Es cierto que el Espíritu Santo actúa de modo permanente en nuestras vidas, y hace maravillas. Pero normalmente no las hace de la manera como nosotros lo esperamos o lo imaginamos. Por eso nos parece que él está en silencio, que calla, que no interviene. Sin embargo, él siempre está preparando algo nuevo, y por eso podemos tener esperanzas. Veamos cómo lo expresaba Romano Guardini en su oración:
"Espíritu Santo, que nos has sido enviado, y permaneces cerca de nosotros, aunque los espacios resuenen vacíos como si estuvieras lejos. En tus manos perduran los siglos y todas las cosas serán en ti cumplidas, mientras reinas en el misterio del silencio. Así lo creemos, y esperamos el mundo que ha de venir. Enséñanos a esperar en la esperanza. Concédenos participar de ese mundo que vendrá, para que la presencia de tu gloria sea verdadera en nosotros. Amén."
📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.
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