Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 10, 13-16
Le trajeron unos niños a Jesús para que los
tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al
ver esto, Jesús se enojó y les dijo: «Dejen que
los niños se acerquen a mí y no se lo impidan,
porque el Reino de Dios pertenece a los que son
como ellos. Les aseguro que el que no recibe el
Reino de Dios como un niño no entrará en él».
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles
las manos.
Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir,
Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús es feliz en medio de los que no cuentan. En aquel
momento y en aquella tierra los niños eran poco más que una propiedad del
padre.
“Señor,
enséñanos a amar a todos, especialmente a los últimos”
Quizá los discípulos piensan que los niños van a ser un
estorbo para poder estar tranquilamente con Jesús. Sin embargo, la realidad que
el Maestro pone de manifiesto es otra bien distinta: los discípulos son un
estorbo para que los niños se encontraran con Él.
“A veces
soy un estorbo para que otros se encuentren contigo,
perdóname y enséñame
a atraer a todos hacia ti.
De los que son como los niños es el Reino de los cielos.
Los niños se saben necesitados, saben pedir con humildad, disfrutan de las
pequeñas alegrías, inspiran ternura...
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
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