Día 21 : ¿Por qué tenemos que orar?
En el nombre del Padre
Y del Hijo
Y del Espíritu Santo
Amén.
Estamos llegando al final de esta peregrinación interior, durante la cual hemos aprendido a vivir con Jesús cada día. Mañana, lo contemplaremos en el pesebre. El año pasado, por primera vez en mi vida, pude rezar ante este pesebre en la basílica de Santa María la Mayor de Roma. Me conmovió especialmente descubrir este humilde receptáculo en el que María depositó a Dios hecho hombre.
Hoy, justo antes de terminar esta peregrinación interior, he decidido compartir con ustedes las siete razones para rezar que nos da el padre Matta el-Maskine. ¿Por qué compartirlas contigo ahora y no al principio? Porque me gustaría que formaran parte de tu meditación durante los próximos días. La oración no es tanto una cuestión de técnicas sino de estar cara a cara con Dios, de comprender el papel y la importancia de nuestra oración individual. Así que voy a compartir con ustedes este largo extracto en el que el Padre Matta da siete razones para rezar y perseverar en la oración.
1) Oramos porque, como hemos dicho, la oración es un mandamiento y una orden divina, que implica obediencia sin discusión, disputa ni prevaricación (cf. Mt 6,6-9; Lc 18,1). Al ser la oración una orden divina, debe ir acompañada de una obediencia al mandamiento que sea espiritual, tenaz e incapaz de prevaricación.
2) Oramos porque la oración es la única relación que permite al hombre encontrarse con Dios; sin ella, le es imposible entrar en relación con Dios, y sin contacto con Él, nuestra alma muere espiritualmente (cf. Jn 15,6) Siendo la oración la única relación que nos une a Dios, debe ir acompañada de una preocupación y un interés que estén por encima de cualquier otro interés, para que esta relación no se interrumpa.
3) Oramos porque la oración fue instituida por Dios como una oportunidad para ponernos bajo su protección, para evitar ser sometidos a las tentaciones del demonio, o para soportarlas y vencerlas si llegáramos a ser sometidos a ellas; entonces resultarían ser nuestra justificación y no nuestra condena: "Estén prevenidos y oren para no caer en tentación". (Mt 26,41) Puesto que la oración es prevención contra las tentaciones y fuerza para vencerlas, debe ir acompañada de una vigilancia y atención ininterrumpidas.
4) Oramos porque Dios ha hecho de la oración una ocasión única para escuchar nuestras peticiones y escucharnos en su misericordia: "No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios" (Flp 4,6). Puesto que la oración es un medio para llevar a Dios nuestras peticiones, debe ir acompañada de una gran humildad y de una súplica incesante para que nos alivie en el momento oportuno.
5) Oramos porque la oración es un medio secreto y eficaz para ayudar a quien se encuentra en apuros, peligro, enfermedad o extravío espiritual: "Oren los unos por los otros, para ser curados" (St 5,16). Puesto que la oración es un medio para ayudar a los demás, debe ir acompañada de ternura y devoción.
6) Oramos porque la oración es un culto divino de acción de gracias y de alabanza que se aplica tanto al hijo como al siervo: "Pero si yo soy Padre, ¿dónde está mi honor?, si soy Señor, ¿dónde está mi temor?” (Mal 1,6). Como la oración es culto divino ofrecido a Dios, Padre y Maestro, debe ir acompañada de respeto, adoración, temor y veneración.
7) Rezamos porque la oración nos está prescrita frente a los enemigos que nos son hostiles y nos desean el mal: "Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores" (Mt 5,44). Puesto que la oración es una victoria sobre el odio, debe ir acompañada de perdón, indulgencia, serenidad de corazón y pureza de conciencia.
La oración es el mayor regalo que podemos hacer al mundo, y la buena noticia es que todos somos capaces de hacerlo... Por eso, me gustaría proponerte un compromiso de un año... Aunque sea pequeño y te comprometas a rezar tres Avemarías o un Padre Nuestro al día, me gustaría que te comprometieras a rezar todos los días ante el Niño Jesús.
Te propongo este formulario que puedes usar o escribir tu compromiso en un papel de manera espontánea. La idea es que durante un año hagas este compromiso por Jesús y por las almas. ¿Estás preparado?
Gracias por compartir conmigo esta peregrinación durante el Adviento. ¡Espero que te haya gustado y que tengas ganas de rezar más y de pasar más tiempo con Jesús! Rezo por ti de todo corazón.
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