Ntra. Madre del Rosario de San Nicolás
El 25 de septiembre la señora Gladys Herminia Quiroga de Motta estaba en su habitación rezando el rosario. La Virgen se le apareció, haciendo el gesto de entregarle el rosario. La aparición fue muy rápida, solo eso, y nada menos que eso.
Historia
La Señora Gladys nació el 1 de julio de 1937. Es una mujer de pueblo, tan simple como muchas otras. Vive en las afueras de San Nicolás de los Arroyos, una ciudad de más de 140 mil habitantes, en un barrio de clase trabajadora.
Antes del 25 de septiembre de 1983, la vidente nunca había tenido apariciones, ni había experimentado fenómenos extraordinarios, religiosos o de otro tipo. Era cristiana como muchas otras, una mujer normal, sólida, realista y optimista. La primera reunión la tomó por sorpresa, sin molestarla. No estaba asustada, ya que reconoció de inmediato a la Virgen con el Niño, con rasgos clásicos y familiares, transfigurada ese día por una luz viva.
Gladys experimentó los terribles sufrimientos de la Pasión de Cristo. Le aparecieron estigmas en las muñecas y esto se repetirá todos los jueves y viernes de Adviento en 1984, así como durante la Cuaresma, todos los años.
Los médicos enviados por el obispo analizaron cuidadosamente el fenómeno. Sus observaciones excluyen cualquier error. Gladys, como otros místicos, afirma que, aunque el dolor físico es grande, el sufrimiento moral es mayor.
El 28 de septiembre el corazón de Gladys comenzó a vibrar y a llenarse de alegría. Y nuevamente la Virgen se le apareció, vestida de azul, con el Niño en brazos, entregándole el rosario.
Gladys se preguntó: ¿Cuál es la razón de estas apariciones? Pensó, la próxima vez, le preguntaré.
El 7 de octubre, la fiesta del rosario, Gladys sintió el anuncio interno que ya había aprendido a reconocer. Vio una luz y luego, en esa luz, la misma aparición, real y llena de vida, sosteniendo en sus manos un gran rosario. Entonces escribió:
“La vi y le pregunté qué esperaba de nosotros. En ese instante la imagen se nubló y apareció la visión de un templo, así que entendí que María Santísima quería estar con nosotros”.
La Virgen no respondió con palabras, sino con la imagen profética de la capilla que deseaba: su hogar en medio del nuestro, como Dios había tenido, en el pasado, su tienda entre los hebreos. Hasta este momento Ella nunca había hablado. Gladys siguió pensando en esa primera imagen simbólica.
El lunes 13 de octubre, la Virgen habló por primera vez:
“Eras un hacedor. No tengas miedo, ven a verme. Caminarás de mi mano y recorrerás muchos caminos”.
Nuestra Señora del Rosario agrega, por primera vez, una referencia bíblica: Ezequiel 2, 4-10. Este texto bíblico es severo. El Señor se queja fuertemente de su pueblo rebelde: «Son hombres tercos y de corazón duro».
Desde el 27 de noviembre de 1983, Gladys ha tenido visiones diarias y ha recibido pequeños mensajes. En 1992 se publicaron más de 1800 mensajes.
En la noche del 24 de noviembre, Gladys fue con un grupo de personas al lugar que María había elegido para construir su templo y, mientras les mostraba el lugar, un intenso rayo de luz cayó sobre él, pareciendo desaparecer en el suelo. Una niña de 9 años también vio este rayo de luz.
Al día siguiente, Nuestra Señora del Rosario le dijo a Gladys:
“El Espíritu Santo te guía; debes obedecer; este lugar fue elegido para mi hogar; todo está en tus manos”.
La Virgen pide un nuevo santuario, que permanece como otra señal de su presencia. El 4 de enero de 1984, poco más de tres meses después de la primera aparición, un rayo de luz ilumina, por segunda vez, el lugar exacto que eventualmente se convertirá en el umbral del santuario, marcado hoy por una piedra indicativa.
El 22 de mayo la Virgen da más detalles:
“Tu Madre te pide un hogar. No quiero esplendores, quiero una casa espaciosa”.
En el primer aniversario de las apariciones (25 de septiembre de 1984), la Virgen recomienda que comience la construcción que tanto desea.
La imagen de Nuestra Señora Del Rosario
El padre Pérez, rector de la catedral y confesor de Gladys, quería ver si la imagen de Nuestra Señora del Rosario, que había estado en la Catedral durante mucho tiempo y ahora estaba dañada en el campanario, coincidía con la descripción de Gladys. Envió a buscar al vidente y la llevó al campanario.
