A todas las familia
Queridísimos,
La invitación del Papa
Francisco a una jornada de oración y de ayuno por la paz en Siria y
en todas las naciones afectadas por el drama de la guerra, debe ser
atendida con gran seriedad y compromiso por todos
nosotros.
Las imágenes que han
dado la vuelta al mundo y las continuas trágicas noticias interpelan
nuestro corazón, nuestra inteligencia, nuestra fe. Por eso os invito
a acoger la propuesta del Papa y a hacer también en vuestro hogar un
gesto de ayuno y oración.
Queridos
padres, no tengáis miedo de proponer a
vuestros hijos una comida austera y mínima; será motivo para
explicarles lo que está sucediendo en el mundo y cómo estos hechos
terribles no nos pueden dejar indiferentes. Junto a la dureza de la
crónica, no olvidéis comunicarles la esperanza de la paz ofrecida
por Cristo resucitado, que nos ha reconciliado con el mundo no con
gestos violentos y de venganza, sino con el don de sí
mismo.
No olvidéis invitar a
los abuelos y ancianos
a esta comida, hecha con poco alimento y
muchas palabras; si alguno de ellos ha experimentado momentos de
guerra, puede contar lo que significa vivir bajo las bombas y en la
incertidumbre del mañana y cómo rezaban en esos
días.
Y vosotros, muchachos y
jóvenes, no os quejéis si el sábado no habrá
mucha comida en la mesa, sino dad gracias a vuestros padres por lo
que os ofrecen, pedidles explicaciones y motivos por los que vale la
pena seguir viviendo en esta tierra marcada con demasiada frecuencia
por luchas y violencia.
¡Juntos, en la mesa, para rezar!
Por las familias de Siria, por los niños que mueren cada día por
odio y por hambre, por los gobernantes llamados a encontrar
soluciones de paz y no violentas.
La lectura de un salmo, de una página evangélica, un misterio del Rosario, oraciones espontáneas hechas en voz alta, un simple canto; cada familia elija el modo que mejor le parezca para interceder, para ponerse en medio entre el misterio del mal que marca nuestra historia y el Dios de la paz que la sana y la salva.
¡Gracias!
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Vincenzo Paglia
Presidente del
Pontificio Consejo para la Familia
Ciudad del Vaticano, 4
septiembre 2013
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