sábado, 31 de agosto de 2024

Recordamos a San Ramón Nonato

 


 

Según la tradición su nacimiento fue en Portel (Cardona, Cataluña, España) el 2 de febrero de 1200, en circunstancias extraordinarias. Sus padres soñaban con la llegada de un hijo. Cerca del pueblo había una ermita dedicada a San Nicolás de Bari donde, frente a la imagen de la Virgen con el Niño, la futura madre acudía buscando consuelo y esperanza de gestar esta nueva vida. La Virgen escucha sus ruegos y la vida comienza a germinar. Volviendo un día de la Ermita a su casa muere. Ramón Folch, el Vizconde de Cardona estaba de cacería, y al ver a la mujer tendida en el suelo, sin vida, se inclina sobre el cuerpo y como por inspiración divina, extrae su daga y rasga el vientre de la mujer, naciendo así el niño. A los pocos días fue bautizado Ramón, que era el nombre del Vizconde de Cardona en agradecimiento por su intervención, quien lo asume como ahijado.


Cerca de sus 20 años Ramón pide ingresar a la Orden de los Mercedarios. Profundiza su amor a María, y se compromete con sus hijos que están cautivos. Descubre el sentido de dar la vida por los hermanos. Es elegido por los Mercedarios como redentor, para el rescate de los cautivos.


En el año 1236, en Argelia, ante la gran cantidad de cautivos, decide quedarse como rehén en lugar de ellos, mientras sus compañeros conseguían el dinero para su rescate. Compartiendo el sufrimiento, la prisión y el mal trato que padecían los cautivos, Ramón comienza a consolarlos, a darles ánimo, a hablarles de ese Dios que nunca nos olvida. Y así su prédica y aliento no sólo llama la atención de los cristianos cautivos, sino también de sus captores, con lo cual comienzan a interesarse por su predicación, llegando a convertir a algunos de ellos. Esto enfurece a los jefes principales y le ponen un candado en su boca para que deje de hablar, sólo se lo sacaban para que pudiera comer. A pesar de ese tormento continúa predicando.


El Papa Gregorio IX lo nombra cardenal en el año 1239. Sin embargo, no llega a asumir este título ya que muere en el camino el domingo 31 de agosto de 1240. Para que no hubiera disputas sobre donde iba a ser enterrado, se propuso poner sus restos sobre una mula ciega, considerando que donde se detuviera sería el lugar que el santo había elegido para quedarse. Luego de detenerse brevemente en dos parajes, finalmente llega a la ermita de San Nicolás, lugar donde sus padres soñaron y anhelaron su nacimiento.

Por el clamor de la Tierra – El Video del Papa 9 – Septiembre 2024

Evangelio según san Mateo 25, 14-30/Semana 21ª del tiempo Ordinario

 



 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco’. Su señor le dijo: ‘Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor’.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: ‘Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor’. Se acercó también el que había recibido un talento y dijo: ‘Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’. El señor le respondió: ‘Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil échenlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes’”.

Palabra del Señor.


¿Qué hacemos con los talentos recibidos?


Todos nuestros talentos son un regalo que nuestro Dios nos hace. ¿Qué tenemos que hacer con ellos? Como Jesús es nuestro Maestro y Señor, y nuestro Modelo, podemos afirmar que con nuestros talentos debemos hacer lo mismo que Jesús hizo con los suyos. Gastó y desgastó su vida en favor nuestro. Entregó su vida para enseñarnos el camino a seguir para encontrar el sentido y la esperanza en nuestros días y en nuestras noches.

Eso mismo debemos hacer nosotros. Gastar y desgastar nuestra vida ayudando a nuestros hermanos. Y, como cristianos, la primera ayuda que les debemos ofrecer es anunciarles el evangelio de Jesús. La mejor noticia de todos los tiempos. En el fondo es hacer caso al mismo Jesús en su mandamiento primero: “Amaos unos a otros como yo os he amado”.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)


viernes, 30 de agosto de 2024

Novena Natividad de la Virgen María

 

Novena Natividad de la Virg... by Pato

Santa Rosa de Lima, patrona de América y Filipinas.

