sábado, 3 de agosto de 2024

Evangelio Cotidiano/ Semana 17ª del tiempo Ordinario

 



Evangelio según san Mateo 14, 1-12

En aquel tiempo la fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes y él dijo a sus allegados: «Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos». Herodes en efecto había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla».

Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo que consideraba a Juan un profeta. El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: «Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre. Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús.

Palabra del Señor.


Mandó decapitar a Juan

Parece claro que Herodes no tenía la conciencia tranquila después de haber mandado matar a Juan Bautista de manera injusta, por hacer caso a Herodías, con la que convivía siendo la mujer de su hermano, y a su hija. Algo que Juan le reprochaba, diciéndole que esa convivencia no le estaba permitida.

Cuando Herodes oye a hablar de Jesús y de todo lo que está haciendo atrayendo a muchos, llega a pensar que es posible que sea Juan  que ha podido resucitar. 

En un primer momento, podemos reaccionar proclamando el injusto comportamiento de Hedores. Pero tenemos que dar un paso más, porque el evangelio se dirige también a todos nosotros y sacar una lección, que puede ser la de pedirle al Señor que no seamos injustos con nadie y que nunca usemos nuestro poder de manera injusta en contra de los demás.

Parece ser que los discípulos de Juan ya estaban en la órbita de Jesús porque después de enterrar a su maestro “fueron a contárselo a Jesús”.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo


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