"Ven Espíritu Santo. Sin ti no hay vida que valga la pena. Por eso, desde mis dudas, temores, cansancios y debilidades quiero invocarte. Ven, Espíritu Santo, a regar lo que está seco, ven a fortalecer lo que está débil, ven a sanar lo que está enfermo. Transfórmame, restáurame, renuévame con tu acción íntima y fecunda. Desde mi pequeñez me convierto en mendigo confiado de tu auxilio. Te suplico que vengas a sanarme del egoísmo, de la comodidad, del individualismo. Libérame de las esclavitudes que enfrían el entusiasmo misionero, para que pueda evangelizar con alegría y coraje inagotable. Amén."
📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana. |
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