 


Nació en Lima, Perú, en 1586 (año de la aparición de la Virgen en Chinquinquirá) fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica.

Cambio de Nombre.
En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Y, el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.

Evitando Peligros.
Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa conságrame a mí todo tu amor". Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.

Renunciando a un Amor.
Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera.

Vocación Detenida.
Se propuso irse de monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.

Una Mariposa Señala el Color.
Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron.

Su Patrona y su Modelo.
Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.

Encierro Total.
Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla "la santa". Entonces ella que sabía que nada es tan peligroso como la vanidad y el orgullo y el deseo de aparecer, se fabricó una pequeña habitación en el solar de la casa donde vivía y allí se dedicó a practicar por largas horas del día y de la noche sus meditaciones, sus penitencias y sus muchas oraciones. Allí pasará el resto de su vida y solamente saldrá para ir a misa ó a socorrer a algún enfermo.

Ganando el Pan con el Sudor.
Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar.

Ataques Varios.
El demonio la atacaba de muy diversas maneras. Y las tentaciones impuras la hacían sufrir enormemente. Además le llegaban épocas de terribles sequedades espirituales en las cuales todo lo que fuera oración, meditación ó penitencias le producía horror y asco. Y fuera de eso la gente se burlaba de su comportamiento y los mismos familiares la consideraban equivocada en su modo de vivir. Alguna vez le protestó amorosamente a Jesucristo por todo esto, diciéndole: "Señor, ¿y a dónde te vas cuando me dejas sola en estas terribles tempestades?". Y oyó que Jesús le decía: "Yo no me he ido lejos. Estaba en tu espíritu dirigiendo todo para que la barquilla de tu alma no sucumbiera en medio de la tempestad".

Sus Penitencias.
Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias. No las vamos a describir todas aquí porque muchas de ellas no son para imitar. Pero sí tenemos que decir que lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien se humilla será enaltecido".Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.

Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.

Sus Dolores.
Distintas enfermedades la atacaron por mucho tiempo. Cuando algunas personas la criticaban por sus demasiadas penitencias, les respondía: "Si ustedes supieran lo hermosa que es un alma sin pecado, estarían dispuestos a sufrir cualquier martirio con tal de mantener el alma en gracia de Dios". Y ella sí que los sufrió. En sus últimos meses exclamaba: "Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo."Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.

Anuncio de la Fecha de su Muerte.
Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo Salvador. Tenía 31 años.

Funeral de Primera.
Y a esta muchacha pobre y sin estudios le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran veneración. El entierro hubo que dejarlo para más tarde porque inmensas multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes del templo.

Honores Finales.
Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el Sumo Pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina.

Los cinco minutos del Espíritu Santo

 


Imagen de la publicación

"Ven Espíritu Santo. Tu amor me contiene y me eleva. Pero muchas veces las preocupaciones de la vida me tiran abajo, como si no tuviera tu amor. Y algunas veces me dejo llevar por la angustia cuando los problemas no son tan grandes. Dame un corazón más agradecido, para que pueda vivir con más optimismo, sin dejar que se me amargue el alma por las cosas que me pasan. Porque siempre, en medio de los problemas, hay muchos regalos de tu amor. Ayúdame a descubrirlos, Espíritu que sostienes mi vida. Ven Espíritu Santo, una vez más quiero dejar ante ti todo lo que me preocupa, y confiar en tu ayuda. Te entrego mi salud, mi hogar, mis tareas, mis proyectos. Quiero que te hagas presente en todos los momentos, que me protejas, y que lleves todo a un buen puerto. Y te agradezco, Espíritu de amor, por todo lo que me has dado. Por el aire, las personas que me ayudan y me alientan, el corazón que late, la sangre, la piel, las sensaciones agradables, y tantas simples cosas que llenan cada día de mi vida.
Gracias, Espíritu Santo.
Amén
."


📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Evangelio cotidiano /Semana 21ª del tiempo Ordinario

 



 Evangelio según san Mateo 13, 44-46

Jesús dijo a la multitud:
"El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró."

Palabra del Señor.