Gladys reconoció de inmediato la imagen de la aparición aunque sin la mano y el rosario. En ese mismo momento, la Virgen apareció ante la imagen y dijo:
“Fui abandonada, pero resucité; ponme allí para que puedas verme como soy. Quiero estar a orillas del Paraná. Mantente fuerte. Entonces viste mi luz. Que tu fuerza no falle. «Gloria al Dios Altísimo»”.
El padre Pérez hizo reparar la imagen y colocó un nuevo rosario en las manos de Ella y de su hijo. Luego, comenzó un desfile constante en la catedral, ante la imagen de la Patrona. Miles de huérfanos se reunieron con su Madre y la visitaron con gran alegría.
El 25 de octubre Gladys va por segunda vez, desde que comenzaron las apariciones, a la ciudad de Rosario, sede del arzobispado, ciudad consagrada a Nuestra Señora del Rosario. Ese día, la Virgen se le aparece y le tiende un rosario blanco: “Recibe este rosario de mis manos y guárdalo por los siglos de los siglos. Contenta estoy porque eres obediente. Y alégrate porque Dios está contigo”.
Los mensajes continúan, con frecuentes referencias a las Sagradas Escrituras. Es que María conduce a la palabra de Dios y de esta manera continúa su invitación, como lo hiciera a los servidores de Caná: “Hagan todo lo que él les diga”. Éste es un hecho nuevo y singular en la historia de las apariciones marianas.
En noviembre la Virgen le da varios mensajes, donde recuerda su cercanía, su protección y ayuda:
“Cuando lo necesitéis, acudid a mí, yo te responderé. Feliz estoy contigo, digna eres de mi confianza. Gloria al Señor”.
“De mi presencia tenéis sed, de mis manos comerán. Tened paciencia, todo a su debido tiempo llegará”.
“Tu espíritu, del Espíritu Santo alimentado está”.
Gladys siente entonces un gran aroma a rosas, una de las frecuentes manifestaciones marianas. La Virgen le dice: “Aquél que huele el perfume de mis rosas, conmigo camina. Gloria al Señor”.
El 15 de noviembre de 1983, Jesús le habla a Gladys por primera vez: “Soy el sembrador, la cosecha será grande”.
El mismo día la Virgen dice: “Soy patrona de esta región. Haced valer mis derechos”.
Este mensaje nos recuerda que la parroquia de San Nicolás había sido encomendada desde el principio a Nuestra Señora del Rosario. La imagen, hoy venerada en el Santuario, había ocupado un lugar destacado en la catedral inaugurada en 1884. Tras ser bendecida por el Papa León XIII, fue traída desde Roma y donada para este lugar. Nuestra Madre ha elegido un lugar de bendición, cerca del río. Allí quiere recibirnos: “Cerca de ti quiero estar. El agua es una bendición. Quiero poder recibiros en un día no muy lejano en la casa que he elegido”.
Ante la pregunta de Gladys, de si debía ser capilla o santuario, la Virgen le da una respuesta a través de las Sagradas Escrituras. Le dice que lea Éxodo, capítulo 25, versículo 8º que dice:
“Me harán un santuario y habitaré en medio de ellos”.
Ante la pregunta de Gladys si le gustaría que la llamaran María del Rosario de San Nicolás, la Virgen le responde: “Así debe ser. Mi anhelo es estar entre vosotros, colmarles de bendiciones, de paz, de alegría, y acercarles al Señor nuestro Dios”.
La Virgen hizo acuñar a Gladys una medalla con la advocación de María del Rosario de San Nicolás, y en el reverso la Santísima Trinidad con siete estrellas. “Hija mía, el significado de las siete estrellas son siete gracias que mi Hijo Jesucristo concederá a quien la lleve sobre su pecho. Alabado sea el Señor”.
Gladys recibió más de mil ochocientos mensajes, desde el 13 de octubre de 1983 hasta el 11 de febrero de 1990, día del último mensaje.
La primera vez que vio a la Virgen fue el 25 de septiembre de 1983. Pero desde el 27 de noviembre de ese año, las visiones fueron diarias, en su casa, en diferentes horarios. Antes de cada aparición recibe un anuncio interior, y si está con otros no lo manifiesta. Dice Gladys: “Siento como un hormigueo en los brazos, entonces sé que Ella viene; cierro los ojos y aparece”. Pareciera ser que ella no cae en éxtasis, si se entiende esta palabra como desconexión con el mundo exterior. Sin embargo no se trata de una visión interior subjetiva. Para Gladys la Virgen es real y está viva. La ha tocado. Ha sentido la consistencia y el calor de su cuerpo. La escucha y le responde, gozando de una real intimidad. A veces las personas cercanas perciben un perfume de rosas o una sensación de calor.
