COMPARTIENDO EL EVANGELIO Reflexiones de Monseñor Rubén Oscar Frassia


(Emitidas por radios de Capital y Gran Buenos Aires – ciclo 2018)

Domingo 30 de diciembre de  2018 – FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET
Evangelio según San Lucas 2,41-52

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos no  entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.

CUIDEMOS LA FAMILIA

Queridos hermanos, la Sagrada Familia es el ejemplo máximo para todos nosotros, de cómo todos tenemos que vivir, cómo todos tenemos que aprender, cómo todos tenemos que transmitir a los demás. La familia, fundamentalmente, es la primera célula de la sociedad y también de la Iglesia y, ante todo, la familia está por encima del Estado y de cualquier programa que el Estado mismo quiera imponer. La familia es la familia y el Estado es custodio de ella y no juez.

Es importante tratar de cuidar a la familia en los valores más profundos: el valor del padre, de la madre, de los hijos; el valor de los vínculos; el valor de las responsabilidades en el cómo tenemos que cuidar a nuestras familias. Siempre tratar de entender lo que es la verdad frente a todas las ideologías que muchas veces quieran o estén amenazando. Es de vital importancia darnos cuenta que a la familia hay que cuidarla, mantenerla y también transmitirla, proyectarla.

Sé que hay muchas familias rotas, hay muchas veces hijos que no tienen al padre -padres vivos y ausentes- pero no repitamos los mismos errores de siempre. Si alguien no le dio una caricia en el momento oportuno, déselo usted a sus hijos en el día de mañana. Si alguien no se sacrificó por usted, sea usted capaz de sacrificarse, y seguir sacrificándose, por sus hijos. Si alguien los abandonó, usted no abandone a los suyos.

¡FELIZ AÑO NUEVO Y QUE NOSOTROS RESPONSABLEMENTE CUIDEMOS AQUELLO QUE SE NOS HA CONFIADO: LA FAMILIA!

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


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