lunes, 17 de febrero de 2014

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 8, 11-13




Llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con Jesús; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Jesús, suspirando profundamente, dijo: «¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo».
Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.

Palabra del Señor.



¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? 




Jesús curaba ciegos, rengos, mudos... Jesús da de comer a miles de personas con unos pocos panes... Jesús espabila la esperanza de los tristes, levanta a los que se caen... Sin embargo para los fariseos no es suficiente. Por eso, piden a Jesús un signo del cielo. 



A veces también nosotros somos así. Hemos visto la luz de Dios en algunos momentos, hemos sentido su amor en nuestro corazón... Pero no nos basta. Y estamos pidiendo continuamente a Dios que se nos manifieste, que nos de pruebas de su existencia, de su cercanía, de la vocación a la que nos llama...



Y, hoy como ayer, Jesús suspira profundamente... y marcha a otra parte.



    "Señor, danos un corazón abierto"

    "Concédenos descubrir las maravillas que salen de tu mano"

    "Perdona y nuestra ceguera"

    "Auméntanos la fe, Señor"


    "Danos una mirada contemplativa"

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