El 8 de noviembre de 1984 Gladys relata cómo es la Mujer de la visión: “Hoy como nunca siento deseos de decir cómo veo a la Santísima Virgen María. Es de una belleza nada fácil de describir, pero es hermosa, y en Ella van juntas la humildad, la fuerza, la pureza y el Amor, así con mayúscula, porque todo el amor del mundo creo que no cubre el amor que Ella siente por sus hijos. Cuando ordena, siento la fuerza que hay en Ella. Cuando da consejos, siento su amor maternal. Y cuando me dice que sufre por esos hijos alejados del Señor, me transmite su tristeza. Todo esto deja en mí esta maravillosa Madre a quien venero y he consagrado mi vida. Hago esto para que mis queridos hermanos puedan saber de alguna manera cómo es nuestra Madre del cielo”.
Desde noviembre de 1984 Dios le concede a Gladys vivir los grandes dolores de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Los estigmas de las manos aparecen durante los jueves y los viernes de Adviento y Cuaresma, año tras año. La sangre brota solo los viernes de Cuaresma. Los estigmas de los pies se presentan los Viernes Santos, después de las tres de la tarde, hora de la muerte de Cristo. Es como si el Señor quisiera concretar el sufrimiento de su Pasión por medio del cuerpo de Gladys que representaría a la Iglesia. Cada Viernes Santo siente en forma especial el dolor de cargar una cruz. Su hombro queda marcado con una mancha alargada y muy dolorosa. Algunas veces ha sentido también la llaga del costado. Gladys asegura que si bien el dolor físico es grande, el sufrimiento moral es aún mayor.
La Virgen fue quien le propuso a Gladys ayunar. El ayuno de Cuaresma dura cuarenta días. A pesar de comer tan poco, su aspecto es saludable y su peso normal.
El obispo de San Nicolás, Monseñor Domingo Salvador Castagna, lejos de tomar distancia de ese fenómeno vital que ocurre en su diócesis lo acepta, lo guía y lo nutre, sin dejar de lado la prudencia y el discernimiento. De manera ejemplar alienta a los peregrinos que desde el primer momento comienzan a afluir a San Nicolás. Las procesiones se suceden todos los meses el día 25, siendo la más importante y numerosa el 25 de septiembre de cada año, en recuerdo del día de la primera aparición.
El 25 de septiembre de 1986 el obispo coloca la piedra fundamental del actual Santuario.
El Campito de la Virgen que se halla junto al Santuario se ha transformado en un lugar de procesiones, vía crucis y de confesiones, particularmente en días de mayor concurrencia.
Las conversiones son numerosas y profundas. Esta gracia tiene efectos duraderos.
A lo largo de la Argentina se han formado miles de grupos de oración que son fuente de luz.
Varios han dado también testimonio de curaciones físicas realizadas por Jesús, por intercesión de la Virgen María.
Si los mensajes a Gladys Motta dejaron de publicarse en 1990, eso no significa que no los continúe recibiendo. Ella lo que recibe se lo entrega en un sobre al obispo, que decide si ve o no la publicidad. La vidente, más allá de que recibe esta gracia, es una persona de carne y hueso. Entonces puede generarse alguna repetición. Por eso monseñor Castagna decidió no publicar más los mensajes, no es que haya algún secreto.


Estudio del caso
En agosto de 1990, el teólogo francés René Laurentin publicó “An appeal from Mary in Argentina: the apparitions of San Nicolas” (“Una llamada de María en Argentina: las apariciones de San Nicolás”, Milford, OH: Faith Publishing Co., 1990), con más de 163 páginas, producto de la visita del autor a la ciudad, quien además ha escrito sobre otras apariciones sobrenaturales. En su agradecimiento menciona entre otros colaboradores a Monseñor Domingo Salvador Castagna, Marie Helene Sutter de Gall y el padre Carlos Pérez, a quien Gladys Motta confiara su historia.
En 1994, el historiador Cayetano Bruno, de la ciudad de Rosario, publicó su «Historia de las manifestaciones de la Virgen, María del Rosario de San Nicolás», realizado con recopilaciones que el autor realizó sobre testimonios y datos oficiales del archivo del Santuario.
