Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 7, 21. 24-27
No son los que me dicen: «Señor, Señor», los que entrarán en el Reino de
los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el
cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en
práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre
roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los
vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó, porque estaba
construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede
compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos
y sacudieron la casa: ésta se derrumbó, y su ruina fue grande.
Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este
evangelio en mi vida?
A.
Hoy el Evangelio nos recuerda que ser cristiano es vivir de acuerdo con la
Palabra de Dios, es cumplir la voluntad de Dios en cada momento del día. Sin
embargo, muchas veces nos conformamos con rezar, con ir a misa...
Olvidamos ser cristianos en la familia, en el lugar de estudio o trabajo, con
los amigos... En definitiva, somos cristianos a ratos, cuando nos resulta más
sencillo y menos arriesgado. Y ponemos mil excusas para justificarnos.
"Perdona Señor, porque muchas veces no vivo lo que creo"
"Dame más confianza en ti, para que cumpla tu palabra"
"Gracias por darme fuerza para ser siempre cristiano"
B. A
veces nos asusta "cumplir la voluntad de Dios". Parece que vamos a
perder nuestra libertad. Tenemos miedo de escuchar a Dios, no vaya a ser
que nos pida hacer lo que no nos apetece. La experiencia de los que se
fían de Dios y cumplen su palabras nos dice más bien
lo contrario. Aunque parezca incomprensible para la razón, la
experiencia nos enseña que cuanto más obedeces a Dios, más libre
eres. ¿Ha habido alguien más obediente al Padre que Jesús? No. ¿Ha habido
alguna persona más libre que Jesús? Nadie. ¿Queremos seguir su ejemplo? Pedimos
al Espíritu que nos ayude a avanzar por este camino.
C.
Siguiendo la voluntad de Dios, no estamos a salvo de vientos, lluvias
y ríos desbordados. Los problemas llegan a todos. Es más, en ocasiones las
dificultades vendrán precisamente por vivir de acuerdo con la Palabra de Dios.
Entonces surgen las dudas y crecen las ganas de seguir otros caminos
más fáciles... ¿Qué hacer? Confiar en Jesús: él está con nosotros y nuestra
casa, nuestra vida no se hundirá.
"Haznos fieles, Señor, en la adversidad"
"Gracias Señor por tu palabra consoladora"
"En ti
confío. Hágase en mi según tu palabra"
Comentarios
Publicar un comentario