miércoles, 25 de septiembre de 2013

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 1-6



Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para sanar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: «No lleven nada para el camino, ni bastón, ni provisiones, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos».
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y sanando enfermos en todas partes.
Palabra del Señor.



¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Jesús nos llama, nos reúne, nos da poder y nos envía a proclamar la buena noticia del Reino de Dios y a curar a los enfermos.
¿Nos sentimos llamados, reunidos, fortalecidos, enviados?
            “Gracias Señor por contar con nosotros,
             gracias por darnos el poder de tu Espíritu,
             por enviarnos a anunciar el amor del Padre,
             por ser tus instrumentos para curar a muchas personas”

La grandeza de Dios brilla en la pobreza de los enviados. No necesitamos muchas cosas: la mochila llena de fe y de confianza en quien nos envía, nos acompaña y nos espera al final del camino.






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