Lecturas del día

 



Lectura de la carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Galacia

3, 1-5

 

Gálatas insensatos, ¿quién los ha seducido a ustedes, ante cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado? Una sola cosa quiero saber: ¿ustedes recibieron el Espíritu por las obras de la Ley o por haber creído en la predicación? ¿Han sido tan insensatos que llegaron al extremo de comenzar por el Espíritu, para acabar ahora en la carne? ¿Habrá sido en vano que recibieron tantos favores?

¡Ojalá no haya sido en vano! Aquél que les prodiga el Espíritu y está obrando milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la Ley o porque han creído en la predicación?

 

Palabra de Dios.



El apóstol apela a la experiencia de los galatas para demostrarles lo falso de sus desviaciones judaizantes. El duro comienzo del capítulo demuestra la importancia que da Pablo a estas aberraciones, dada la acción del Espíritu que han vivido con anterioridad.

Ellos son testigos de los prodigios y carismas que hay entre ellos desde que recibieron la fe y no antes, cuando vivían conforme a la ley. Pero la fe les hace descubrir la figura exigente y comprometida de un Cristo crucificado, «escándalo para los judíos y locura para los gentiles»



 

 

SALMO RESPONSORIAL                                            Lc 1, 69-75

 

R.    ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel!

 

Nos ha dado un poderoso Salvador

en la casa de David, su servidor,

como lo había anunciado mucho tiempo antes

por boca de sus santos profetas. R.

 

Para salvarnos de nuestros enemigos

y de las manos de todos los que nos odian.

Así tuvo misericordia de nuestros padres

y se acordó de su santa Alianza. R.

 

Se acordó del juramento que hizo a nuestro padre Abraham

de concedernos que, libres de temor

arrancados de las manos de nuestros enemigos,

lo sirvamos en santidad y justicia

bajo su mirada, durante toda nuestra vida. R.

 

 

 


 

   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

11, 5-13

 

Jesús dijo a sus discípulos:

Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: «Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle», y desde adentro él le responde: «No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos».

Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.

También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.

¿Hay entre ustedes algún padre que da su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquéllos que se lo pidan!

 

Palabra del Señor.



"Pidan y se les dará"



En estas palabras Jesús nos invita a tener confianza en el amor de Dios, que tiene el oído atento a nuestros clamores. Pidamos por nuestras necesidades y las de otros, así nos ayudamos unos con

otros y nos hacemos más cercanos entre nosotros, como una sola familia. Y confiemos en la intercesión de los santos y de quienes no están con nosotros acá, pero interceden también por

nosotros. 



En tus manos Señor entregamos nuestras necesidades, te pedimos que recojas nuestras oraciones, especialmente aquellas intenciones que nos han confiado para la oración. Padre bueno, confiamos

en tu acción y tu amor para con nosotros. Lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor, amén.


Escuchemos la canción de la Hermna Glenda, pidan y se les dará :


 

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