“Vende todo lo que posee”

El Evangelio según San Mateo 13, 44-46 contiene dos breves parábolas que comparan el Reino de los Cielos con un tesoro escondido en un campo y con una perla de gran valor. Ambas parábolas tienen un mensaje similar: el Reino de Dios es de un valor incalculable y merece cualquier sacrificio para obtenerlo.

En la primera parábola, un hombre encuentra un tesoro escondido en un campo. Con alegría, va y vende todo lo que tiene para comprar ese campo. La imagen del tesoro oculto sugiere que el Reino de Dios puede no ser evidente a primera vista, pero cuando lo descubrimos, entendemos que es algo que supera cualquier otra cosa en nuestras vidas. El hombre vende todo lo que posee, lo que indica que el Reino de Dios merece cualquier sacrificio.

La segunda parábola habla de un mercader en busca de perlas finas. Al encontrar una perla de gran valor, también vende todo lo que tiene para comprarla. Esto subraya la idea de que el Reino de los Cielos no es solo valioso, sino que es lo más valioso. El mercader, alguien acostumbrado a reconocer cosas de valor, identifica inmediatamente que esta perla es única y vale la pena renunciar a todo lo demás.

Ambas parábolas nos invitan a reflexionar sobre nuestras prioridades y a considerar qué lugar ocupa el Reino de Dios en nuestras vidas. Nos desafían a preguntarnos si estamos dispuestos a sacrificar lo que sea necesario para seguir a Cristo y vivir según sus enseñanzas. La alegría con la que el hombre vende todo para adquirir el campo sugiere que, cuando realmente comprendemos el valor del Reino de Dios, el sacrificio no se siente como una pérdida, sino como una ganancia inmensa.

En resumen, Mateo 13, 44-46 nos enseña que el Reino de los Cielos es un tesoro incomparable, digno de cualquier sacrificio. Nos llama a valorar lo verdaderamente importante y a estar dispuestos a dejar atrás todo lo demás para seguir a Cristo y vivir según los valores del Reino de Dios

miércoles, 28 de agosto de 2024

Hoy celebramos a San Agustín, Doctor de la Iglesia y patrono de los que buscan a Dios

 Cada 28 de agosto, la Iglesia Católica celebra a San Agustín de Hipona (354-430), el célebre obispo de la antigüedad que encaminó la filosofía y la teología por la ruta de la cooperación, de tal manera que quedaron sentada la estructura y el modo de desarrollo de la doctrina cristiana como depositaria de la verdad -aquella que inquieta el corazón del ser humano y que se revela, en última instancia, en el encuentro con lo divino-.

Poseedor de una fineza espiritual y una profundidad intelectual extraordinarias, Agustín de Hipona no solo ha dejado una huella indeleble en la tradición eclesiástica latina, sino que su pensamiento produjo un impacto decisivo en la ciencia y el saber occidentales.




Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

 


Hoy recordamos a San Agustín, y su conversión es un estímulo para que invoquemos al Espíritu Santo, y con su gracia tratemos de cambiar lo que haya que cambiar en nuestras vidas.

La vanidad nos lleva a pensar que somos el centro del universo y que la vida no puede privarnos de ningún placer. Esa misma vanidad nos lleva a pretender tener a Dios a nuestro servicio, nos hace incapaces de entregar la vida, y finalmente nos hace probar el sabor amargo de la propia miseria y del propio vacío. Algo de eso le sucedía a Agustín. Y cuando Agustín estaba encaminado hacia la conversión, esas viejas experiencias seguían mostrando su falso atractivo y le sugerían que era imposible vivir sin ellas:

"Lo que me retenía eran bagatelas de bagatelas, vanidades de vanidades, antiguas amigas mías que me sacudían la vestidura carnal diciéndome: '¿Así que nos vas a dejar? ¿Desde este momento te privarás de nosotras por toda la eternidad? ¿Nunca más te será lícito esto y aquello?' Y así ¡cuántas cosas no me sugerían Señor! Me sentía aún amarrado a ellas y lanzaba gemidos llenos de miseria: ¿Cuándo, cuándo acabaré de decidirme? ¿Lo voy a dejar siempre para mañana?" (Confesiones Libro VIII, Capítulos 11-12).

