Evangelio cotidiano / Semana 22ª del tiempo Ordinario

 



Evangelio según san Lucas 6, 1-5

Un sábado, iba Jesús caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos. Unos fariseos dijeron: “¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”. Respondiendo Jesús, les dijo: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, y tomando los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, comió él y dio a los que estaban con él”. Y les decía: “El Hijo del hombre es señor del sábado”.

Palabra del Señor.



“El Hijo del hombre es señor del sábado”


De nuevo vemos cómo el evangelio de hoy nos presenta la postura de Jesús en el punto concreto del sábado. Como sabemos la ley judía daba mucha importancia al sábado, era el día de descanso para el Señor, y muy pocas cosas se podían hacer ese día con la idea de homenajear al Señor de manera más explícita.

Para Jesús lo importante sea en sábado o en otro día de la semana es favorecer y hacer el bien a cualquier persona humana. Eso es lo que está permitido y es donde hay que poner el acento en el actuar humano. No hay nada, ni la ley del sábado, que pueda ir en contra de hacer algo que favorezca a cualquier persona humana, sea curando a enfermos, sea alimentándose de las espigas arrancadas en el campo. El sábado está para servir al hombre y no el hombre para servir al sábado.

Jesús tiene un segundo argumento para defender su postura y que emplea en el evangelio de hoy: “El Hijo del hombre es señor del sábado”. Por lo que lo nuestro es seguir a Jesús y no al sábado… seguir a Jesús, que es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)


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