Miércoles Santo


 Los que no sólo nos llamamos sino somos discípulos de Jesús, debemos dejarnos instruir por Él para que, en lugar de ser motivo de sufrimiento seamos la palabra que en nuestros días Dios pronuncia para confortar al abatido, no sólo con nuestros labios, sino con nuestras obras, nuestras actitudes y toda nuestra vida.

Comentarios