Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 6, 30-35
La gente preguntó a Jesús:
«¿Qué signos haces para que veamos y creamos en
ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron
el maná en el desierto, como dice la Escritura:
"Les dio de comer el pan bajado del cielo"».
Jesús respondió:
«Les aseguro que no es Moisés
el que les dio el pan del cielo;
mi Padre les da el verdadero pan del cielo;
porque el pan de Dios
es el que desciende del cielo
y da Vida al mundo».
Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese
pan»>. Jesús les respondió:
« Yo soy el pan de Vida.
El que viene a mí jamás tendrá hambre;
el que cree en mí jamás tendrá sed».
Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo
puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús
hizo muchos signos delante de los judíos, pero ellos no se cansan de pedir
señales, pruebas... Nosotros también pedimos pruebas para creer. La mejor
prueba es Él mismo. Si te acercas a Él, serás más libre, crecerá tu esperanza,
tu ilusión... ¿Qué dices a Dios?
Moisés
alimentó a los israelitas, pero el que verdaderamente dio el pan fue Dios.
Muchas personas nos ofrecen su ayuda, su palabra, su aliento. A través de esas
personas Dios mismo nos socorre, nos habla, nos anima...
“Señor, tú eres el origen de todo
bien. Gracias”
“Haznos instrumentos de tu amor en
el mundo”
Todo
lo que somos y tenemos se lo debemos a Dios. Todo es gracia. Y entre todas las
gracias hay una especial, que destaca por encima de otras: Jesucristo.
Jesucristo es Dios mismo, que se nos da como pan para saciar nuestra hambre.
“No sólo nos das cosas, Señor, Tú
mismo te nos entregas. Gracias”
“Ensancha nuestra generosidad,
ayúdanos a entregar la vida”
“Perdona nuestra falta de gratitud y
de generosidad”
Comentarios
Publicar un comentario