Se ha publicado además un libro titulado «Mensajes de 1990”, con los que la Virgen transmitió a la vidente, Gladys Motta, en un compendio de las 1887 visitas de la misma hacia la mujer. Y también se realizó en 1991 un libro similar pero comentado, llamado «¿Quién es esta mujer?», del autor Víctor Martínez.
En un decreto firmado el 22 de mayo de 2016 y hecho público pocos días después, Héctor Cardelli, obispo de San Nicolás, declaró que las apariciones ocurridas en San Nicolás serían de carácter sobrenatural. De este modo, el hecho ha quedado reconocido, a nivel diocesano, dentro de la Iglesia Católica.
Descripción
El Santuario se fue construyendo paso a paso. “En 1989 se terminó la primera etapa de la construcción. Las bases de la cúpula se finalizaron en 2000. La obra siempre fue al ritmo de las donaciones. Aquí no hubo grandes dádivas. Como manifestaba siempre monseñor Castagna, ‘el único padrino del Santuario es el pueblo’. Nadie hizo grandes aportes, solo los pequeños aportes de la gente sencilla, que pone de manifiesto su amor a la Virgen.”
Una vez finalizado, “el Santuario tendrá una capacidad para 6.000 personas. Nosotros los 25 -de mayo y septiembre, cuando reciben más gente- usamos el Campito, lo que llamamos el templo exterior. Allí hay un altar y toda una explanada donde entran más de 70.000 personas”.
La cifra parece enorme, pero la verdad es que en promedio, y en épocas normales, sin pandemia, llegan al Santuario 1.500.000 personas al año. “Los meses más fuertes son septiembre, cuando se hace la novena, todo el mes, y el 25 de mayo, que naturalmente se terminó convirtiendo en una fecha con gran movilización de gente. Además, claro, de Semana Santa. El 25 de septiembre de 2019 llegaron unas 400.000 personas para las jornadas del 24 y 25.
La construcción del templo se realizó de acuerdo a un estudio para que a través de una planta baja y entrepisos especiales, pueda llegar a albergar entre ocho y nueve mil personas de pie. Para los actos exteriores se construyen terrazas y explanadas.
La cúpula tiene 24m de diámetro y exteriormente, 27m de diámetro, la cual está compuesta por 64 gajos dispuestos verticalmente de hormigón armado y exteriormente cuenta con placas de cobre colocadas en forma de bandejas individuales. La misma se puede admirar desde varios puntos de la ciudad.
El 25 de mayo de 2014 se inauguró el interior del Santuario en su totalidad.
ALGUNOS MENSAJES DE NUESTRA MADRE:
- Bendito el momento que el Señor eligió a este pueblo, y bendito porque lo eligió para que yo tenga mi gran Casa, que será de paz y sosiego. Lugar donde acunaré a millares de hijos que vendrán en busca de amor. Asistiré a los enfermos, a los caídos, a todo hijo perteneciente a la gran familia de Dios, porque mi misión es atender al rebaño del Señor. Gloria a Dios.
- Aquí está el Templo, para el pueblo de Dios. Aquí se arraigará profundamente el amor a Cristo y a María.
- El Templo es protección de Dios para el alma que habita en la tierra y aspira al cielo.
- Hijos míos, mi Corazón quiere que vuestra alma perdure por los siglos de los siglos.
- No se puede vivir sin hacer una plegaria diaria a nuestro Padre del cielo. Ves esta corona, porque esto es lo que deseo que hagáis, una verdadera corona de rosarios. ¡Oración, hija mía, oración! Cuántas bocas permanecen aún calladas sin conocer siquiera una oración que las acerque al Señor.
- El Santo Rosario es el arma a la cual le teme el enemigo. Es también el refugio de los que buscan alivio a sus pesares, y es la puerta para entrar en mi Corazón. Gloria al Señor por la luz que da al mundo.
- La oración es un pedido mío y está dirigido a todos los pueblos. La oración debe nacer de un corazón dispuesto, debe también ser frecuente y hecha con amor. Jamás sea dejada de lado, ya que la Madre quiere que por ella lleguen los hijos a Dios y con el cual logra vencer al enemigo.
- Jesús Eucaristía es cuerpo vivo y verdadero. Adoradlo y amadlo.
- Id y evangelizad. No os fijéis dónde. En el lugar donde estéis, evangelizad a vuestros hermanos que nada conocen de la palabra de Dios. No lo olvidéis. Evangelizad.
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