Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 20-26
Jesús fijando la mirada en sus discípulos, dijo:
¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de
Dios les pertenece!
¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre,
porque serán saciados!
¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque
reirán!
¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien,
los excluyan, los insulten y proscriban el nombre
de ustedes, considerándolos infames a causa del
Hijo del hombre!
¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque
la recompensa de ustedes será grande en el cielo!
¡De la misma manera los padres de ellos trataban a
los profetas!
Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su
consuelo!
¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos,
porque tendrán hambre!
¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque
conocerán la aflicción y las lágrimas!
¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la
misma manera los padres de ellos trataban a los
falsos profetas!
Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? Pueden ayudar estas
ideas:
Dichosos, dichosos, dichosos... felices, felices,
felices... Así nos quiere Dios. Para eso nació, predicó, curó, sufrió y
resucitó Jesús. Para que tú seas feliz. ¿No te parece impresionante? ¿Qué le
dices?
Lee despacio cada bienaventuranza. Piensa en Jesús o en
María. Las bienaventuranzas son el retrato de los dos. Y deberían ser tu
retrato. Ya lo son un poquito, seguro. Al leerlas y
meditarlas ¿qué te dice Dios? ¿qué cambios alienta en
tu vida? Pide la fuerza del Espíritu para ser cada día más dichoso, más feliz,
siguiendo el camino de las bienaventuranzas.
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Hasta de Jesús
hablaban mal, siendo el hombre perfecto, el amor incansable, la ternura
personificada. ¡Cuanta paz y tranquilidad nos tienen que dar estas palabras del
Señor!
"Danos fuerza para hacer el bien, sin que
nos importen las críticas"
Señor, danos luz y fuerza para
renunciar
a lo
que nos separa de ti, de los hermanos, de la felicidad más grande
No permitas que acaparemos bienes,
porque provocaremos
muchas injusticias!
No permitas que vivamos para consumir,
porque siempre
tendremos más hambre!
No permitas que hagamos llorar a los
demás,
porque hemos
nacido para consolar!
No permitas que seamos duros y
violentos,
porque llevaremos
la guerra dentro y nos destruiremos!
No permitas que únicamente busquemos el placer,
porque jamás sabremos qué es amar!
No permitas que sólo busquemos el
aplauso,
porque nunca
nos sentiremos satisfechos!
No permitas que nos creamos
autosuficientes,
porque nos
encontraremos vacíos!
No permitas que demos culto al ego,
porque así
nunca seremos queridos!
Señor, danos luz y fuerza para
seguirte,
para seguir el camino de la
bienaventuranza.
Ayúdanos a acogerte en nuestras vidas,
porque estaremos
llenos de luz.
Ayúdanos a ponernos en tu manos
porque sólo
así viviremos seguros.
Ayúdanos a optar por el servicio,
porque Tu
nos sirves continuamente.
Ayúdanos a compartir nuestros bienes,
porque Tú
nos dejarás que nos falte la harina y el aceite.
Ayúdanos a hacer sonreír a los que
lloran,
porque Tú
nos miras y nos muestras tu sonrisa.
Ayúdanos a ser no-violentos, profetas
de la paz,
porque así construimos un mundo nuevo.
Ayúdanos a defender al perseguido,
porque Tú
eres y serás defensor.
Ayúdanos a no vivir para nosotros
mismos,
porque Tú
entregaste la vida por todos.
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