NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA OCTAVO DÍA
Por la señal de la Santa Cruz+
de nuestros enemigos+
líbranos, Señor, Dios nuestro+
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Oración Inicial
“Madre mía, infunde en mí aquel amor que ardía en tu Corazón por Él; en mí, que, cubierto de miserias, admiro en Ti el misterio de Tu Inmaculada Concepción y que ardientemente deseo, por ese misterio, purifiques mi corazón para amar a mi Dios y a tu Dios; a mi mente para elevarme hasta Él y contemplarlo, adorarlo y servirlo en espíritu y en verdad, a mi cuerpo para que sea su tabernáculo cuando se digne venir a mí en la Santa Comunión” (Padre Pío)
Lectura bíblica del octavo día:
“Luego dijo al discípulo: he ahí a tu Madre” Juan 19, 27
Dios nos da a la Virgen María, así como la escogió para Él. Él nos la confía, así como Él se entrega a Ella.
Dios le da a María, en nuestras vidas, el lugar que Él le da en su vida.
Recluida en Dios y entregada a los hombres, María está muy cerca de nosotros, en la parte más secreta de nosotros mismos, Ella es para siempre la persona en la que el Espíritu de Dios da forma a todo el cuerpo, la Iglesia en la que nos convertimos constantemente.
Oremos a María como hijos que hablan a su Madre, revelándole nuestro corazón, con seguridad y confianza de ser escuchados, comprendidos.
Pedir la gracia que se desea alcanzar de María en esta novena.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración Final
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa
Virgen Sagrada María
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. +
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