Lecturas del día

 




 Lectura de la carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Galacia

2, 1-3. 6-14

Hermanos:

Cuando subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo a Tito, lo hice en virtud de una revelación divina, y les expuse el Evangelio que predico entre los paganos, en particular a los dirigentes para asegurarme que no corría o no había corrido en vano.

Pero ni siquiera Tito, que estaba conmigo y era de origen pagano, fue obligado a circuncidarse. En cuanto a los dirigentes -no me interesa lo que hayan sido antes, porque Dios no hace acepción de personas- no me impusieron nada más. Al contrario, aceptaron que me había sido confiado el anuncio del Evangelio a los paganos, así como fue confiado a Pedro el anuncio a los judíos.

Porque el que constituyó a Pedro Apóstol de los judíos, me hizo también a mí Apóstol de los paganos. Por eso, Santiago, Cefas y Juan -considerados como columnas de la Iglesia- reconociendo el don que me había sido dado, nos estrecharon la mano a mí y a Bemabé, en señal de comunión, para que nosotros nos encargáramos de los paganos y ellos de los judíos. Solamente nos recomendaron que nos acordáramos de los pobres, lo que siempre he tratado de hacer.

Pero cuando Cefas llegó a Antioquía, yo le hice frente porque su conducta era reprensible. En efecto, antes que llegaran algunos enviados de Santiago, él comía con los paganos, pero cuando éstos llegaron, se alejó de ellos y permanecía apartado, por temor a los partidarios de la circuncisión. Los demás judíos lo imitaron, y hasta el mismo Bemabé se dejó arrastrar por su simulación. Cuando yo vi que no procedían rectamente, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como los paganos y no como los judíos, ¿por qué obligas a los paganos a que vivan como los judíos?»

 

Palabra de Dios.



Los incircuncisos» sienten complejo de inferioridad ante los judeocristianos. Por eso Pablo resalta la atención especial con que Dios los trata, al enviarles un apóstol con el mismo Evangelio que los demás apóstoles. Este Evangelio está en armonía con el que predican «las columnas» de la Iglesia. No se trata de distribuir campos (judíos, gentiles) para evitar encuentros, sino atender a diversas mentalidades y situaciones vitales, con un empeño común y en unidad de fe. Cuando esta unidad elemental viene amenazada por un comportamiento insincero, Pablo habla fuertemente a Pedro; lo cual no rompe la unidad sino que la hace más profunda y sincera, robusteciendo la verdadera autoridad.

 


 

SALMO RESPONSORIAL                                      116, 1-2

 

R.    ¡Vayan por el mundo y anuncien el Evangelio!

 

¡Alaben al Señor, todas las naciones,

glorifíquenlo, todos los pueblos! R.

 

Porque es inquebrantable su amor por nosotros,

y su fidelidad permanece para siempre. R.

 

 

 


   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

11, 1-4

 

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo entonces: «Cuando oren, digan:

Padre, santificado sea tu Nombre,

que venga tu Reino,

danos cada día nuestro pan cotidiano;

perdona nuestros pecados,

porque también nosotros perdonamos

a aquéllos que nos ofenden;

y no nos dejes caer en la tentación»

 

Palabra del Señor.




"Señor, enséñanos a orar"



Esta oración que Jesús nos enseñó es el mayor regalo para los cristianos. Jesús nos hace hermanos con todos, hijos de un mismo Padre, nuestro Padre del Cielo. A él le pedimos que venga su reino,

reino de paz y justicia, reino de amor y verdad.


 Me doy un instante para meditar con calma cada una de las peticiones del Padrenuestro, puedo rezar la primera petición, hacer silencio, repetir la misma petición en voz alta o en el silencio de mi interior y así sucesivamente con las demás peticiones.



¿Qué significa la oración para mí?


Podemos meditar con la canción del Padrenuestro

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