Los 13 obstáculos que se encuentran los matrimonios en su vida y que deben aprender a superar juntos
Son muchos los obstáculos en la vida cotidiana del amor conyugal, y
que rompen la unidad de la pareja. Analizamos estas dificultades,
recordando que la belleza del matrimonio está justamente en el hecho de
conseguir hacer vencer el amor sobre las diferencias personales de cada
uno. El amor, cuando vence, suma las divergencias y genera la
complementariedad armoniosa.
¿Cuáles son estos problemas?
1.
Mentira
Por pequeña que sea, genera desconfianza hacia el otro, y la falta de
confianza, es lógico, genera los celos, y éstos las peleas. Por esto, la
pareja no puede permitir la mentira en medio de ella. Tiene las patas
cortas.
2.
Moda
A todos les gusta ir a la moda. Sin embargo, no tiene sentido que la
esposa quiera seguir una moda que su esposo desaprueba, y viceversa. La
primera persona a la que tengo que agradar con mi manera de vestir,
hablar, etc es aquella con la que estoy casado.
3.
Comparaciones
Es común el pésimo hábito que algunos matrimonios de compararse con
otros matrimonios. La esposa, muchas veces, quiere que su marido sea como
el marido de la vecina, que compre una casa como la de la vecina, un auto
como el de la amiga, etc. Al marido, a su vez, le gustaría que su esposa
se vistiera como la vecina, que fuese culta como la esposa de su amigo,
etc.
4.
Parientes
La sangre habla muy fuerte dentro de nosotros. A nadie le gusta oír
hablar mal de sus padres y de sus hermanos. Esto vale también, y mucho,
para el matrimonio. Jamás el marido debe hablar mal de los suegros y
cuñados a la esposa, y viceversa. No ofendas a los parientes del otro,
porque estás ofendiendo indirectamente a tu pareja.
5.
Resentimiento
Cuando se quita la costra de una herida, vuelve a sangrar y a doler.
Esto es lo que algunos cónyuges hacen mutuamente. Muchas veces, en un
momento de desencuentro, los recuerdos y las ofensas antiguas son vueltos
a sacar adrede, reavivando agravios y sufrimientos
adormecidos.
6. Falta de
respeto
¡Qué doloroso es presenciar a un marido ofendiendo a su esposa con
gritos, malas palabras. ofensas e incluso agresiones físicas!… ¡Qué triste
es una esposa ofendiendo al marido!… ¡Un día se juraron amor eterno a los
pies del altar! Fíjate, me caso con la persona que escogí entre todas las
que conozco, para construir una vida juntos. ¿Cómo ahora la ofendo y le
falto el respeto?
Voy a dar una receta para que los maridos sean tratados como reyes
por sus esposas: ¡traten a sus esposas como reinas!
7.
Peleas
El matrimonio muchas veces no se comprende porque no asume algunas
cosas con claridad y objetividad. Alguien ya dijo que “lo que es asumido
no es caro”. Muchas discusiones surgen porque las cosas no están bien
definidas.
8.
Dinero
El matrimonio pelea más cuando sobra dinero que cuando falta. Cuando
sobra dinero, el matrimonio no se pone de acuerdo sobre la forma de
gastarlo. A veces el marido quiere cambiar el auto, pero la esposa quiere
cambiar los muebles… y así siempre. Si no hay madurez en el matrimonio, el
dinero puede dividirlo de muchas maneras. Todo el dinero del matrimonio,
independientemente de quien gana, debe ser colocado en común, ambos
opinando y decidiendo sobre su uso.
9. Educación de
los hijos
Lo esencial es que el matrimonio sea unánime en la educación, esto
es, ambos deben actuar de la misma forma, sin contradecirle en lo que dice
y hace con los hijos. Para ello es preciso que el casado sea unido y
dialogue mucho, de modo que se encuentre la forma común de llevar a los
hijos.
10.
Temperamento
Se habla mucho del fracaso de una pareja por “incompatibilidad de
caracteres”. En la mayoría, los cónyuges tienen temperamentos diferentes,
y es exactamente la armonización de esa diferencia, forjada por el amor
vivido cada día, lo que hace bella la vida juntos. No hay temperamento
fuerte o difícil que no pueda ser forjado en el fuego del verdadero
amor.
11. Falta de
delicadeza y reproches
La falta de delicadeza y atención es uno de los puntos tristes en la
relación de muchas parejas. Un trato frío y distante revela falta de amor
y de unión. Es fundamental que cada uno incentive al otro a ser mejor y
haga cumplidos a tiempo.
Es preciso apreciar el esfuerzo que uno hace para agradar al otro.
¡Cuantas mujeres se quejan de que el marido no nota y no elogia su nuevo
peinado, o su vestido nuevo, etc.!
Peor aún que la falta de atención es el reproche. Muchas veces, uno
menosprecia y humilla al otro con críticas pesadas. Lo peor de todo es que
esos reproches, no raramente, son hechas en presencia de otras
personas.
Es necesario cambiar las actitudes de reprobación por palabras de
aprobación e incentivo. La desaprobación y la crítica ácida son peores que
la agresión física. Muchos tienen el hábito de notar sólo lo que el otro
tiene de negativo, en lugar de enaltecer y agradecer a Dios por lo que el
otro tiene de bueno. Nunca critiques a tu esposa, sin antes recordar una
de sus cualidades. Recuerda: las personas reaccionan mejor al elogio que
al reproche.
Dos frases de oro en el matrimonio son: “Perdóname” y “Te quiero”. Si
supiéramos pedir perdón y perdonar, seríamos felices. Además, es preciso
también expresar en palabras el amor al otro. ¡Y qué difícil es para
muchos! Especialmente para los maridos.
12. Apariencia
física
Una de las razones que enfrían la relación de pareja es el descuido
de la propia apariencia. A ningún marido le gusta llegar a casa y
encontrar a su esposa desaliñada, mal vestida, etc. La mala apariencia
complica la relación. Hay mujeres que cuidan bien la casa, los niños, pero
se olvidan de sí mismas; viven desarregladas. También está el cónyuge que
no busca complacer a su esposa cuidando su propia
presentación.
13. Reclamación
y autocompasión
Muchas personas son exageradamente hoscas, reclaman de todo y a
todos, nunca están satisfechas con la vida. En verdad, el problema está
dentro de ellas y no fuera. Son llenas de autocompasión, autoestima, que
se consideran víctimas de todo. En el matrimonio, esto es una tragedia.
Nadie soporta vivir con una persona desagradable, siempre protestando.
Este comportamiento agría cualquier relación e impide el crecimiento del
matrimonio.
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