Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 9, 27-31
Dos ciegos siguieron a Jesús, gritando: «Ten piedad de nosotros, Hijo de
David».
Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron, y él les preguntó:
«¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?»
Ellos le respondieron: «Sí, Señor».
Jesús les tocó los ojos, diciendo: «Que suceda como ustedes han creído».
Y se les abrieron sus ojos.
Entonces Jesús los conminó: «¡Cuidado! Que nadie lo sepa». Pero ellos,
apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.
Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este
evangelio en mi vida? Pueden ayudar estas ideas:
A. ¿Crees que puedo hacerlo? Que suceda
según vuestra fe. El tema principal de este evangelio no es la curación, sino
la fe. La fe es un don de Dios. La fe es como una semilla que Dios siembra en
la tierra de nuestro corazón, para que la cultivemos. La fe es como un
fuego que debemos avivar, para que no se apague. En una palabra, la fe es
don de Dios y tarea nuestra.
"Señor,
gracias por el regalo de la fe"
"Que cada día
Señor cuide mi fe, como lo más valioso que tengo"
B. ¿Cómo cultivar la fe? Puede parecer
difícil, pero está al alcance de todos: Cultivamos la fe con la
cabeza: formándonos, leyendo, estudiando, para comprender mejor lo
que creemos; con el corazón: rezando y participando en los
sacramentos; con la boca y con los oídos: compartiendo nuestra experiencia
creyente con otros; con las manos y los pies: viviendo de acuerdo con
lo que Jesús nos enseña. ¿Cómo puedo cultivar más mi fe? Pido luz y fuerza a
Dios.
C. A veces pensamos: "Si viera un
milagro, creería más en Dios". El Evangelio nos dice otra cosa bien
distinta. Jesús hizo milagros delante de mucha gente; pero los que no tenían fe
no creyeron, aunque hiciera el milagro delante de sus ojos. Decían que echaba
demonios porque era el jefe de los demonios. Sólo los que tenían fe
podían reconocer las maravillas que realizaba y alegrarse con
ellas. Dios sigue haciendo milagros en cada persona, en el mundo, en la
iglesia, en ti. Y necesitamos fe para darnos cuenta.
"Creo, Señor,
pero aumenta mi fe"
"Abre Señor
mis ojos para reconocer tus maravillas"
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