi salvación.

 

El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién temeré?

El Señor es el baluarte de mi vida,

¿ante quién temblaré? R.

 

Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero:

vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida,

para gozar de la dulzura del Señor

y contemplar su Templo. R.

 

Yo creo que contemplaré la bondad del Señor

en la tierra de los vivientes.

Espera en el Señor y sé fuerte;

ten valor y espera en el Señor. R.

 

 

 


 

    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Juan

6, 1-15

 

Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía sanando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.

Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a Él y dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para darles de comer?»

Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.

Felipe le respondió: «Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan».

Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: «Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?»

Jesús le respondió: «Háganlos sentar».

Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.

Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada».

Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.

Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: «Éste es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo».

Jesús, sabiendo que querían apoderarse de Él para hacerla rey, se retiró otra vez solo a la montaña.

 

Palabra del Señor.



Distribuyó A Los Que Estaban Sentados, Dándoles Todo Lo Que Quisieron.


En el Evangelio de hoy a la muchedumbre, a pesar de la diversidad, les une el hambre. Una situación de necesidad… una multitud de discípulos se encuentran con Jesús en un lugar alejado, lo que plantea un problema logístico. ¿Cómo alimentar a una multitud en descampado? La situación evoca la situación de Israel en el desierto, milagrosamente alimentado por Dios con el maná. Jesús, nuevo Moisés, alimenta a la muchedumbre a partir de los escasos medios de que disponían. Jesús resuelve el problema material y humano y nos deja una enseñanza muy importante para nosotros, sus seguidores; nos exige la solidaridad, a compartir lo poco o mucho que tengamos. Pero actuar y remediar estas hambres no es suficiente: el pan que Jesús distribuye, el nuevo y definitivo maná, está destinado a saciar también otras hambres más profundas y definitivas: el hambre de bien y de salvación, el hambre de verdad y de justicia, el hambre de Dios. No se puede reducir el mensaje cristiano a un discurso de solidaridad social o económica, aunque ésta sea también una exigencia de la verdadera fe.
¿Qué estamos haciendo ante las diversas “hambres” que se perciben en nuestros entorno? ¿nuestra actitud se parece a la del muchacho o a la de Felipe?

jueves, 28 de abril de 2022



 

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo escrito por Mons. Víctor Manuel Fernández

 




 Un manco puede ser feliz sin una mano. Lo será si acepta que eso que le falta es sólo una parte, porque la vida es mucho más que eso. Si lo piensa bien, reconocerá que, si no le faltara eso, le faltaría otra cosa, porque nunca podemos tenerlo todo.

Porque nuestra vida será siempre algo limitado, pero no por eso deja de ser bella, a su manera. Que no se te escape.

Esto no significa no tener objetivos, no tratar de alcanzar cosas nuevas, o dejar de proponerse algo más. Porque eso también es parte de la felicidad. Pero siempre que uno ame y valore más lo que tiene y no tanto lo que no tiene. Porque si uno ama mucho lo que no tiene, y poco lo que sí tiene, siempre estará tristemente insatisfecho, con una especie de vacío en el corazón.

El Espíritu Santo quiere abrirnos los ojos para que aprendamos a vivir nuestra vida así como es, con sus valores y sus límites, sin estar envidiando la vida ajena y comparándonos con los demás.

Cada uno tiene que hacer su propio camino y recorrerlo con todo el corazón, porque tiene que vivir su vida, no la de los demás.

A veces hay que detenerse a mirar la propia vida bajo la luz del Espíritu Santo, hasta que podamos reconocer que también nuestra vida es bella, con todas sus imperfecciones, carencias y límites. Dejemos que el Espíritu Santo nos ayude a aceptarnos a nosotros mismos y a aceptar la vida, para emprender el viaje de cada día con un corazón abierto.

SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

 


 


 

Lectura de los Hechos de los Apóstoles

5, 27-33

 

Los guardias hicieron comparecer a los Apóstoles ante el Sanedrín, y el Sumo Sacerdote les dijo: «Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!» Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo. A Él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen».

Al oír estas palabras, ellos se enfurecieron y querían matarlos.

 

Palabra de Dios.



Todos los discursos de Pedro concluyen con la promesa de la remisión de los pecados para aquellos que se conviertan. La obra de Jesús se presenta aquí como la del iniciador y salvador destinado a dar a Israel la gracia de la conversión y de la remisión de los pecados. ¿Por qué este tema está desapareciendo de la predicación y de la conciencia de no pocos cristianos? Presentar la salvación como perdón de los pecados está, fuera de moda. Pero, para quien tiene el sentido de Dios, quien se da cuenta de la importancia decisiva que tiene estar en comunión con él, quien siente la experiencia de la tragedia que supone estar lejos de él, quien se toma en serio el hecho de que, lo que cuenta es estar en amistad y en comunión con Dios, el perdón de los pecados se presenta como el hecho decisivo de la vida.

 

 

SALMO RESPONSORIAL                      33, 2. 9. 17-20

 

R.    El Señor escucha al pobre que lo invoca.

 

Bendeciré al Señor en todo tiempo,

su alabanza estará siempre en mis labios.

¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!

¡Felices los que en Él se refugian! R.

 

El Señor rechaza a los que hacen el mal

para borrar su recuerdo de la tierra.

Cuando ellos claman, el Señor los escucha

y los libra de todas sus angustias. R.

 

El Señor está cerca del que sufre

y salva a los que están abatidos.

El justo padece muchos males,

pero el Señor lo libra de ellos. R.

 

 

 


 

   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Juan

3, 31-36

 

El que viene de lo alto

está por encima de todos.

El que es de la tierra

pertenece a la tierra y habla de la tierra.

El que vino del cielo está por encima de todo.

Él da testimonio de lo que ha visto y oído,

pero nadie recibe su testimonio.

El que recibe su testimonio

certifica que Dios es veraz.

El que Dios envió

dice las palabras de Dios,

porque Dios le da el Espíritu sin medida.

El Padre ama al Hijo

y ha puesto todo en sus manos.

El que cree en el Hijo tiene Vida eterna.

El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida,

sino que la ira de Dios pesa sobre él.

 

Palabra del Señor.



El Que Cree En El Hijo Tiene Vida Eterna


El evangelio de Juan hoy, nos invita a dejar de ser “terrenales”, a mirar con esperanza y dejar de hablar sólo de cosas mundanas, para hablar y movernos como Jesús. Hoy, se nos quiere enseñar de modo especial que Jesús es el Hijo de Dios que ha venido al mundo para revelarnos la vida de Dios y hacernos parte de ella. En esta dinámica, es necesario que en todo momento y circunstancia nos esforcemos por tener el pensamiento de Dios, anhelemos tener los mismos sentimientos de Cristo y aspiremos a mirar a los hombres y las circunstancias con la misma mirada del Verbo hecho hombre. Pero, más allá de este ideal o noble propósito, en estos días nos preguntamos ¿por qué es tan difícil vivir en el amor, o mejor dicho vivir en Dios, con Dios y para Dios, y dejarle manejar las directrices de nuestras vidas?; entendiendo nuestras limitaciones humanas, nuestros continuos “ ires y venires” en las decisiones que cada día y en cada detalle, estamos llamados a renovar este compromiso. Sin embargo, donde aún se hace más fuerte este cuestionamiento, es ante el dolor y sufrimiento que estamos enfrentando. Hoy, el evangelio resuena como un canto de esperanza, porque nos recuerda que el amor de Dios es acción continua a favor del hombre.

 ¿Estoy creyendo en su presencia? ¿cómo vivo y comunico esta esperanza en el amor de Dios?

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