Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 8, 11-13
Llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con Jesús; y, para
ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Jesús, suspirando
profundamente, dijo: «¿Por qué esta generación pide un signo? Les
aseguro que no se le dará ningún signo».
Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.
Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús curaba ciegos, rengos, mudos... Jesús da de comer a miles de
personas con unos pocos panes... Jesús espabila la esperanza de los
tristes, levanta a los que se caen... Sin embargo para
los fariseos no es suficiente. Por eso, piden a Jesús un signo del
cielo.
A veces también nosotros somos así. Hemos visto la luz de Dios en
algunos momentos, hemos sentido su amor en nuestro corazón... Pero no nos
basta. Y estamos pidiendo continuamente a Dios que se nos manifieste, que
nos de pruebas de su existencia, de su cercanía, de la vocación a la que nos
llama...
Y, hoy como ayer, Jesús suspira profundamente... y marcha a otra
parte.
"Señor, danos un corazón abierto"
"Concédenos descubrir las maravillas que
salen de tu mano"
"Perdona y nuestra ceguera"
"Auméntanos la fe, Señor"
"Danos una mirada contemplativa"
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