¿Eres manantial o fuente seca?



Me imagino que eres un manantial a cuyas aguas
refrescantes se acercan tus amigos y amigas,
tus familiares y todo el mundo para sentir
el frescor de una persona nueva, alegre,
radiante de gozo y de hermosura,
si no física totalmente, sí al menos
en tu mundo interior, que es, al fin y al cabo,
el que vale para siempre.

Pienso en ti como una persona
que derrama amor por los cuatro costados;
un amor contagiante y suave
como una caricia de niño en tu cara.

Pienso también que de tu vida salta
un manantial tan bonito y tan bello
que crea su derredor riachuelos
que fecundan la vida de los otros
con placidez, con júbilo humano y hasta eterno.

Pienso en tu manantial que alimenta
los mares con tus aguas limpias y dulces.
El mar te lo agradece.
Pienso en ti como una persona
cuya armonía es tan fina como los cantos
en las montañas verdes y blancas
del Tirol, en Austria.

Pienso que vales tanto,
que todas tus cualidades las desarrollas
al máximo, y te conviertes en un ser creativo
ante quien todos se sienten a gusto.

Pienso en ti como una persona
que cultiva tanto los valores físicos,
mentales, cordiales, como los espirituales.

No seas nunca un ser rengo, es decir,
muy desarrollado en algunos aspectos
y descuidado en tantos otros que,
todos juntos, forman o constituyen
la sinfonía exacta y afinada de tu persona entera.

Sé manantial y nunca fuente seca.
¡Vive hoy feliz!

P. Felipe Santos Campaña SDB

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