¿Quién fue San Juan Evangelista?

 



San Juan evangelista nació en la ciudad de Betsaida. Fue hijo de Zebedeo y de María la Salomé, quienes lo educaron en un hogar feliz y lleno de comodidades. Tiempo después, se dedicó al oficio de pescador junto a su hermano Santiago el Mayor.

“Ven y verás”

Por aquel entonces, el evangelista caminaba con Juan Bautista cuando al pasar Jesús le dijo al precursor: “Ese es el cordero de Dios. El mismo que se llamará el discípulo que amaba a Jesús”. Quedó sorprendido y admirado. De hecho, en sus escritos el santo recordó que la primera llamada del Señor fue: “Ven y verás”, palabras que quedaron profundamente grabadas en su memoria al relatarlo en su evangelio sesenta años después.

«El discípulo que ama a Jesús»

Juan se describió en su evangelio como “el discípulo que amaba a Jesús” porque fue el único que tuvo la dicha de reposar su cabeza al costado de Cristo en la noche de la última cena y fue fiel a Jesús, acompañándolo hasta sus últimos momentos en la cruz. Por ello, como premio recibió a María como su madre y en su nombre a toda la humanidad.

biografia de san juan evangelista, santoral, radio maria

¿Por qué el Señor sintió predilección especial hacia San Juan? 

Algunos santos padres pensaron que fue por su virginidad, ya que sabemos que era muy jovencito cuando Jesús lo llamó a seguirlo y que fue virgen durante toda su vida. De hecho, San Jerónimo, el padre de las Sagradas Escrituras, expresó sobre sobre Juan: El Señor virgen quiso poner a su madre virgen en manos del discípulo virgen”.

Mensajero de Dios

San Juan fue misionero y predicador de la palabra de Dios, pero sobre todo escritor profundo del mensaje del Maestro. Escribió cinco libros del nuevo testamento, el cuarto evangelio, tres cartas y el Apocalipsis, el único libro profético. Todos escuchaban con admiración sus palabras: “Hijitos míos, amense los unos a los otros porque es lo que yo aprendí cuando recosté mi cabeza sobre el pecho del maestro y si hacen esto, todo está cumplido”.

Últimos años del santo

San Juan evangelista partió al encuentro del Señor en el año 96 en Efeso, después de haber sido arrojado a una caldera de aceite hirviendo sin hacerle daño. Con la muerte de Juan, enamorado de Cristo, se concluyó la revelación en el Nuevo Testamento. 

Gracias, Juan por este regalo que mediante ti nos hace Jesús al entregarnos a nuestra Madre María.

San Juan evangelista, ruega por nosotros.

Comentarios