Sin embargo, en Agustín triunfó la potencia del Espíritu Santo. Así pudo descubrir que no era la humana debilidad la que podía triunfar, sino el amor que derrama el Espíritu en esa fragilidad. Su conversión fue una experiencia maravillosa que cambió por completo su existencia. Es más, podemos oír a este hombre que lo probó todo, lamentándose por haber desgastado su vida pasada en los vicios y vanidades mundanas. Lo escuchamos quejándose por no haberse entregado antes: "¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva! ¡Tarde te amé!" (Confesiones Libro X, Capítulo 27).

Es cierto que los condicionamientos que con frecuencia nos dominan impiden a la gracia manifestarse plenamente en todas las dimensiones de nuestra existencia. Pero el testimonio de Agustín nos muestra la eficacia de la gracia del Espíritu Santo. Esa misma eficacia puede realizarse con mayor plenitud en nuestras vidas si lo dejamos actuar, y le ofrecemos nuestra pequeña cooperación.


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Evangelio Cotidiano /Semana 21ª del tiempo Ordinario

 




Evangelio según san Mateo 23, 27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que se parecen a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre; lo mismo ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están repletos de hipocresía y crueldad. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que edifican sepulcros a los profetas y ornamentan los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguan en su contra, que son hijos de los que asesinaron a los profetas. Colmen también ustedes la medida de sus padres!”.

Palabra del Señor.


“Hermosos por fuera…”

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la autenticidad de nuestra vida espiritual y nuestras acciones. Jesús condena la apariencia externa de santidad que no refleja una verdadera transformación interior. Los fariseos eran vistos como ejemplos de piedad, pero Jesús revela que su religiosidad era superficial, enfocada en el cumplimiento externo de las normas, mientras que sus corazones estaban lejos de Dios.

La comparación con los sepulcros blanqueados nos recuerda que no basta con aparentar ser buenos o justos; lo más importante es que nuestra vida interior esté alineada con nuestros actos exteriores. Esto nos desafía a examinar nuestras motivaciones y a buscar una integridad que fluya desde lo profundo de nuestro ser. ¿Vivimos nuestra fe de manera genuina, o estamos más preocupados por cómo nos ven los demás?

Jesús también habla de la historia de los profetas que fueron asesinados por sus antepasados y acusa a los líderes religiosos de seguir el mismo patrón de rechazo a la verdadera justicia y misericordia. Este es un llamado a reconocer nuestros propios errores y a no repetir los pecados del pasado. Nos insta a romper con ciclos de hipocresía y a abrazar una fe que sea coherente en pensamiento, palabra y obra.

En resumen, Mateo 23:27-32 nos invita a buscar una transformación interior que se refleje en nuestras acciones y a vivir una vida de fe genuina, evitando la hipocresía y abrazando la verdadera justicia y misericordia.

martes, 27 de agosto de 2024

Hoy celebramos a Santa Mónica

  

Cada 27 de agosto, la Iglesia celebra a Santa Mónica, patrona de las esposas, modelo de mujer y de madre.

“¡Cuántas lágrimas derramó esa santa mujer por la conversión del hijo! ¡Y cuántas mamás también hoy derraman lágrimas para que los propios hijos regresen a Cristo! ¡No pierdan la esperanza en la gracia de Dios!”, dijo el Papa Francisco durante la homilía de la misa de apertura del capítulo general de la Orden de San Agustín, el 28 de agosto de 2013. El Santo Padre aludía así a la manera particular como Santa Mónica (331-387) se ganó el Cielo.


Los cinco minutos del Espíritu Santo


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"Espíritu Santo, fuerza de mi vida, hoy vuelvo a darte gracias.
Gracias porque me colocaste en este universo para que yo haga un camino, para que aprenda a amar, para que descubra tu amistad día a día.
Gracias porque estás conmigo en todo lo que me pasa y me ayudas a aprender algo de cada cosa que me suceda.
Gracias porque quieres transformar todo mi ser con tu vida divina.
Gracias porque cada día es una novedad, porque siempre hay nuevos signos de tu amor, porque siempre me invitas a algo más.
Cuando te abro mi mente y mi corazón puedo recibir maravillas de tu ternura.
Y siempre me llamas a volver a empezar.
Gracias Espíritu Santo.
Amén
."


📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Evangelio Cotidiano/Semana 21ª del tiempo Ordinario

 




 Evangelio según san Mateo 23, 23-26

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más grave de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro y así quedará limpia también por fuera”.

Palabra del Señor.


Dios ve tu corazón

Los fariseos daban importancia a las cosas insignificantes, poco importantes ante Dios, y descuidaban las que verdaderamente valen la pena. Así, pagar el diezmo de los productos del campo lo hacéis, (la menta, el anís, el comino) no tiene relevancia, comparado con las actitudes de justicia y caridad que debemos mantener en nuestra vida.

Otro ejemplo; los fariseos “limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están rebosando de robo y desenfreno”. Cuidan la apariencia exterior, la fachada. Pero no se preocupan de lo interior.

Estos defectos de entonces, también los podemos tener nosotros. La consigna de Jesús es que no se descuiden tampoco las cosas pequeñas: “esto es lo que habría que practicar (lo del derecho y la compasión y la sinceridad), aunque sin descuidar aquello (el pago de los diezmos que haya que pagar)”. A cada cosa hay que darle la importancia que tiene. En los detalles de las cosas pequeñas también puede haber amor y fidelidad. Aunque haya que dar más importancia a las grandes.

Fr. Carlos Oloriz Larragueta O.P.

Fr. Carlos Oloriz Larragueta O.P.
Convento de la Virgen del Camino (León)

lunes, 26 de agosto de 2024

Evangelio Cotidiano/Semana 21ª del tiempo Ordinario

 




  Evangelio según san Mateo 23, 13-22

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quieren. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que viajan por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo consiguen, lo hacen digno de la ‘gehena’ el doble que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: ‘Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga’! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: ‘Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga’. ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar, jura por él y por cuanto hay sobre él; quien jura por el templo, jura por él y por quien habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él”.

Palabra del Señor


¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas!

El Evangelio nos ofrece una visión penetrante de las advertencias de Jesús a los escribas y fariseos. Estás palabras siguen siendo relevantes hoy en día. Jesús critica abiertamente a los líderes religiosos de su tiempo por su hipocresía y falta de autenticidad. Los acusa de obstaculizar el camino de otros hacia la salvación. Este es un recordatorio para todos nosotros de que nuestras acciones y palabras tienen un impacto más allá de nosotros mismos. Sí actuamos de manera hipócrita e inauténtica, podríamos estar alejando a otros de la fe, en lugar de acercarlos a Dios. Porque nuestro problema, en muchas ocasiones, es que ni comemos ni dejamos comer. 

La crítica de Jesús se dirige a la superficialidad de los escribas y fariseos. Se preocupan más por las apariencias externas y las reglas que por la verdadera esencia de la fe. Jesús señala su obsesión con los detalles menores, mientras ignoran lo que realmente importa. Este es un llamado a centrarnos en lo que realmente es central en nuestra vida de fe y no perder el tiempo en cosas superfluas y banales, muchas veces puestas como importantes para maquillar una pobre vivencia de Dios y el miedo a tener un auténtico encuentro con los demás. Jesús también aborda la cuestión de la autoridad y la responsabilidad. Los fariseos se perdieron en tecnicismos, olvidando que todo en el templo es sagrado porque Dios mismo lo hace sagrado. Esto nos recuerda que no debemos tomar a la ligera nuestras promesas o compromisos, especialmente cuando involucran a Dios o a los demás. 

En resumen, este pasaje nos desafía a examinar nuestras propias vidas y actitudes. Nos llama a ser auténticos en nuestra fe, a centrarnos en lo que realmente importa y a ser responsables en nuestras acciones y palabras. Nos advierte contra la complacencia y la hipocresía, recordándonos que estamos llamados a ser luz del mundo y sal de la tierra. No se trata sólo de seguir reglas o de mantener las apariencias, sino de vivir una vida que refleje honestidad, misericordia y ternura a imagen de Dios. 

Fr. Martín Alexis González Gaspar O.P.

