Mi vocación es el amor
No esperes sentir amor para realizar actos
concretos de amor, ¡aunque no sientas,
quieras amar!
Santa Teresa del niño Jesús nos muestra
que la santidad es posible, que está al alcance
de todos y que es posible para todas las edades,
para todas las situaciones de vida.
La vida de Santa Teresa es un continuo llamado
de Dios para todos nosotros: "¡sed santos!"
En la Iglesia, ella encontró el camino más corto,
más simple y el más correcto, como ella misma
dijo: "en la Iglesia encontré mi vocación: el amor".
Hoy, te invito a hacer gestos concretos de amor.
Ni es necesario buscar, el propio Dios nos coloca
personas que conviven con nosotros continuamente.
El pedido de Dios es que amemos estas personas
concretas con gestos concretos.
No tengas miedo de hacer gestos concretos de amor.
El amor se expresa con gestos. Inclusive, es más fácil.
Tú conoces a las personas, sabes sus necesidades,
sus gustos... ¿por qué, entonces, no amarlas
expresando eso con gestos concretos?
Hay dos caminos: a veces tenemos amor
en el corazón, basta convertirlos en gestos
concretos; y otras veces, no sentimos amor
y porque queremos amar, hacemos un acto
de voluntad, que acaba produciendo amor
en nuestro corazón.
¡Experimenta! No esperes sentir amor para realizar
actos concretos de amor, aunque no sientas,
quieras amar, ama, decídete por el amor y haz
todos los gestos que puedas para las personas
con quienes convives.
No dudes, no importa quién eres tú, cuál sea
tu estado de vida, tu profesión.
Tú podrás decir: encontré mi vocación: es el amor.
Que Dios bendiga esta linda aventura
Tu hermano.
P. Jonas Abib
Comentarios
Publicar un comentario