Decálogo para una buena Cuaresma





Sustituir la carne por el pescado más caro (además de no ser testimonial)
se puede convertir en contrasentido de unos días que deben ser
extraordinarios por lo que hacemos y vivimos desde la Fe.
Tal vez podamos incluir como “vigilias nuevas” otras tantas
resumidas en este decálogo:

1. Dejar de ver la televisión nos hará ser más objetivos,
y más reflexivos. La familia tendrá una oportunidad
para aquella palabra no dicha por falta de tiempo.

2. Olvidar unos cigarrillos contribuirá a la limpieza
de los pulmones y el riesgo de otras tantas enfermedades.

3. El hablar bien de Dios, además de estar en consonancia
con el segundo mandamiento, será signo  de cultura,
equilibrio, delicadeza y de recurso lingüístico.

4. Racionalizar los “tragos”, el vino o cualquier licor
(amén de no multiplicar la vista por dos)
nos arrancará del puro consumismo.

5. Hablar menos y rezar más puede ser un modo práctico
de conservar bien las cuerdas vocales y la salud cristiana.
La oración es el mejor cosmético para el corazón y el alma.
Un Padrenuestro al inicio del día y otro más antes
del descanso nos acercará a Dios que es nuestro Padre
y a los demás que son, por si lo hemos olvidado,
nuestros hermanos.

6. Escuchar la Palabra de Dios, y no dejarnos llevar
por la última opinión de turno, dará seguridad a nuestros pasos
y proyección a nuestra vida cristiana.

7. Hacer menos gimnasia y deporte (al contrario de lo que señalaba
cierto político) y un poco más de ejercicio espiritual
(según un estudio reciente) prolonga la vida, calma el flujo sanguíneo
y procura un mayor enriquecimiento personal  (eucaristía diaria,
cinco minutos de oración en una iglesia, rezo del ángelus,
vía crucis, rosario, laúdes, vísperas, contemplación)

8. Olvidarnos de tanto rostro político, divos, revistas de corazón,
etc., y  leer, por ejemplo, el programa de Jesús de Nazaret
narrado y dibujado con letra y con sangre en los Evangelios.
Nos daremos cuenta que es el único que no engaña.

9. Recuperar el símbolo de la cruz y llevarla especialmente
en el pecho durante estos 40 días. Lejos de ser un adorno
puede ser una “pancarta” de la vida que quiere conquistar
quien lo lleva colgado.

10. Perdonar las pequeñas cosas del ayer que se convierten
en permanentes sufrimientos del hoy. El perdón, entre otras cosas,
aligera peso a la conciencia y hace más feliz la vida.

P. Javier Leoz

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