Fr. Martín Alexis González Gaspar O.P.
Convento de Ntro. Padre Sto. Domingo (Torren
t)

domingo, 25 de agosto de 2024

Los cinco minutos del Espíritu Santo


Imagen de la publicación

"Ven Espíritu Santo.
Quisiera deslumbrarme con tu amor y tu belleza, y dejarte entrar. Pero tú quisiste que yo te descubriera lentamente, para no invadir mi vida sin mi permiso.
Quisiera abrirte mi interior para vivir tu amistad. Yo sé que eso me haría feliz, porque 'tu amor vale más que la vida' (Salmo 63,4).
Pero me cuesta mucho atreverme a vivir un amor tan grande, tan fuerte, tan total. No me atrevo. Poco a poco quisiera descubrir que no hay nada que temer, que tu amor me deja libre, que tu amor es aire fresco que no asfixia.
Ayúdame a descubrirlo, Espíritu Santo.
A veces me siento tan inseguro, tan frágil, veo que no hay nada firme en esta vida.
Me siento como un pequeño gusano débil que se puede destruir con cualquier cosa.
Pero tu Palabra me dice: 'No tengas miedo gusanillo mío. Yo soy tu salvador' (lsaías 41,14).
Eres mi seguridad, un poder infinito que me defiende. Contigo todo terminará bien. Confiar en ti es mi mayor poder. 'Fuerza mía, para ti cantaré. Porque Dios es mi protección, el Dios de mi amor' (Salmo 59,18).
Ven Espíritu Santo.
Amén.
"


📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

VIGESIMOPRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 



Evangelio según san Juan 6, 60-69

Después de oírlo, muchos de sus discípulos decían: «¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?».



sábado, 24 de agosto de 2024

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

 



El amor que me hace sabio y profundo es el que me hace capaz de pasar de mi mundo al mundo del otro, de la pasión por sentirme bien a la pasión por el servicio, de los engaños espirituales a la disponibilidad. Una persona que se deja llevar por el Espíritu Santo, está siempre disponible, deja que los demás le cambien los planes, sabe renunciar a sus propios proyectos.


Porque el Espíritu Santo, si lo dejamos actuar, nos libera el corazón de tantas cosas para que estemos disponibles de verdad.

El ser humano sabio y profundo está liberado de estructuras, esquemas y agendas. En lugar de pensar y lamentarse por dentro diciendo: "Esta persona me está molestando", aprendió a decirse: "Esta persona me necesita".

Miremos a Jesús. Él iba caminando con un rumbo claro y con un proyecto importante. Parecía que no valía la pena que se detuviera en cosas pequeñas. Por eso, cuando un ciego le gritaba al lado del camino, los discípulos trataban de hacerlo callar, para que no interrumpiera al Maestro. Pero el maestro reaccionó como todo hombre sabio y profundo. Se detuvo. Él tenía sus proyectos. Pero se detuvo ante lo sagrado de un ser humano, y le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?" (Lucas 18,41).

¿Acaso Jesús no tenía cosas que hacer? Seguramente. Pero no estaba atado a una agenda ni a un horario intocable cuando se presentaba un ser humano con una necesidad. Él mismo dijo: "Yo no he venido a ser servido sino a servir" (Mateo 20,28).

Hoy hay quienes están tan ocupados con la gimnasia, el tiempo de relajación, las lecturas espirituales, y tantas otras recetas para sentirse bien, que ya no les queda tiempo para detenerse ante nadie. Eso no es verdaderamente una persona llena del Espíritu Santo, sino un esclavo de sus necesidades psicológicas.


📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Evangelio Cotidiano /Semana 20ª del tiempo Ordinario

 




Evangelio según san Juan 1, 45-51

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: “Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret”. Natanael le replicó: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?”. Felipe le contestó: “Ven y verás”. Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: “Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño”. Natanael le contesta: “¿De qué me conoces?”. Jesús le responde: “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi”. Natanael respondió: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Jesús le contestó: “¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores”. Y le añadió: “Yo les aseguro: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.

Palabra del Señor.


“Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”

En este fragmento evangélico se nos relata la vocación, la llamada de Jesús a Felipe y Natanael, que es el otro nombre de San Bartolomé. En toda llamada de Jesús a seguirle, hay notas comunes y otras particulares en cada persona llamada. Aquí se describe el encuentro de Jesús con Natanael-Bartolomé.

Veamos lo particular de Natanael. En un primer momento y después de la llamada de Jesús a Felipe, este se encuentra con Natanael y le dice que se ha topado con Jesús, de quien escribió Moisés en la Ley y los Profetas, el hijo de José, de Nazaret. Bartolomé desconfía de que de Nazaret pueda salir algo bueno. Y es cuando entra en escena el mismo Jesús haciendo un fuerte elogio de Natanael: “He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño”. Algo que sorprendió a Natanael porque nunca se habían visto antes. Y al final, Natanael dirigiéndose a Jesús le dice: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Y Jesús le respondió que vería cosas mayores que la que acaba de vivir.

Veamos lo común. Todos los cristianos podemos afirmar las notas singulares de nuestro encuentro con Jesús. Pero todos, Felipe, Natanael, Pedro, Juan, Carlos, Antonio, Isabel, Carmen, Lucía... y todos nosotros podemos afirmar que somos cristianos porque nos llamó el mismo Jesús a seguirle después de convencernos de que era Hijo de Dios: “Ven y sígueme”.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

viernes, 23 de agosto de 2024

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

 



 En medio de todo lo que vivimos hay un encanto secreto, un misterio divino escondido que pocas veces alcanzamos a percibir.


En cada cosa y en cada experiencia, hay una luz cautivante que no se descubre a simple vista.

Para reconocer esa maravilla que nos rodea y nos envuelve, tenemos que dejarnos tomar e iluminar por el Espíritu Santo. Él puede cambiar completamente nuestro modo de mirar el mundo.

Pero si él no nos ilumina, sólo vemos lo áspero y gris de las cosas.

Con el Espíritu Santo, también la enfermedad puede llegar a ser una preciosa experiencia llena de intensidad espiritual; también un fracaso puede dejar una enseñanza profunda; y hasta las caídas pueden convertirse en un trampolín para elevarnos a lo más alto.

Con la luz del Espíritu, una hoja que cae es un mensaje de amor, y el atardecer es un maestro de sabiduría.

Dejémonos encantar los ojos por el Espíritu Santo.


📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Evangelio Cotidiano

 




Evangelio según san Mateo 22, 34-40

 En aquel tiempo, cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?». Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas».

Palabra del Señor.

«Amarás al Señor, tu Dios... Amarás a tu prójimo»

Jesús es interrogado por un fariseo sobre cuál es el gran mandamiento de la ley. Jesús responde que el mayor mandamiento es "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente". Luego añade que el segundo mandamiento es similar: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Jesús concluye que de estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Esta respuesta de Jesús es una poderosa síntesis de la enseñanza bíblica. Nos recuerda que el amor es el fundamento de todas las leyes divinas. Amar a Dios completamente implica ponerlo en el centro de nuestras vidas, reconociendo su soberanía y buscando siempre hacer su voluntad. Amar al prójimo como a nosotros mismos significa actuar con compasión, justicia y respeto hacia los demás, reconociendo en cada persona la imagen de Dios.

La reflexión nos invita a vivir en una relación de amor integral: hacia Dios, hacia los demás y hacia nosotros mismos. Estos mandamientos no son solo reglas externas a seguir, sino principios que deben guiar cada acción y decisión en nuestras vidas. Al amar de esta manera, cumplimos con la verdadera esencia de la fe, que es vivir conforme al propósito de Dios, reflejando su amor en el mundo.

jueves, 22 de agosto de 2024

Feliz Cumpleaños padre Juan!!!

 



Feliz cumpleaños que Dios y la virgen María lo protejan, lo cuiden de todo mal, le den la salud y que todas sus intenciones para la santa iglesia católica se realizan bajo la bendición y guía de nuestro Señor Jesús. Amén.

