Los cinco minutos del Espíritu Santo
7 de julio

Cuando dejemos que el Espíritu Santo nos impulse en la tarea evangelizadora, seguramente experimentaremos las maravillas que él puede hacer en los corazones, y nos admiraremos viendo lo que puede lograr su gracia. Eso es lo que vivió San Pablo, que predicaba el Evangelio “no sólo con palabras, sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión” (1 Tes. 1, 5). |
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