Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 9, 14-17
Se acercaron los discípulos de Juan Bautista y le dijeron: «¿Por qué tus
discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?»
Jesús les respondió: «¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes
mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo
les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo,
porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más
grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan,
el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en
odres nuevos, y así ambos se conservan!»
Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir,
Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Los discípulos de Jesús no ayunaban como los de Juan y los de los
fariseos. ¡Cuánto cuesta abrirse a la novedad! Somos "animales de
costumbres", en una sociedad que cambia mucho por fuera y poco por
dentro. Dios nos invita a vivir la novedad de cada día, de cada momento,
de cada persona, de cada experiencia...
"Señor, no nos dejes ser esclavos de
la rutina"
"Ayúdanos a descubrir tu presencia
en la vida de cada día"
Jesús es el vino nuevo de Dios. Y necesita odres nuevos, corazones
nuevos, vidas nuevas. Es un vino que transforma la cabeza, el corazón, la
mirada, la voluntad, el comportamiento... ¿Quiero dejarme cambiar por Jesús? ¿tengo confianza en él? ¿o prefiero
seguir con la rutina, los agobios y la insatisfacción de cada día?
"Yo quiero ser, Señor, como el barro
en manos del alfarero"
"Toma mi vida, haz de nuevo"
"Perdona y cura mi falta de
confianza en ti"
"Señor, ¿qué caminos nuevos abres
para mi?
El vino nuevo de Jesús necesita también un mundo nuevo, trae un
mundo nuevo, nos da fuerza para trabajar por un mundo nuevo.
Deja por un momento tu mente calculadora e imagina.
Imagina como sería un mundo nuevo en Honduras, en Mozambique, en Asia...
en tu país, en tu pueblo o ciudad, en tu familia...
Dios quiere un mundo nuevo y para Él nada hay imposible.
"Señor, enséñanos a llevar el vino nuevo
de la justicia y del amor a nuestro mundo"
"Perdona y cura nuestra falta de
compromiso"
"Gracias por las personas que se
dejan transformar por ti y contigo transforman un trocito de mundo"
Señor, decimos que nos gustan las novedades, pero nos gusta
pensar, decir y hacer siempre lo mismo.
Nos cuesta dejar nuestras
rutinas y prejuicios. Nos cuesta cambiar nuestra forma de vernos, de verte, de
ver el mundo.
Nos cuesta aceptar la novedad,
sobre todo si esa novedad exige un cambio por nuestra parte.
Nos cuesta aceptar la novedad
del Evangelio, la novedad de tu Palabra, la novedad de tu vida.
Haznos odres nuevos, para
acoger el vino nuevo de tu amor y tu perdón sin merecerlo, porque a nosotros
nos cuesta amar y perdonar a quien no lo merece.
Haznos odres nuevos, para
dejarnos encontrar por ti, porque a veces creemos que, cuando te buscamos, tú
juegas al escondite con nosotros.
Haznos odres nuevos, para
seguir el camino que nos señalas, porque no estamos convencidos de que tú nos
conduces a la felicidad y a la libertad más grandes.
Haznos odres nuevos, Señor.
Amén.
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