Los cinco minutos del Espíritu Santo


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Es cierto que lo principal es dejarse llevar por el Espíritu Santo, llenos de confianza. Pero siempre tenemos que recordar que él nos quiere vivos, y por eso no quiere que anulemos nuestra creatividad y nuestro empeño. Mi siquiera la oración debería ser algo puramente pasivo. Porque orar no es solamente dejarse estar en la presencia de Dios.

Si queremos regalarle a Dios lo mejor, y queremos que nuestro ser entero se encuentre con él, entonces tenemos que estar ahí, con todo nuestro ser y nuestras capacidades en su presencia, no adormecidos ni atontados. Si nos relajamos demasiado, la mente se llena de imágenes que nos desvían la atención hacia otras cosas. Esas imágenes a veces nos llenan de tristezas o de malos recuerdos. Entonces, cuando termina la oración, nos encontramos cargados de malas sensaciones.

Dejarse llevar por el Espíritu Santo no es estar perdidos en una especie de nebulosa. Se trata más bien de una altísima y amable atención. Es un atento recogimiento donde la persona busca concentrar en Dios todo su ser.

Lo ideal es que se trate de un momento de vida vivido a pleno, con todas las capacidades de la persona ofreciéndose activamente a Dios. Por eso conviene, antes de ir a orar, lavarse la cara y los brazos con agua fresca para despertarse bien. Quizás sea también necesario dar unos saltos, flexionar las piernas, mover un poco los brazos, hacer masajes en el rostro, respirar hondo varias veces, caminar unos minutos, etc. Así el cuerpo y la mente se disponen para estar despiertos y serenos al mismo tiempo, para estar vivos ante Dios.

Es verdad que la iniciativa en este encuentro siempre la toma el Espíritu Santo. Él debe ser el protagonista para que haya verdadera oración. Pero al mismo tiempo nos invita a responderle con todo nuestro ser.


📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

Evangelio Cotidiano/ Semana 20ª del tiempo Ordinario

 



Evangelio según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: “El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados: ‘Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Vengan a la boda’. Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.

El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: “La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Vayan ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encuentren, llámenlos a la boda”. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?’. El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores: ‘Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos”.

Palabra del Señor.


"Todos estamos invitados a la mesa del Señor"

“Y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos” Todos estamos llamados al banquete, todos. Iremos o no, ahí radica la libertad del hombre, pero la invitación la tenemos. Nos espera el Rey, nos aguarda un banquete de bodas, algo grande, fuera de lo corriente. Y podremos aceptar, decir que no sin más o tomar la actitud beligerante de los que llegan a asesinar a los mensajeros. Incluso podemos aceptar sin estar preparados, sin querer seguir las pautas que marca el Anfitrión y ser expulsados. La parábola del banquete nos muestra las distintas actitudes que podemos adoptar ante la llamada de Dios.

Podría parecer de necios recibir una invitación para algo bueno y rechazarla, pero esa es la condición humana: las circunstancias del momento, la oportunidad, los apegos que tenemos en nuestra vida, el no querer romper nuestra rutina, no salir de nuestra zona de confort (como se dice ahora)… y dejamos pasar la oportunidad de vivir a los grande, de gozar de la presencia de Dios en nuestro día a día, de desprendernos de lo que nos ata a lo más mundano. Por eso debemos tener el corazón abierto y los sentidos atentos porque en cualquier momento podemos recibir la invitación que cambiará nuestras vidas.

Dios nos está llamando siempre, es más: nos está esperando siempre. Nosotros somos libres de escuchar o no, de acudir o no a su llamada. Como decía San Juan Pablo II “la Fe se propone, no se impone” y el Señor nos propone sentarnos con Él a su mesa, compartir su banquete, con libertad, la misma libertad que Él nos ha dado, pero si no acudimos a su invitación deberemos asumir las consecuencias. Cristo nos lo explica muy claro en esta parábola, con palabras que entendemos y nos muestra todas las opciones. Teniendo toda la información ya depende de nosotros elegir entre vivir en la Luz o caer en las tinieblas.

D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP

D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro

Mes de la Biblia

    Gracias, Señor, porque tú eres el fiel pastor que me cuida, me provee y me ayuda. Gracias porque confiar en ti trae descanso y paz a mi ...